Chile da un fuerte giro a la derecha desde el retorno de la democracia al país, abandonado el comunismo de Boric
«Chile nos ha dado un mandato, nos pide un cambio real que no admite excusas», dijo Kast en su primer discurso como presidente electo.
Con el 99% del escrutinio, Kast sumó el 58% de votos por el 41% de Jara, que el mes pasado fue la candidata más votada en la primera vuelta.
José Antonio Kast fue electo presidente de Chile luego de arrasar en la segunda vuelta. El candidato conservador le sacó más de 16 puntos a Jeannette Jara.
A Kast le favoreció la transferencia de votos de los candidatos de derecha derrotados en la primera vuelta, tras conseguir el apoyo del libertario Johannes Kaiser y de la representante de la derecha más tradicional Evelyn Matthei.
Por otro lado buscó mostrar unidad hacia el interior de la derecha. Saludó especialmente a Johannes Kaiser, líder del Partido Nacional Libertario, y a Evelyn Matthei, exalcaldesa de Providencia y figura histórica de la centroderecha, cuyo respaldo tras la primera vuelta fue clave para consolidar el apoyo del bloque opositor.
Esta elección dependía del destino de los votos de más de cinco millones de chilenos que solían abstenerse y que por primera vez estaban obligados a sufragar.
Kast avanzó «decisiones difíciles» y pidió unidad: «Vamos a tener un año muy duro porque las finanzas del país no están bien». Dijo que no habrá «soluciones mágicas».
«Los cambios comenzarán de inmediato, pero los resultados no se van a ver al día siguiente, por eso pido fortaleza, constancia, sabiduría. Esto no es magia, lo que les prometo es trabajo, orden, carácter, decisión y convicción y ahí comienza el cambio», afirmó.
El presidente electo es abogado y fue diputado. En el escenario político, es un referente de la derecha conservadora.
Otro de los temas centrales en la campaña de Kast fue la seguridad pública, donde propone el Plan Implacable para frenar el crimen organizado, flagelo que sufre toda Sudamérica.
El mensaje de unidad se armonizó con un discurso duro en seguridad, uno de los pilares de su programa. “A los delincuentes los vamos a ir a buscar”, prometió al referirse al miedo que atraviesan muchas familias. “Aquí ganó Chile y ganó la esperanza de vivir sin miedo”, sostuvo.
Su plan incluye la instalación de cárceles de máxima seguridad con aislamiento total para cabecillas narcos y el endurecimiento de penas para miembros de las bandas criminales.
Otra de sus propuestas destacadas es la revisión de la aplicación de la legítima defensa, buscando el “fin de la criminalización de víctimas que se defienden”.
