El Gobierno brasileño lidera el diseño de un fondo global para frenar la deforestación con pagos de cuatro dólares por cada hectárea de selva bien conservada, un mecanismo inédito que será lanzado en la próxima Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP30).
El Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por sus siglas en inglés), cuyos detalles están siendo ultimados, espera movilizar 125.000 millones de dólares procedentes de gobiernos e inversores privados, según la propuesta brasileña.
Ese capital se invertirá en bonos soberanos o títulos de grandes empresas, con el objetivo de generar 4.000 millones de dólares anuales para distribuir entre más de 70 países tropicales, desde Colombia hasta Indonesia, a cambio de conservar sus bosques.
Pagos permanentes y previsibilidad
“Va a recaudar un volumen de recursos que nunca antes fue destinado a las selvas”, explicó Leonardo Sobral, responsable de bosques de Imaflora, ONG brasileña dedicada a la gestión sostenible.
El modelo se basa en que los pagos no provendrán de donaciones puntuales, sino de los intereses generados por la inversión inicial, garantizando así ingresos permanentes para los países beneficiarios.
“Da previsibilidad. No es dinero que se tiene un año sí y otro no, sino que servirá para planificar la conservación a largo plazo”, añadió Sobral, que ha participado en las negociaciones con el Gobierno.
Impacto potencial en Brasil
En el caso de Brasil, que alberga cerca de dos tercios de la Amazonia, las autoridades estiman que podrían recibir 900 millones de dólares anuales, casi cuatro veces el presupuesto actual del organismo de parques nacionales.
A diferencia de otros mecanismos que financian proyectos específicos previamente acordados con el donante, el TFFF permitirá mayor flexibilidad a los países receptores en el uso de los fondos.
El documento de presentación propone destinar al menos un 20 % de los recursos a comunidades locales o pueblos indígenas, aunque no detalla aún el resto de criterios de aplicación.

Control satelital y penalizaciones
El cumplimiento se medirá con sistemas de monitoreo satelital, que evaluarán los índices de deforestación anuales de cada país, los cuales no podrán superar los niveles registrados al momento de su adhesión al mecanismo.
Las penalizaciones incluyen dejar de recibir pagos equivalentes a 100-200 hectáreas por cada hectárea deforestada, y el equivalente a 25 hectáreas por cada hectárea degradada por incendios.
A tres meses de la COP30, que se celebrará en la ciudad amazónica de Belém, el Gobierno brasileño busca cerrar compromisos financieros para anunciar el lanzamiento del TFFF con un respaldo sólido.
Interés internacional y retos
Brasil asegura que varios países desarrollados han mostrado interés en invertir, aunque falta por confirmar si lo harán antes de la cumbre.
El director ejecutivo de WWF Brasil, Mauricio Voivodic, considera que el plazo es “corto”, ya que se trata de un mecanismo innovador y distinto a los existentes.
Para la adhesión de gobiernos y empresas también serán claves las evaluaciones que realicen las agencias de calificación sobre el TFFF, algo previsto para septiembre.
Legado de la COP30 y FLEV
“El fondo puede ser un legado muy importante de la COP30, pero el trabajo para ponerlo en marcha continuará después”, apuntó Voivodic.
La gestión sostenible de bosques será uno de los temas centrales del III Foro Latinoamericano de Economía Verde, organizado por Agencia EFE en São Paulo el próximo 4 de septiembre.
El encuentro reunirá a autoridades y expertos para debatir sobre la crisis climática y cuenta con el patrocinio de ApexBrasil, Norte Energía y Lots Group, así como el apoyo de IBMEC, el Observatorio del Clima e Imaflora.
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