Por Karina Godoy
Madrid (EFEverde).- Desde la aplicación de la inteligencia artificial para optimizar la elaboración de quesos, pasando por el pasaporte digital de la sidra, hasta los simuladores climáticos y la preservación patrimonial local. Estos proyectos proyectos se enmarcan dentro de las iniciativas del Centro Tecnológico de la Información y la Comunicación (CTIC) para digitalizar los sectores tradicionales de Asturias.
El CTIC, miembro de la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit), ha abierto las puertas de sus instalaciones en el parque tecnológico de Gijón y de la sede de RuralTech en Peón, Villaviciosa, para mostrar los proyectos implementados en empresas y en la comunidad rural.
Quesos con algoritmo
La inteligencia artificial tiene algo que decir incluso en la elaboración de un producto tradicional como los quesos asturianos. El sistema, denominado “QuesIA”, se encarga, por ejemplo, de detectar y recomendar a los maestros queseros qué lote de leche es el más adecuado para cada variedad de queso.
La tecnología, desarrollada por CTIC e implementada por Industrias Lácteas Monteverde, analiza el nivel de proteínas, vitaminas, bacterias, grasa y otros componentes de la materia prima —en este caso, la leche—, además de los datos de producción de los quesos, las etapas del proceso de elaboración, los ingredientes necesarios, las temperaturas y otros parámetros.
La optimización del tiempo permite a los maestros queseros experimentar con nuevos estilos, destaca Enrique López Argiz, consejero delegado de la firma. En la actualidad elaboran más de 60 variedades de queso. El sistema, agrega, también permite la trazabilidad del producto en un solo archivo, desde la producción en granja hasta la venta, y es aplicable a cualquier otro sector productivo.
Sidra con pasaporte
Del manzano a la nube. A través del escaneo del código QR que aparece en la etiqueta de cada botella de sidra, se puede conocer la trazabilidad de la bebida.

La documentación abarca desde las fincas de cultivo y la variedad de la fruta, hasta la producción, el embotellado y el producto final, que llega al vaso en forma de un largo chorro brillante mientras en el aire se libera el aroma de la sidra.
La práctica de escanciar, verter la bebida desde cierta altura, tiene además su equivalente digital con el desarrollo de un sistema de experiencia inmersiva que combina lo físico con lo virtual.

Tecnología en el entorno rural
En medio de las imponentes praderas y bosques de robles, pinos y eucaliptos de los valles de Peón, Candanal y Arroes, en el concejo de Villaviciosa, la digitalización también se instala en la comunidad rural.
Bajo el nombre de RuralTech se han desarrollado proyectos como el simulador climático, la producción fotovoltaica para la comunidad y la inteligencia artificial para la monitorización agroganadera, además de sistemas de prevención de incendios, entre otras aplicaciones tecnológicas.

En la sede de Peón opera el laboratorio donde se ejecutan los distintos experimentos, como los ensayos de escenarios climáticos para plantas y hortalizas, o el sistema de vallado virtual que permite a los ganaderos controlar a sus animales mediante collares geolocalizadores que, gestionados desde una app, emiten sonidos y leves descargas eléctricas para mantenerlos dentro de la zona delimitada.
En cuanto a la energía de la comunidad, se cuenta con una instalación fotovoltaica con 88 paneles solares y una potencia pico de 35 kW, además de un sistema de baterías para el almacenamiento de excedentes y su aprovechamiento durante la noche o en las horas de mayor demanda. La energía alimenta a seis viviendas, la escuela de Peón y el propio Centro Tecnológico, que incluye un simulador climático inteligente.
Reducción de emisiones
Para el 2030 ocho cooperativas lácteas de España se han comprometido a reducir la huella de carbono. En ese marco trabajan en alianza con firmas como Central Lechera Asturiana (CLAS) para la monitorización medioambiental, el análisis de suelos y el control digital de los cultivos forrajeros para evaluar en tiempo real la digestibilidad del alimento, el bienestar de los animales y la capacidad del suelo para capturar carbono.
No en vano, el 80% de las emisiones en la cadena de valor se produce principalmente por la alimentación animal y el metano generado durante la digestión, recuerdan desde CLAS.
Integración con la comunidad
La creación de la plataforma Andecha Cultural ha involucrado a distintas generaciones de la comunidad en la preservación de los patrimonios material e inmaterial de la zona. Los adultos aportaron sus saberes y los jóvenes la digitalización del catálogo. Así, se ha logrado registrar: 194 hórreos y paneras, 31 casas, casonas y palacios, 15 molinos, 23 fuentes y lavaderos, 20 edificios de interés, nueve paisajes, un vestigio arqueológico y tres rutas.

El proyecto forma parte de las iniciativas con las que CTIC busca involucrarse como un vecino más del valle de Peón, Arroes y Candanal.
“Uno de los puntos que pusimos de base es que el centro no se quedase en una actividad dentro del vallado, sino involucrarnos con la comunidad y tener la posibilidad de contar con un ámbito de experimentación en condiciones reales y controladas”, comenta Pablo Coca, director general de CTIC, mientras junto a los demás directivos se prepara para ingresar a la sede rural en Peón.
Una escuela rural de 1920
Allí, junto a la planta del laboratorio de RuralTech, donde trabajan 15 investigadores en diversos proyectos, funciona también la escuela rural primaria, que en 1920 fue donada por Ramón Álvarez de Arriba, un poblador que emigró a Cuba.
En 2019, tras la extinción de la fundación de Ramón Álvarez de Arriba, la propiedad fue transferida al CTIC para el desarrollo de nuevos proyectos tecnológicos.
Como aporte a la comunidad, el centro se ha encargado de la investigación y difusión del libro que reconstruye la vida y obra del benefactor de la escuela, del que solo se conocía el nombre.
Durante el recorrido para mostrar los diversos proyectos, tanto en la planta como en el área rural, los técnicos enfatizaron que la tecnología no reemplaza la actividad humana, sino que acompaña.
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