Muchos padres tenemos la necesidad de encontrar actividades para ocupar el tiempo de nuestros hijos mientras trabajamos y los dispositivos móviles son muy socorridos.
Y muchos sentimos ese sentimiento de ambivalencia: por un lado, nos sentimos culpables por no estar prestándoles la atención que nos gustaría y, por otro, estamos tranquilos porque nos dejan avanzar en las tareas interminables del trabajo con algo que les entretiene y les gusta.
Todos sabemos que el uso continuado de dispositivos móviles conlleva riesgos psicológicos y emocionales para nuestros jóvenes. Sin embargo, no se pone énfasis en que una exposición continuada a las radiaciones emitidas por estos dispositivos incrementa otros riesgos para la salud.
Aunque en las últimas tres décadas han surgido miles de estudios que destacan los distintos efectos en la salud que genera la contaminación electromagnética, la mayoría de la población tiene en mente sólo uno, el cáncer.
Y es verdad que puede aparecer, pero la incidencia no es tan alta, con lo que banalizamos y quitamos importancia a los efectos que produce en la salud una exposición continuada.
Los efectos en la salud son muy variados, pero todos tienen en común el estrés oxidativo que crea la radiación en nuestras células.
Algunas personas son más sensibles y pueden manifestar síntomas derivados de esta exposición de inmediato, mientras que la mayoría podría ver efectos a largo plazo.
Algunos de los síntomas a destacar son:
• Insomnio.
• Dificultad para concentrarse y problemas de memoria.
• Fatiga y cansancio general.
• Dolores de cabeza.
• Irritabilidad y nerviosismo.
• Pérdida de audición y acúfenos (tinnitus).
• Problemas de la piel.
¿Cómo nos protegemos?
Hay personas que me preguntan cómo protegerse si estamos rodeados de antenas por todos lados, el wifi del vecino, … Y es cierto, pero el cambiar nuestros hábitos nos puede ayudar mucho.
Siempre recomiendo que, lo primero y principal es proteger tu descanso.
En ese momento tu cuerpo aprovecha para repararse y si detecta un tóxico ambiental, prioriza la defensa, con lo que no se repara correctamente.
Para reducir nuestra exposición durante la noche recomiendo:
• Evitar el uso del teléfono móvil en la oscuridad.
• Dejar el teléfono móvil/videoconsola/ etc. apagado fuera del dormitorio.
• Evitar la puesta en carga dispositivos en la mesilla de noche en horas de descanso.
• Evitar la ubicación del router wifi/Alexa/Siri … en el dormitorio o en pareces de estancias contiguas.
Y para estar menos expuestos durante el día:
• Evitar el uso de dispositivos electrónicos durante el día mientras se están cargando.
• Evitar estar mucho tiempo cerca del wifi/Alexa/Siri/ etc.
• Evitar el uso de auriculares inalámbricos.
Aunque parezca paradójico, el revisar nuestros hábitos de uso de tecnologías ya puede marcar la diferencia y ayudar reducir nuestra exposición a la contaminación electromagnética de forma notable.
(*) Isabel Fernández es fundadora de Armonic Spaces.
Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde
Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde.
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