Pamplona, 23 sep (EFEverde).- Las comunidades energéticas de Navarra cuentan desde hoy con una herramienta estratégica para hacer frente a la pobreza energética. Dos estudios impulsados por la Oficina de Transformación Comunitaria de Navarra (OTC), dependiente de la sociedad pública Nasuvinsa, se presentan como instrumentos decisivos para fortalecer su papel social y garantizar una transición energética más inclusiva.
La directora general de Transición Energética y Digital, I+D+i Empresarial y Emprendimiento, Garbiñe Basterra, ha participado en la presentación de estos documentos en una jornada celebrada en Pamplona/Iruña. El acto contó con representantes de las comunidades energéticas navarras, personal técnico de Nasuvinsa, especialistas del Gobierno foral y el equipo de la consultora Traza, autora del trabajo.
Según destacó Basterra, el paso dado hoy por el Ejecutivo navarro refuerza el compromiso institucional de acercar a estas comunidades herramientas prácticas con las que afrontar los desafíos de la pobreza energética, un problema que afecta de manera creciente a hogares vulnerables y que requiere soluciones colectivas.
Estudios estratégicos para un nuevo modelo energético
Los dos estudios presentados nacen con la vocación de convertirse en una guía de referencia para el ecosistema energético local. Su objetivo es doble: por un lado, ofrecer un diagnóstico actual de la situación de las comunidades energéticas en Navarra; por otro, aportar propuestas que contribuyan a hacerlas más inclusivas y solidarias.
El primero de los documentos propone cinco líneas de acción prioritarias: la colaboración institucional, la formación ciudadana, la compartición de energía, la cobertura de necesidades térmicas y el impulso a la movilidad sostenible. Estas medidas permitirán a las comunidades energéticas desempeñar un papel activo en la lucha contra la pobreza energética.
El segundo estudio se centra en la participación diversa, apostando por herramientas prácticas y alianzas entre colectivos sociales que faciliten una mayor inclusión en el ámbito energético. De esta manera, se busca garantizar que todos los sectores de la población puedan beneficiarse de la transición energética.
“Mucho más que autoconsumo colectivo”
Durante la presentación, la directora general Basterra subrayó que el Gobierno de Navarra ha demostrado en los últimos años que una comunidad energética “es mucho más que una simple instalación de autoconsumo colectivo”. A su juicio, se trata de “un grupo de personas que trabaja para conseguir una transición energética justa y para todas las personas”.
La responsable del departamento explicó que los estudios han sido elaborados por la OTC en colaboración con los departamentos de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, con el fin de “ayudar a las comunidades energéticas a cumplir sus objetivos y superar las barreras que encuentran en el proceso de consolidación”.
Basterra recalcó que la transición energética en Navarra no solo debe avanzar en términos tecnológicos, sino también en términos sociales, apostando por un modelo inclusivo que incorpore a los colectivos más vulnerables y evite nuevas brechas energéticas.
Inclusión y justicia social como ejes
Alba del Campo, experta en políticas de energía local y pobreza energética, fue la encargada de exponer los resultados de la consultora Traza. En su intervención destacó que las comunidades energéticas “pueden ser clave en la lucha contra la pobreza energética en Navarra si se articulan desde la inclusión, la colaboración y la justicia social”.
Según Del Campo, la guía elaborada ofrece un diagnóstico real de la situación actual y “propuestas concretas para avanzar hacia una transición más justa y participativa”. La experta puso en valor la importancia de que estas estructuras incorporen la perspectiva de los colectivos vulnerables y fomenten la cooperación entre actores públicos y privados.
La experta recalcó que los estudios ponen de manifiesto cómo la transición energética puede convertirse en una oportunidad para democratizar el acceso a la energía, reducir desigualdades y generar cohesión social, siempre que las comunidades energéticas logren consolidarse como espacios de colaboración y participación.
Herramientas para superar barreras
Entre las propuestas recogidas en los estudios se incluye el refuerzo de la coordinación institucional, el diseño de programas de formación en eficiencia energética y la puesta en marcha de mecanismos que permitan a los hogares compartir excedentes de energía renovable. También se abordan soluciones específicas para cubrir necesidades térmicas en invierno y verano, así como medidas para integrar la movilidad sostenible en el día a día de las comunidades.
Estas líneas de acción persiguen responder a los retos más inmediatos de la transición energética, garantizando que los beneficios del autoconsumo renovable y de la gestión comunitaria de la energía lleguen a toda la población.
La perspectiva de género y la inclusión de colectivos en riesgo de exclusión social figuran igualmente entre las prioridades de los estudios, con el fin de asegurar que la transformación energética en Navarra se construya sobre principios de justicia social.
Cierre institucional
La jornada concluyó con la intervención de Yael Lorea, responsable de la Sección de Transición Energética de Nasuvinsa, quien destacó que los estudios elaborados por la OTC tienen como objetivo “acompañar a las comunidades energéticas en su desarrollo, ayudándolas a cumplir sus objetivos y superar las barreras que encuentran en el camino”.
Lorea insistió en que, en el actual contexto de transición energética, “resulta fundamental garantizar la coordinación entre departamentos y agentes implicados, para que esa transformación sea realmente justa, inclusiva y beneficiosa para toda la ciudadanía”.
Con la presentación de estos estudios estratégicos, el Gobierno de Navarra reafirma su compromiso de avanzar hacia un modelo energético en el que la equidad, la participación ciudadana y la justicia social sean tan relevantes como la innovación tecnológica.
Compromiso de largo recorrido
Navarra consolida así una hoja de ruta que trasciende el ámbito de las instalaciones renovables para situar en el centro la cohesión social y la lucha contra la pobreza energética. Las comunidades energéticas, concebidas como espacios de cooperación ciudadana, se perfilan como agentes esenciales para democratizar el acceso a la energía y reducir la vulnerabilidad de los hogares.
El Ejecutivo foral defiende que esta transformación solo será posible mediante un trabajo conjunto entre administración, ciudadanía y tejido social. La construcción de un modelo energético inclusivo, aseguran, permitirá a Navarra avanzar hacia una transición verde que no deje a nadie atrás.
En este contexto, las comunidades energéticas se consolidan como un pilar estratégico de la transición justa en Navarra, con capacidad para generar beneficios sociales, ambientales y económicos en todo el territorio.
Para saber mas: https://otcnavarra.es/wp-content/uploads/2025/09/CEs_y_Pobreza_Energetica_Navarra.docx.pdf
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