La iniciativa, a cargo del Ministerio ecuatoriano de Ambiente y Energía (MAE), con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se está realizando de manera simultánea en tres provincias distintas de la región amazónica del país.

Entre ellas 1.000 hectáreas en Zamora Chinchipe, 688 en la de Pastaza y 668 en Morona Santiago, las mismas que han contado con el apoyo de socios como las oenegés Hivos, el Consorcio ‘Reforestación Pastaza’ y la Fundación Ecológica Arcoíris, respectivamente.
Conservando la Amazonía
En la comunidad de Kuchants, del pueblo indígena shuar, en Morona Santiago, Domingo Najandey asegura a EFE que «Ecuador puede ser un ejemplo para el mundo. (…) Podemos decir al mundo que estamos conservando la Amazonía».
«Antes mi territorio era sólo chacra (campo de cultivo). Solo teníamos una variedad (de plantación). Era yuca o plátano. Ahora estamos sembrando diferentes variedades, como cítricos, canelas o guayusa. Sembramos técnicamente y manejamos nuestras tierras de manera sostenible», señala Najandey.
167.000 ejemplares plantados

una zona de la comunidad de Kuchants
EFE/ Santiago Fernández
La intervención ha permitido la construcción y repotenciación de catorce viveros locales, la plantación de más de 167.000 ejemplares de especies nativas y el fortalecimiento de 15 emprendimientos locales que permiten la dinamización de la economía, creación de empleo verde y el empoderamiento de las comunidades.
Son cerca de 800 personas involucradas en la restauración y conservación de las áreas intervenidas, lo que está beneficiando indirectamente a 14.750 habitantes, entre ellas Rosalba Vargas, de la comunidad Chuya Yaku, del pueblo indígena kichwa.
«Si vamos tiempo atrás, el bosque donde vivo estaba lleno de plantas medicinales y árboles, y eso fue talado, pero gracias a estos proyectos hemos vuelto a reforestar y a plantar plantas que nos han permitido recuperarlo», comenta Vargas.
Meta superada
Con siete comunidades indígenas se está interviniendo en cerca de 600 hectáreas, implementando prácticas sostenibles en sistemas productivos como pastizales, sistemas agroforestales tradicionales (chacras) y procesos de regeneración natural.

La representante adjunta del Programa de las Naciones Unidas para el Desarollo (PNUD), Claire Medina EFE/ Santiago Fernández
En Kuchants se celebró el miércoles un acto para festejar haber sobrepasado la meta de 2.000 hectáreas que se había planteado para esta iniciativa, con una exhibición de los productos y artesanías realizados por las comunidades.
«En el mundo hay otros países que también están restaurando a gran escala, pero lo que distingue a Ecuador, un país único por su biodiversidad, es que estamos restaurando en tres provincias de la Amazonía al mismo tiempo, con un vínculo con la política pública REDD+, y con el involucramiento de las comunidades locales y pueblos indígenas», destaca la representante adjunta del PNUD en Ecuador, Claire Medina.
Alianzas y soluciones
Así, «cuando se coopera y hay alianzas, se pueden buscar soluciones frente al cambio climático basadas en la naturaleza, como restauración de paisajes, medios de vida y cooperación con las comunidades locales», señala Medina sobre un modelo que en Ecuador también ha afianzado 134.000 hectáreas de cultivos sostenibles libres de deforestación, como café y cacao, que ya han tenido sus primeras exportaciones a Europa.
El Plan Nacional de Restauración Ecológica con Enfoque de Paisaje de Ecuador contempla en total más de 24.000 hectáreas bajo este enfoque, y «cada planta y hectárea en proceso de restauración forma parte de los compromisos internacionales y metas nacionales (de reducción de emisiones de carbono)», comenta el director de Bosques del Ministerio de Ambiente y Energía, Milton Ordóñez. EFE