Las elevadas temperaturas registradas este verano provocaron 3.893 muertes en las principales ciudades de España y 24.404 en grandes urbes europeas, según un estudio, que revela que aproximadamente el 70 % de los fallecimientos se debió a la intensificación de las olas de calor por el cambio climático.
Por delante de España sólo figura Italia, que registró 6.710 muertes por calor. Por detrás y a menor distancia: Alemania (2.445), Francia (2.062), Reino Unido (1.687) Rumanía (1.478) y Grecia (1.372).
El estudio, liderado por investigadores de Imperial College de Londres y London School of Hygiene & Tropical Medicine, analiza datos de 854 ciudades europeas que apenas representa el 30 % de la población europea, por lo que solo supone una «muestra» de lo sucedido entre junio, julio y agosto en Europa a causa de unas temperaturas cada vez más extremas.
Según los datos recogidos en el informe, el verano de 2025 ha sido el cuarto más cálido registrado jamás registrado y se estima que las temperaturas veraniegas en Europa son hoy entre 1,5 y 2,9 °C más altas de lo que habrían sido sin el cambio climático inducido por el ser humano.
Por su parte, España ha registrado su verano más calido desde que hay registros (1961), con una temperatura media en la península de 24,2 grados, 2,1 grados por encima de lo habitual y una décima por encima del récord anterior, alcanzado en 2022, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Barcelona 786 muertes, Madrid 423
En España, la cifra de fallecidos la lideraron Barcelona y Madrid, con 786 y 423, respectivamente. Con más de cien muertos figuran también Valencia (219), Zaragoza (191) y Sevilla (111).
[Visualiza las muertes por el cambio climático en cada una de las ciudades españolas]
El cambio climático fue el responsable del 72 % de las muertes las ciudades de España, tasa que en el conjunto de Europa baja al 68 %, según los expertos, que atribuyen a este fenómeno un aumento de las temperaturas máximas de hasta 3,6°C.
En Italia, el cambio climático estuvo detrás de 4.597 muertes estimadas por calor; en Alemania, 1.477; en Francia, 1.444; en Reino Unido, 1.147; en Rumanía, 1.064; en Grecia, 808; en Bulgaria, 552; y en Croacia, 268.
Entre las capitales, el mayor número de muertes adicionales atribuíbles al cambio climático correspondieron a Roma (835), Atenas (630), París (409), Madrid (387), Bucarest (360), Londres (315) y Berlín (140).
Barcelona fue la tercera ciudad europea con mayor número de muertes achacables al calentamiento global (630, el 80 % del total), solo superada por Roma (835) y Milán (1.156).
En décima posición, Madrid, donde sin el exceso de calor atribuible a la crisis climática, las muertes por elevadas temperatura sólo habrían sido 36, es decir, diez veces menos.
Valencia y Zaragoza ocuparon la undécima y decimosexta posición entre las ciudades europeas con mayor número de muertes adicionales por calor causado por el cambio climático, con 173 y 120 fallecimientos, respectivamente.
Mayores de 65 años, los más vulnerables
Por tramos de edad, las personas de 65 o más años concentraron el 70 % del total de muertes por calor y el 85 % de los fallecimientos asociados al cambio climático.
Para los expertos, dado que todo apunta a que los veranos serán cada vez más calurosos por el calentamiento global, cada vez será más mortales en Europa, cuya población está cada vez más envejecida.
Ante este panorama, los responsables del informe reclaman la aplicación de medidas para proteger a la población del calor, así como acelerar el despliegue de renovables para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y sus emisiones, principales causantes del cambio climático.
Europa, recuerdan, es el continente que más rápido se está calentando y la proporción de personas mayores de 80 años pasará del 6 % actual, al 15 % en 2100, según los datos que manejan.
«Aunque se implementen políticas de adaptación —como sistemas de alerta, horarios laborales flexibles, más zonas verdes y mejor infraestructura sanitaria—, las muertes por calor seguirán aumentando mientras el mundo continúe quemando petróleo, gas y carbón», advierten los científicos, que recuerdan que las ciudades son especialmente vulnerables por el efecto isla de calor.
El calor extremo, añaden, es un «asesino silencioso», pues la mayoría de las muertes relacionadas con el calor no se registran oficialmente, ya que suelen estar asociadas a enfermedades previas (cardíacas, respiratorias o renales) y rara vez se indica el calor como causa en los certificados de defunción.
El cambio climático triplica las muertes por calor en Europa, según un estudio
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