@anibalclm Ciudad Real, 13 ago (EFE).- Las masas de agua subterránea del Alto Guadiana mantienen descensos significativos en su nivel piezométrico, según datos oficiales de variación entre julio de 2024 y julio de 2025, pese a que la pasada primavera fue una de las más lluviosas en Castilla-La Mancha desde que existen registros.
Según datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), consultados por EFE, el patrón descendente de los acuíferos en las distintas masas de agua se sigue registrando en un buen número de ellas, de las que históricamente se vienen obteniendo mediciones.
Descensos en ocho masas de agua
De las 16 masas de agua evaluadas, ocho presentan caídas en sus reservas durante el último año, mientras que en otras seis se han registrado ligeros incrementos.
Los retrocesos más acusados corresponden a la masa de agua La Obispalía, con 2,39 metros menos; Rus-Valdelobos (acuífero mesozoico, zona sur), con 2,73 metros menos; Mancha Occidental II (acuífero terciario), con 1,17 metros menos; Mancha Occidental II (acuífero mesozoico), con 1,12 metros menos; y Campo de Montiel, con 1,06 metros menos.
Descensos más moderados se han registrado en Rus-Valdelobos (zona central), con 0,67 metros menos; Mancha Occidental I, con 0,72 metros menos; Lillo-Quintanar (acuífero mioceno), con 0,30 metros menos; Lillo-Quintanar (acuífero aluvial), con 0,07 metros menos; Consuegra-Villacañas, con 0,01 metros menos; y Aluvial del Azuer, con 0,14 metros menos.
Recuperaciones puntuales
En contraste, seis masas de agua han registrado incrementos y entre ellas la mayor recuperación corresponde a Sierra de Altomira (acuífero mesozoico, zona norte), con 0,82 metros más, seguida de Sierra de Altomira (zona sur), con 0,58 metros más; Campo de Calatrava (0,54 metros más), Bullaque (0,13 metros más), Aluvial del Jabalón (0,13 metros más) y Lillo-Quintanar (acuífero aluvial), con 0,07 metros más.
El descenso de las masas de agua o el incremento que se observa en algunas, se produce incluso en una primavera con registros de precipitación excepcionales.
La cuarta primavera más húmeda
Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la primavera de 2025 ha sido muy húmeda, con una media de 249,8 litros por metro cuadrado, la cuarta más húmeda en Castilla-La Mancha desde que existen registros, solo por detrás de 1971, 2018 y 2013.
La serie histórica de los últimos 11 años —de julio de 2014 a julio de 2025— muestra una tendencia de deterioro aún mayor y destacan las pérdidas acumuladas en Rus-Valdelobos (zona sur), con 27,82 metros menos; Mancha Occidental II (acuífero mesozoico), con 15,72 metros menos; Mancha Occidental II (acuífero terciario), con 14,35 metros menos; y Mancha Occidental I, con 12,71 metros menos.
Impacto de la sobreexplotación
Solo Lillo-Quintanar (acuífero aluvial) con 0,17 metros más y Bullaque con 0,19 metros más, mantienen un balance positivo.
Además, los expertos han advertido de que la sobreexplotación de las masas de agua para uso agrícola y consumo humano, junto con su baja capacidad de recarga, explica que los niveles bajen incluso con lluvias abundantes, si los periodos de sequía son prolongados y no se encadenan varios años húmedos.
En este sentido, un reciente informe elaborado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) revela que la sobreexplotación de las masas subterráneas de la zona central del Alto Guadiana no solo afecta a los ríos y humedales asociados, como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, sino que también tiene ya consecuencias importantes en muchas captaciones legales de agua, cuya viabilidad se ve comprometida.
Miles de pozos en riesgo
De hecho, de continuar la actual secuencia climática seca, en 10 años podrían quedar secos más de 4.700 pozos o captaciones.
Con todo, las tendencias piezométricas decrecientes desde 2014 en las tres masas centrales reflejan que, a pesar de las limitaciones y de las medidas de control y vigilancia que lleva a cabo la CHG, no se consigue mejorar la situación y la pendiente de descenso se mantiene constante.
De este modo, las proyecciones del IGME estiman que en la actualidad hay 2.155 pozos legales ya secos, una cifra que en 2029 aumentaría hasta 3.561 y que en 2034 alcanzaría los 4.772 pozos inviables por falta de agua.
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