Ana Tuñas Matilla
La industria europea del reciclaje está en peligro, en especial la del plástico, según un informe del Tribunal de Cuentas Europeo, que lo atribuye, entre otros factores, al aumento de costes o la escasa demanda para su producción, al tiempo que subraya que gran parte de los residuos urbanos acaban en el vertedero en lugar de ser valorizados por falta de infraestructura e incentivos.
El informe, publicado este miércoles, recoge que lograr la viabilidad de la industria del reciclado es un reto clave en el camino hacia una economía circular y que los objetivos de reciclado sólo se pueden alcanzar si se cuenta con la infraestructura adecuada para hacerlo y si existe un uso y un mercado para los productos resultados.
Sin embargo, las instalaciones de reciclado son escasas en algunos Estados miembros, mientras que en otros, algunas instalaciones existentes, en particular las que se ocupan de los plásticos, corren el riesgo de cerrarse debido al aumento de costes, la falta de demanda en la Unión Eurpea de su producción y a las importaciones de plástico reciclado y virgen más barato procedentes de fuera de la UE.
Los recicladores, son operadores económicos que necesitan un argumento empresarial viable, añade el informe, que recoge que la organización que los representa ya ha advertido de la crisis que afecta al sector y que, a su juicio, se debe al aumento de los gastos operativos (fundamentalmente de la energía), las importaciones de bajo coste sin verificar de plástico virgen y reciclado, y la falta de demanda de plásticos vírgenes y reciclados de la UE.
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Bajos niveles de recogida selectiva
El Tribunal concluye también que la recogida selectiva de residuos urbanos se mantiene en un nivel muy bajo en muchos de los estados miembro (lo que implica que gran parte acaba en el vertedero en lugar de ser valorizado) y que las tarifas de eliminación que pagan los ciudadanos no cubren necesariamente todos los costes de gestión de residuos.
La gran mayoría de los países de la Unión Europea, según el documente, tiene dificultades para cumplir los objetivos de reutilización y reciclado de los residuos municipales y dependen demasiado de los vertederos debido a las limitaciones financieras y a las insuficiencias de sus planes de gestión de residuos.
Los residuos urbanos están compuestos, principalmente, por envases y biorresiduos, como residuos biodegradables de parques y jardines o residuos alimentarios y de cocina.
En España, generamos unos 465 kilos de residuos municipales por habitante, de los que 223, casi la mitad, acaba en el vertedero, mientras que en la UE a 27, la media es de 511 kilos per capita, de los que 111, el 22 %, va a vertedero, según datos de Eurostat.
Una gestión eficaz de estos residuos requiere de una recogida separada bien organizada de los diversos materiales (papel, plásticos, cartón, vidrio, materia orgánica, etc), así como de infraestructuras adecuadas para su clasificación, tratamiento, incineración o vertido, y un mercado viable para el producto reciclado, añade el informe.
Involucrar al ciudadano
Para lograr que el sistema funcione, es necesario proporcionar argumentos comerciales a los recicladores, empezando por identificar los retos tanto del lado de la demanda como de la oferta que afectan al mercado único de los productos circulares y de las materias primas secundarias, según los auditores.
Para Stef Blok, miembro del Tribunal responsable de la auditoría, la solución pasa, entre otras cuestiones, por lograr que los ciudadanos se involucren en la separación de residuos y hagan posible el reciclaje.
En este sentido, ha afirmado, hay excelentes ejemplos de éxito, como el de Flandes, «donde desde hace años hay una elevada tasa de reciclaje gracias a la combinación de facilitar la vida a los ciudadanos, por ejemplo, para el compostaje en casa, y a las pymes que generan residuos, pero también de tener los incentivos adecuados».
«La combinación de incentivos financieros y un mayor acompañamiento por parte de la autoridad en los asuntos cotidianos de ciudadanos y pymes demuestra en la práctica que mejora el reciclaje», ha aseverado durante la presentación del informe.
Para ayudar a la industria del reciclaje, ha apuntado, existen posibles medidas que van desde subsidios, gravámenes a las importaciones o, por ejemplo, un porcentaje obligatorio de plásticos reciclados en los nuevos productos.
Otra recomendación que también podría ser útil es hacer un uso más generalizado de los incentivos financieros y fiscales, tanto a nivel del productor industrial como a nivel de los hogares y las pymes, ha añadido.
«Cuál se elegirá en última instancia depende, por supuesto, de la Comisión y de los Estados miembros. En todo caso, debería basarse en una evaluación de impacto realista», ha apuntado Blok.
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Armonizar impuestos
El informe añade que los impuestos sobre el vertido varían tanto de un Estado miembro a otro que incluso cabe la posibilidad de que los residuos se trasladen entre países por razones económicas o lo que es lo mismo, que resulte más atractivo exportar residuos que reciclar en el propio país.
Por ello, recomiendan que se evalúe la viabilidad de armonizar los impuestos sobre el vertido y la incineración en toda la UE.
En los Estados miembros auditados (Grecia, Polonia, Portugal y Rumanía), los avances en eficacia de la gestión de residuos municipales son lentos debido a la insuficiente financiación pública y a la incapacidad de utilizar plenamente instrumentos económicos, según el documento.
Entre estos instrumentos figuran la implantación de sistemas de depósito, devolución y retorno, el aumento del impuesto sobre el vertido y la aplicación de una tarifa de residuos basada en el volumen o el peso de los residuos generados (principio de «pago por generación de residuos»).
Recomendaciones incluidas en la auditoría:



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