Madrid, 24 jul (EFE).- Olivia Mandle no para de correr últimamente. Tanto, que cuando se conecta a la entrevista con Efeverde -la cual se ha tenido que adelantar porque se le solapaba con su siguiente compromiso- lo primero que hace es pedir perdón por llegar tarde y, lo segundo, reconocer que no para.
Nacida en Barcelona hace 18 años, esta joven activista -a la que en sus inicios se llegó a comparar con Greta Thumberg- ha convertido los océanos en su «misión de vida», por los que lleva luchando desde que tenía 12 años y para los que reivindica más acción.
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«En general hay muy poca acción a todos los niveles», afirma Mandle, quien pone especialmente el foco en los gobernantes y en el sector privado, con «mucho ‘greenwashing’ y ‘bluewashing'».
«Los Gobiernos yo creo que son como grandes dromedarios. O peor que eso. Los Gobiernos no están actuando. Están muy anclados, hablando mucho, pero luego hacen muy poco», asegura la joven, que reivindica: «Si no hacemos nada ahora, ¿cuándo lo vamos a hacer?».
La clave está en los ciudadanos
En su opinión, frente al inmovilismo de los Gobiernos y las grandes empresas, «la clave está en los ciudadanos», que son los que tienen que dar un paso adelante a través de sus propias decisiones.
«Desde el propio ciudadano, se tiene que concienciar y se tiene que cambiar la forma en la que hacemos las cosas, porque al final tenemos que crear una cadena de consciencia que es la que realmente puede cambiar el mundo», asegura.
Para ello, considera «fundamental» que se implemente la educación medioambiental en el currículum escolar, para que así las siguientes generaciones sean conscientes del cambio climático y puedan actuar en consecuencia.
«Yo creo que nos queda actuar. Los gobiernos, el sector privado, la ciencia, el ciudadano… Todos tenemos que juntar fuerzas, dejarlo todo de lado y poner el planeta en el centro de nuestras decisiones. Juntarnos todos, darnos simbólicamente la mano y actuar juntos, porque juntos es cuando realmente tenemos la fuerza», dice.
En este sentido, asegura que si tuviera delante a la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula Von der Leyen, le pediría que actuara, concienciara y pusiera en marcha un plan estratégico para mitigar la emergencia climática: «No tanto armamento, sino emergencia climática».
«Ponernos manos a la obra, empezar a tomar decisiones pero reales, que realmente cuenten y decirle: ‘Pero, ¿en qué peor situación vamos a vivir que esta?», afirma la joven, antes de pedir a los políticos que escuchen a la ciencia y a los científicos.
Trabajar por los océanos
Olivia Mandle, que este año ha acabado el Bachillerato Internacional en su rama científica y quiere estudiar Biología Marina en Reino Unido, considera el Mediterráneo «su segunda casa», en donde también ha notado la subida de las temperaturas.
«Las temperaturas matan. Lo destruyen todo. Matan el coral, matan a todos los ecosistemas que no están acostumbrados a una temperatura alta», asegura después de explicar que el año pasado ya se quedó «en shock» al darse cuenta de que su reloj de buceo marcaba 32 grados en la Costa Brava.
Por ello, celebra que España ratificara el pasado febrero el Tratado Global de los Océanos de Naciones Unidas (ONU), el cual considera «un paso muy grande y súper necesario», pero reivindica su completa aplicación para que no se quede solo en papel mojado.
«No puede ser como con lo de las áreas marinas protegidas, porque si no solo se queda en papel y no se lleva a cabo. Si no se legisla, al final no va a servir para nada», continúa.
Proteger a los delfines
En su lucha por proteger el medio ambiente, Mandle ha convertido a los delfines en el centro de todo. La joven, a la que se le ilumina la cara al hablar de ellos, lanzó hace unos años la campaña ‘No es país para delfines’ y entregó en 2023 más de 150.000 firmas en el Congreso de los Diputados para pedir que se prohíba su cautiverio.
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«España es la mayor cárcel de delfines en toda Europa y el sexto país a nivel mundial después de países como Estados Unidos, Rusia o China. Es un dato terrorífico», asegura la joven, que reivindica el cierre de los delfinarios en España y pide acabar con lo que ella denomina «el triángulo terrorífico», que es la captura, el comercio y los espectáculos.
«Si se corta uno, se acaba con todo. Es mucho trabajo, no es nada fácil, pero yo creo que al final es algo que va a caer por su propio peso», continúa, antes de mandar un mensaje de esperanza ante el cambio climático, porque todavía «hay una pequeña ventana, según los científicos, pero se está cerrando».
Por cierto, a Olivia Mandle le han sobrado tres minutos antes de su siguiente compromiso. Le espera una reunión de trabajo de la ONU.
La entrada La activista Olivia Mandle: «Los Gobiernos no están actuando, hablan mucho, pero luego hacen muy poco» se publicó primero en EFEverde.
