Julen Suescun
Madrid, (EFEVerde).- En el cincuenta aniversario de la primera ascensión femenina al Everest, la directora asturiana Isabel Díaz Novo desgrana las motivaciones y desafíos detrás de la historia de la alpinista japonesa Junko Tabei en un documental que aspira a rescatar su memoria.
“Lady Everest es para mí la oportunidad de rescatar la historia de una mujer extraordinaria que quedó en silencio por ser asiática y mujer”, afirma la directora, para quien el documental se ha convertido en una deuda personal con la historia de la montaña.
Díaz Novo explica que la génesis del proyecto nació de una mezcla de admiración y sorpresa hacia esta historia. Como montañera, conoció la historia de Tabei descubriendo que su vida estaba rodeada de un vacío documental inexplicable. “Durante décadas no hubo prácticamente nada sobre ella fuera de Japón”, lamenta.
El silencio alrededor de una pionera
Que Tabei hubiera sido la primera mujer en subir el Everest, la primera en completar las Siete Cumbres y la primera en terminar el reto del Leopardo de las Nieves no había sido suficiente para asegurar un reconocimiento internacional. “Es un hito deportivo impresionante que tuvo muy poca repercusión, y este año, que es su 50 aniversario, sentí que era el momento de reconstruir su historia”, explica.
Para la directora, el silencio alrededor de la alpinista tiene una explicación social profunda, ya que en el Japón de los años setenta (y en buena parte del resto del mundo), una mujer debía quedarse en casa, cuidando de su familia. El alpinismo, como cualquier otro deporte, era un espacio no concebido para ellas por desgracia.
Tabei rompió esa barrera liderando una expedición femenina al Everest, dejando en casa a una hija de tres años y enfrentándose al juicio colectivo. Su marido, Masanobu, asumió el papel de cuidador en un gesto inusual para la época. “A él le llegaron a llamar calzonazos por quedarse con su hija”, comenta Díaz Novo, que reconoce la valentía de ambos.
En el plano mediático, la invisibilización también tuvo raíces de género. Mientras los grandes nombres del alpinismo masculino como Reinhold Messner o Chris Bonington ocupaban titulares, el ascenso de una mujer japonesa se interpretó como una anécdota.
Un legado reconstruido
Una de las partes más emocionantes del rodaje del documental fueron las entrevistas con las personas que compartieron la vida de Tabei. La directora destaca el encuentro con el hijo de Junko, Shinya. Él mismo relata que la notoriedad marcó su infancia y lo llevó a rebelarse hasta bien entrada la treintena.
Shinya continúa hoy el proyecto social que su madre inició tras el desastre de Fukushima: llevar a mil escolares a la cima del Monte Fuji para reconciliarse con la naturaleza y recuperar la esperanza. “Su madre creía que la montaña ayudaba a sobrellevar los momentos difíciles”, explica Díaz Novo.
Las conversaciones con otras testigos privilegiadas —como la montañera Yumiko Hiraki o Shetsuko, compañera de Tabei en el Everest— aportaron a la directora una visión íntima y emocional de la alpinista. “Es lo bonito de los documentales: te permiten entrar en la vida real de la gente. A veces, habría material suficiente para una película de ficción”, señala.
Montaña, memoria y medio ambiente
El rodaje, marcado por la exigencia física de filmar en altura a la vez que subrayaba la visión ambiental de Tabei, pionera en denunciar la degradación del Everest cuando casi nadie hablaba de basura en altura. Tras su ascenso, sintió culpa por dejar botellas que consideraba residuos, un pensamiento adelantado a su tiempo. A los pocos años fundaría Himalayan Adventure Trust of Japan, dedicada a la protección de las montañas. “Las montañas deben estar abiertas a todos, pero necesitamos educación medioambiental. No va a subir un camión de la basura”, declara Díaz Novo.
El estreno en el Día Internacional de las Montañas no es casual. La directora reconoce que era un objetivo íntimo: “Como montañera, era mi manera de honrar a las montañas este año tan simbólico”. También celebra que la primera presentación se haga en el BBK Mendi Film Bilbao Bizkaia, un festival al que considera “casa”.
Preguntada por lo que espera transmitir a las nuevas generaciones de mujeres montañeras, Díaz Novo recupera el lema de Tabei: “paso a paso”. Para ella, ese principio trasciende la montaña: “Lo que se vive en una expedición es un microcosmos de la vida, y cualquier meta, en la montaña o fuera de ella, se alcanza así: paso a paso”.
Sobre la visibilidad del alpinismo femenino, la directora considera urgente que los medios amplíen su foco hacia las mujeres que han transformado la montaña desde lugares muchas veces silenciados. EFEVerde
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