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George Monbiot: “Para lo único para lo que siempre tuvimos tiempo es para un cambio de sistema”

(origen) Marta Montojo Torrente Mar 4, 2025 , , , , , , , ,
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Marta Montojo Torrente

Madrid, 3 mar (EFEverde).-  Sospecha el periodista y escritor ecologista George Monbiot (Londres, 1963) que a menudo se habla sobre capitalismo sin siquiera saber exactamente qué es, algo importante porque, a su juicio, hasta que no se abandone este modelo económico y se instale otro que permita vivir dentro de los límites del planeta, no se podrá superar ni la crisis ecológica ni las desigualdades que el sistema actual acarrea.

“Hay interminables debates sobre el capitalismo sin definirlo nunca, y así la gente acaba discutiendo sobre comercio cuando creen que están discutiendo sobre capitalismo”, argumenta Monbiot en una entrevista con EFEverde.

Para el periodista, es importante definir términos como capitalismo o neoliberalismo, pues su triunfo ha avivado un modelo de producción y consumo en el que la acumulación de riqueza y de poder han llevado al mundo a la situación actual: cambio climático, degradación de los ecosistemas y la consecuente pérdida masiva de biodiversidad, tensión geopolítica, conflictos bélicos, desigualdades.

Momento peligroso para la política ambiental

“Es un momento muy peligroso para la política medioambiental”, advierte Monbiot, que lleva 40 años ejerciendo de periodista. “Durante todo este tiempo, me han dicho que no tenemos tiempo para un cambio de sistema, que sólo tenemos tiempo para cambios graduales. Pero para mí está muy claro que para lo único que siempre tuvimos tiempo es para un cambio de sistema, que puede ocurrir muy rápidamente, como estamos viendo en este momento, para bien o para mal. El cambio incremental no funciona en un sistema complejo”, sentencia.

Lo que nos está frenando, según Monbiot, no es la naturaleza del cambio, sino “la timidez a la hora de pedir el cambio”: “La gente no es lo suficientemente atrevida en sus propuestas”.

Analiza, por ejemplo, la victoria del keynesianismo en los años posteriores al crack de 1929 y la Gran Depresión en Estados Unidos, cuando el entonces presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt impulsó un programa de políticas públicas para redinamizar la economía estadounidense sin dejar atrás a los estratos sociales más bajos.

“Roosevelt fue un presidente muy audaz que no dejó que nada se interpusiera en su camino”, señala Monbiot. “Tenía ese tipo de determinación de Trump para hacer grandes cambios”, dice, matizando que las intenciones, por supuesto, son muy distintas. “Y, en comparación, los demócratas y laboristas de hoy, y los otros, los llamados partidos progresistas pero realmente centristas de todo el mundo, son extremadamente tímidos, muy reacios a pedir el tipo de escala de cambio en el que Roosevelt estaba tan involucrado”.

Los gobiernos progresistas de hoy, critica Monbiot, “no están para gobernar”. “Y sólo podemos esperar de ellos algo de cambio incremental porque la gente no soportaría nada más que eso. Y mientras ellos han estado haciendo eso, primero los neoliberales y ahora la extrema derecha están diciendo que quieren un cambio de sistema, que van a arrasar con todo y a empezar de nuevo. Y eso es lo que han hecho”, lamenta.

Pero alega que hay una fuente de esperanza a la que aferrarse: “si el trumpismo y todos los movimientos de extrema derecha asociados a él colapsan porque Trump se ha extralimitado, porque el caos que provoca se vuelve en su contra, entonces tal vez eso nos dé la oportunidad de movernos y decir ‘hagámoslo de manera diferente’. Para que eso ocurra, tenemos que escribir esa historia de antemano”.

La doctrina invisible

Lo último que ha publicado Monbiot se titula La doctrina invisible, un libro editado en español por Capitán Swing y escrito a cuatro manos: las del británico —columnista en The Guardian y autor de otros libros como Regénesis o Salvaje— y las del cineasta estadounidense Peter Hutchison, director de documentales como Requiem for the American Dream: Noam Chomsky and the Principles of Concentration of Wealth and Power.

La doctrina invisible repasa en 170 páginas la manera en que el neoliberalismo se ha impuesto como ideología hegemónica en el mundo, cómo se ha infiltrado en todas las dimensiones de nuestra vida —social, cultural, política, económica— hasta consolidar aquel lema de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher: “no hay alternativa”.

Por ejemplo, en la dimensión política Monbiot y Hutchison sostienen que el relato neoliberal ha pasado a ser el dominante. Es una corriente a favor de la desregulación y el empequeñecimiento del estado para dar paso al libre mercado y el laissez-faire.

Usan el ejemplo de Estados Unidos, cuando sobre todo a partir del gobierno de Bill Clinton —con el ecologista Al Gore en la vicepresidencia— los demócratas “continuaron el programa neoliberal sustituyendo regulación gubernamental por la llamada ‘autorregulación’”. Llegados a un punto, izquierda y derecha se habrían convertido, arguyen los autores del libro, en prácticamente lo mismo: los ciudadanos apenas podrían distinguir la política neoliberal de los conservadores (partido republicano) de la de los progresistas (demócratas). Y afirman: “El hombre que hundió la candidatura de Hillary Clinton a la presidencia en 2016 no fue Donald Trump. Fue su marido”.

Estas simetrías entre unas y otras opciones políticas acabarían desactivando al votante en su capacidad de elegir qué gobierno tener, sugieren Monbiot y Hutchison.

Su ensayo recorre brevemente la historia del neoliberalismo, pero sobre todo expone la manera en que esta ideología impulsa un sistema que comporta una amenaza para el bienestar de la sociedad y su supervivencia en la Tierra.

Una alternativa al modelo actual

Los autores subrayan la necesidad de imaginar otros sistemas económicos que no rebasen los límites planetarios, que permitan superar la crisis ecológica y frenar a tiempo el calentamiento global. Eso pasa por dar con otra forma de tomar decisiones. Reivindican la democracia directa (asambleas ciudadanas y otros procesos de participación como la plataforma Decide Madrid), empezando por la escala municipal.

El sistema capitalista global “no ha funcionado para la mayoría de la población mundial”, sostiene Monbiot en la entrevista. “Ha funcionado un poco para bastantes personas, pero lo que vemos es que conduce a lo que Thomas Piketty describió como la espiral patrimonial de acumulación de riqueza, que a su vez provoca una espiral patrimonial de acumulación de poder. Y ese sistema nos lleva inexorablemente en esa dirección”,dice en referencia al colapso ecológico.

“Desde el surgimiento del capitalismo, ese ha sido nuestro camino”, alega el británico. “Vivimos en una especie de burbuja consumista en la que sólo vemos los bienes y servicios que nos llegan, pero no el interior del país del que proceden, y nunca vamos a cambiar eso hasta que no hagamos un esfuerzo deliberado por tomar conciencia de dónde procede nuestra prosperidad y de si se ha conseguido de forma justa”.

Estamos entrando en una época de “incertidumbre y trastornos masivos”, según el escritor. “Ahora es muy difícil predecir nada en absoluto”, argumenta. “Pero creo que una cosa va a estar clara, y es que el sistema actual es eminentemente explotable por tiranos, por déspotas. Y si no hay una especie de colapso sistémico global o una guerra o cualquiera de las otras cosas que Trump podría precipitar, entonces creo que tenemos una gran oportunidad para decir ‘vamos a construir una vida política y económica en diferentes líneas’”.

Política climática del Reino Unido

Se muestra crítico con el gobierno de su país, el Reino Unido. Reconoce que en materia climática y energética tienen un secretario de Estado, Ed Miliband, “bastante progresista”. Miliband, quien lideró el partido laborista entre 2010 y 2015, tiene una de las posiciones más conciliadoras en las negociaciones de las cumbres del clima de la ONU, donde las posturas de los países del Norte y el Sur Global sobre cómo afrontar el desafío climático están cada vez más polarizadas. Los países ricos –mayores responsables del calentamiento global– tratan de repartir la carga de la financiación de la transición climática mundial, mientras que los estados en desarrollo exigen una nueva arquitectura financiera global para descarbonziar sus economías en un modelo menos colonialista. El Reino Unido pertenece al primer grupo, pero ha adoptado una posición de país “puente” entre unos y otros.

Sin embargo, a nivel nacional, Monbiot cree que la política climática es un “desastre absoluto”. Afea, por ejemplo, que el gobierno de Keir Starmer quiera construir una tercera pista en el aeropuerto de Heathrow y ampliar otros aeropuertos. Lamenta también su apuesta por el petróleo, “aprobando la concesión de licencias para más yacimientos petrolíferos en el Mar del Norte”, que esté construyendo nuevas carreteras o impulsando un programa de captura y almacenamiento de carbono “completamente absurdo, que en realidad es un nuevo programa de combustibles fósiles que va acompañado de una nueva y enorme terminal de GNL para importar gas de Estados Unidos”.

Con todo, argumenta que si algo bueno ha logrado el Brexit es que el Reino Unido abandone la Política Agraria Común, y que haya aprobado una nueva política agrícola que “es un buen comienzo”. Frente a las protestas de los agricultores que recorrieron Europa el año pasado, Monbiot insiste en que “es urgente oponerse”, pero “la gente es muy tímida a la hora de enfrentarse a los agricultores”. En sus palabras, los agricultores y ganaderos gozan de “una especie de campo de fuerza moral a su alrededor” de manera que parece imposible criticarlos, “pero en realidad tienen un comportamiento destructivo; eso no es ayudar a alimentar a la gente, es sólo ayudar a destrozar el mundo viviente”. EFEverde

mmt/al

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Artículo de Marta Montojo Torrente publicado en https://efeverde.com/george-monbiot-tuvimos-tiempo-cambio-sistema/