Madrid, 29 sep (EFEverde).- España ha logrado avances notables en transición energética, economía circular y protección de la biodiversidad, pero aún debe acelerar su transformación si quiere alcanzar las metas climáticas y ambientales fijadas para 2030 y 2050, según los perfiles de pais tras la última evaluación sobre indicadores verdes publicada por la Agencia Europea de Medio Ambiente este lunes.
El perfil de España subraya que el país se encuentra en una posición privilegiada para liderar la transición ecológica en la UE gracias a sus abundantes recursos renovables, pero advierte que los esfuerzos actuales no bastan para reducir suficientemente las emisiones, ampliar las áreas protegidas o consolidar un modelo productivo más circular.
Pérdidas por clima extremo
En palabras de responsables consultados por la AEMA, “España está preparada para ser líder en transición verde, pero necesita intensificar las medidas para asegurar que los compromisos se traduzcan en resultados medibles”.
Así en cuanto a pérdidas económicas relacionadas con el clima señala que los indicadores muestran una tendencia irregular a lo largo de los años, aunque en los últimos años ha experimentado una tendencia al alza. Según las estimaciones de la AEMA, solo los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos han causado pérdidas económicas directas en España superiores a los 95.000 millones de euros desde 1980.

Avances en agricultura ecológica y biodiversidad
Uno de los logros más destacados es el incremento de la superficie de agricultura ecológica, que alcanzó el 12,51 % de la superficie agrícola utilizada en 2023, con especial protagonismo de cultivos como el olivo, la vid y los frutos secos. España se consolida así como referente europeo en producción ecológica, aunque necesitará aumentar este porcentaje para cumplir los compromisos europeos.
En materia de biodiversidad, el país cuenta con 1842 espacios naturales protegidos y 1861 lugares integrados en la Red Natura 2000, lo que representa el 27,39 % del territorio nacional. Esta cifra sitúa a España entre los líderes europeos en conservación de hábitats y especies, aunque persisten desafíos relacionados con la conectividad ecológica y la presión de actividades económicas intensivas.
El informe destaca que las políticas de restauración ecológica y adaptación al cambio climático han permitido frenar parcialmente el deterioro de ecosistemas, pero los impactos de fenómenos meteorológicos extremos siguen causando daños millonarios. Desde 1980, las pérdidas económicas superan los 95.000 millones de euros.
“La adaptación no es un lujo, es una necesidad urgente en un país que se encuentra en la primera línea del cambio climático en Europa”, señala el análisis.
Economía circular y gestión de residuos
La transición hacia una economía circular es otro de los frentes en desarrollo. El plan Circular España 2030 busca reducir en un 15 % la generación de residuos respecto a 2010, aumentar la reutilización y maximizar la tasa de uso circular de materiales.
Actualmente, la generación de residuos presenta una tendencia fluctuante, condicionada por ciclos económicos y crisis como la pandemia de la COVID-19. No obstante, se han sentado bases normativas y políticas para avanzar hacia una reducción sostenida.
La tasa de uso de material circular se encuentra en niveles insuficientes y necesita un cambio estructural para acercarse a los objetivos comunitarios. En este sentido, se plantea reforzar el ecodiseño, la reparación y la reutilización, así como el desarrollo de cadenas de valor más sostenibles.
La evaluación oficial concluye que este ámbito está “en camino”, aunque con un margen amplio de mejora en comparación con otros Estados miembros de la UE.
Energía renovable y consumo
La transición energética es otro de los pilares de los avances, pues España ha reducido de forma progresiva su dependencia del carbón y del petróleo, mientras que la energía solar fotovoltaica y la eólica han experimentado un crecimiento sostenido. Desde 2012, las renovables superan a la energía nuclear en aportación al mix energético.
No obstante, la recuperación del consumo tras la pandemia ha revelado que persisten ineficiencias. Aunque en 2022 el consumo final de energía se mantenía aún por debajo de los niveles prepandemia, los objetivos de reducción fijados para 2030 requieren un esfuerzo adicional en eficiencia energética y electrificación de sectores clave como el transporte y la industria, detalla la web de AEMA.
La participación de las energías renovables en el consumo final todavía necesita una “aceleración necesaria”, según el diagnóstico, que subraya el papel central de la fotovoltaica y la eólica en alcanzar la neutralidad climática para 2050.
“España tiene recursos renovables de sobra, pero debe mejorar las interconexiones y modernizar la red eléctrica para aprovechar todo su potencial”, advirtió un experto consultado.

Calidad del aire, salud y ruido ambiental
El perfil también resalta progresos en la reducción de los impactos de la contaminación atmosférica sobre la salud. Las muertes prematuras asociadas a partículas finas PM 2,5 han disminuido de manera notable, gracias a la aplicación de planes estratégicos como el Plan de Salud y Medio Ambiente 2022-2026, la implantación de zonas de bajas emisiones en grandes ciudades y herramientas predictivas como el índice nacional de calidad del aire.
Estas medidas están alineadas con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y han contribuido a una mejora real de la calidad de vida.
Contaminación acústica
Sin embargo, el ruido ambiental emerge como un reto creciente. El país trabaja en el diseño de una visión estratégica para mitigar sus efectos, en línea con el plan europeo de contaminación cero. Expertos advierten de que la exposición prolongada al ruido urbano sigue teniendo repercusiones significativas en la salud cardiovascular y mental.
“La contaminación acústica es la próxima frontera de la salud ambiental en España, y necesita políticas específicas para reducirla”, señalan fuentes técnicas.
Evaluación final y perspectivas
En conjunto, España presenta un balance mixto: notables progresos en agricultura ecológica, renovables y calidad del aire, frente a desafíos pendientes en eficiencia energética, economía circular y adaptación climática.
El sector UTCUTS (uso de la tierra, cambio de uso y silvicultura) continúa siendo determinante en la ecuación climática, con un peso del 16,1 % de las emisiones brutas totales en 2022. La gestión sostenible de los bosques y la capacidad de absorción de CO₂ son claves para alcanzar los compromisos de neutralidad.
El texto apunta que, aunque España ha demostrado capacidad de liderazgo y cuenta con un marco normativo sólido, debe intensificar la ejecución y coordinación de políticas para cumplir los objetivos europeos y globales sobre la materia.
“Lo que hagamos en esta década marcará el futuro de España en la transición ecológica. Estamos en el camino, pero la velocidad todavía no es la necesaria”, resume el documento.
Según la agencia, estos perfiles no constituyen una evaluación del progreso de la AEMA ni de la Comisión Europea (CE), sino una evaluación elaborada por los países sobre sus principales tendencias en materia de sostenibilidad, los retos que les rodean y las medidas que están adoptando. Complementan los informes nacionales de la Revisión de la Implementación Ambiental 2025, elaborados por la CE.
sfv/al
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