Tarragona, 13 oct (EFE).- Las calles de Godall, en la comarca del Montsià (Tarragona), han amanecido cubiertas de fango por el paso de la dana Alice y los vecinos tratan de limpiar a palazos los bajos de viviendas, locales y parkings que han quedado anegados por las lluvias torrenciales de la pasada noche.
El paisaje es devastador, decenas de inmuebles dañados y coches destrozados y arrastrados por el agua, una estampa que se repite en municipios como La Ràpita, Alcanar, Santa Bàrbara o Ulldecona, donde la dana ha hecho estragos.
“Sobre las cuatro y media de la tarde de ayer empezó a llover de manera desmesurada y el barranco que cruza por el pueblo colapsó y el agua transitó por las calles, se llevó coches y entró en las casas. Un desastre todo”, explica el acalde de Godall, Alexis Albiol.
Los vecinos llevan desde las siete de la mañana ayudando a limpiar las calles, incluso con sus tractores. “Les hemos dicho que saquen a la calle lo que tengan dañado y voluntarios irán a recogerlo”, apunta Albiol.
Las instalaciones de la Cooperativa Agrícola de Godall han quedado destrozadas por las lluvias, que han acabado con material y documentación. El edificio del Ayuntamiento y el bar de la plaza Major también se han visto afectados.

En La Ràpita, el local de la Cooperativa Armadors del Mar ha quedado completamente inundado y los desperfectos han llegado incluso a embarcaciones amarradas en el puerto.
En una escuela, profesores y vecinos achican agua del pasillo y apartan sillas y mesas. Hoy no hay clase en el centro, ya que la actividad educativa ha sido suspendida en cinco comarcas del sur de Tarragona: Montsià, Baix Ebre, Ribera d’Ebre, Terra Alta y Baix Camp.
“Cinco minutos después de llegar la alarma a los teléfonos móviles -sobre las seis de la tarde del domingo- ya estaba todo inundado”, lamentan desde el consistorio de La Ràpita.
Por su parte, las 400 personas de varios municipios de las Terres de l’Ebre que tuvieron que ser realojadas en centros de acogida ya han ido regresando a sus casas, solo quedan siete en el Ayuntamiento de Freginals, quince en el pabellón de Amposta y diez en Alcanar.
Alcanar vive en un ‘deja vu’ constante, empieza a ser muy habitual que sus calles se inunden cada vez que llueve con fuerza.
Los bomberos tuvieron que rescatar una autocaravana que se adentraba en el mar, como ejemplo de la virulencia de un episodio de lluvias torrenciales que, según el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, no han acabado y podría retomarse a lo largo de este lunes. EFE
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