• 29/10/2025 21:49

“El horizonte de Málaga en venta: el debate sobre el paisaje, la identidad y el modelo urbano de la bahía”. Por Guillermo Busutil

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La defensa de la bahía de Málaga

Guillermo Busutil

Ni puede entenderse como la cartografía perfecta para la expansión inmobiliaria de los fondos de inversión y los negocios alrededor del poder político. El paisaje es la conciencia de lo que somos. Nos devuelve la mirada de las emociones, la memoria con la que se corresponden. Su peculiaridad define la identidad cultural a la que pertenecemos, y nos regala su belleza, su significado, sus cualidades como territorio y su valor como entidad ecológica. Todas las ciudades poseen su capital paisajístico territorial, y cada cual supone un hábitat y una biodiversidad que ofrecen conexión y pertenencia. Un refugio visual.

Así lo determina el Convenio Europeo del Paisaje, comprometido con medidas generales de reconocimiento de los paisajes; de definición y caracterización; de aplicación de políticas para su protección y gestión; y de integración de los paisajes en las políticas de ordenación del territorio.

Málaga y su bahía: la matriz de la mediterraneidad

En el caso de Málaga, el referente es su bahía. La matriz de su mediterraneidad, de su luz. El vínculo con un mar del que proviene su fundación, su historia, su desarrollo y su cultura. Una bahía matriarcal en la propia naturaleza de su trazo, contemplada desde la orilla y especialmente desde el mirador del monte de Gibralfaro, desde el cual se disfrutan dos iconografías también singulares de Málaga:

  1. La farola femenina: una de las tres que existen entre los 191 faros de España, declarada BIC en 2023. En pleno funcionamiento, su ojo verde Polifemo sigue activo a pesar de sus 205 años y actualmente está amenazada con ser desposeída de su condición de reina náutica, para convertirse en un peón decorativo a la sombra de un rascacielos.

  2. La forma de proa del paseo malagueño hacia el dique de levante: un espacio para ensimismarse entre la poética acuarela del crepúsculo náutico a la derecha y el expresionismo del plenilunio que emerge a la izquierda, como un hechizo de sirenas.

Este dibujo real hace único el paisaje de este entorno, que para muchos supone un disfrute ciudadano, el enclave idóneo para entender que la felicidad consiste en contemplar el mar sin hacerse preguntas, y el vital paraje de liberación y encuentro en las primeras salidas reguladas del postconfinamiento. Otros lo entienden como una postal obsoleta que no debe impedir la metamorfosis del horizonte, de la ciudad y la monetización de su imagen turística.

La bahia

La amenaza del rascacielos en el dique de levante

Un reclamo de paraíso de lujo en detrimento de la imagen identitaria es la apuesta lamentable de la Autoridad Portuaria, del alcalde popular de Málaga y especialmente de un fondo de inversión catarí, empecinados, a pesar del permanente y creciente rechazo civil y de la oposición municipal, en construir en ese dique de levante, a pie de la bahía, un rascacielos de 150 metros de altura que albergará un hotel premium.

Otro más de los muchos erigidos y en marcha sobre el gran Monopoly en que el alcalde Francisco de la Torre ha convertido la ciudad. El abordaje a la belleza del paisaje a bordo de un establecimiento exclusivo parece insuficiente para atraer turismo de alta gama, y por ello se enriquece la oferta con un casino para el dinero con bandera de paraísos fiscales. Los mismos pabellones de la mayoría de mega yates que atracan en las dársenas de este puerto de Midas, ante los que la gente se hace absurdos selfis.

Un rascacielos destinado al turismo 5.0

Si bien se proyecta un edificio similar al de Martiricos, los dos gigantes de 126 metros que casi se alinean con el dique y cuya altura de 111 metros ha roto el diálogo visual con el paisaje interior, desde el mar hasta los montes de Málaga, polémico por la proliferación de pisos turísticos y la convivencia conflictiva con sus residentes. Este roto agresivo amuralla la avenida visual entre los montes y el mar a través del sendero del río Guadalmedina, iracundo y ofensivo frente a diferentes perspectivas, causando irritación a los malagueños.

Un rechazo generalizado

Vuelvo al proyecto totémico al que, en el primer manifiesto leído en 2017 en su contra, denominé “el dildo del puerto”. A este repudio se sumaron voces de mucha solvencia como las de ICOMOS, las Academias de Málaga, millares de firmas ciudadanas recogidas en Change.org, y la resonancia que tuvo en 2021 el Manifiesto Cultural que, junto con el periodista Alfonso Vázquez, aglutinó más de 300 firmas de artistas e intelectuales, entre ellos Emilio Lledó, Elvira Lindo, Manuel Rivas, Miguel Ríos, Irene Vallejo, Gallego & Rey, Manuel Vicent, Cristina Morató, Julio Llamazares, Benito Zambrano, José María Merino, Carlos Álvarez, Marta Sanz, Pedro Casablanc, Salva Reina, Adelfa Calvo y Javier Ojeda.

Junto con el apoyo del crowdfunding de la plataforma citada y el trabajo del director documental José Antonio Hergueta, elaboramos el vídeo “La bahía de la cultura” con el lema: “No al rascacielos. Sí a la bahía” (enlace).

El manifiesto llegó hasta el Ministerio de Cultura, motivando un informe del departamento gubernamental de Rodríguez Uribe, que constataba indicios “suficientes de expoliación” y alertaba sobre la alteración irreversible del paisaje histórico del Centro Histórico de la ciudad. En 2022, la concejala de Cultura de Ciudadanos, socio del PP en el Ayuntamiento, votó negativamente la maqueta, argumentando que Málaga ya contaba con suficientes hoteles de alto standing.

La coartada del prestigio arquitectónico

Hace más de veinte años, cuando se proyectaba la unión del puerto con la ciudad, un grupo de prohombres invitó a Frank Gehry al enclave. Él simplemente entregó la tarjeta de su estudio y se marchó en silencio. Algo similar ocurre con el proyecto encargado al arquitecto David Chipperfield, premiado con el Pritzker 2023, aunque solo se conoce una infografía publicada en febrero que muestra una imagen idealizada del rascacielos y una secuencia de jardines hasta el dique de Levante.

El urbanista Damián Quero ha señalado que “una mirada urbanística a los lugares públicos no puede estar limitada a las características geométricas del espacio; es también necesariamente de condición antropológica” y pide que la intervención “no destruya la figura de su fundación entre el monte, el río y el mar, y que conserve la forma de la transición civilizada de la ciudad al mar”.

Simulación del efecto de la torre en el paisaje malagueño, cedida por Busutil

El paquete catarí

No se trata de una operación policial, sino de un proyecto financiero que busca lucrarse en un territorio ajeno, sin respeto por su cultura ni su medio ambiente. El mantra del “paquete catarí” parece haberse convertido en un lema de derrota inevitable. Ni siquiera el Consejo de Ministros puede frenar el pulso del dinero en este enclave sensible.

Mientras tanto, los defensores del patrimonio mantienen pequeñas esperanzas. Por ejemplo, que prospere la demanda interpuesta por la Plataforma Defendamos Nuestro Horizonte y la de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, considerando que no se puede suprimir una zona de uso ciudadano de 12.052 m² por una torre de 45.000 m², ni mediante modificaciones encubiertas del PGOU.

Conclusión: habitar y defender el paisaje

Habitamos el paisaje, pero no lo defendemos, al igual que tampoco soñamos la ciudad, en una época de crisis medioambiental. Se apuesta por la hipertrofia del turismo, no se plantea el necesario decrecimiento de las ciudades saturadas y se globaliza un disfraz de modernidad que convierte cada ciudad en el mismo escaparate franquiciado. Hemos perdido los espacios públicos y el vínculo emocional con las geografías interiores del centro histórico. Solo nos queda la casa del paisaje.

Cabe recordar en voz alta la importancia del paisaje como actitud, como señalaba el filósofo Luis Cammitzer, y el poema Ciudad del Paraíso de Vicente Aleixandre, con su advertencia final:
“Angélica ciudad, un soplo de eternidad podrá destruirte”.

“Angélica ciudad, un soplo de eternidad podrá destruirte.”

Guillermo Busutil es un escritor y periodista cultural español, galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Cultural en 2021 por su destacada labor en la difusión y promoción de la cultura

Para saber más
https://www.malagahoy.es/malaga/torre-puerto-tres-preguntas-paisaje-malaga_0_2003964651.html

https://www.malagahoy.es/malaga/torre-puerto-malaga-preguntas-paisaje-david-chipperfield_0_2003964876.html

https://www.malagahoy.es/malaga/torre-puerto-malaga-preguntas-paisaje-david-chipperfield_0_2003974980.html

https://www.elespanol.com/malaga/malaga-ciudad/20231219/fuerte-critica-padre-pgou-malaga-operacion-termica-proyecto-turismo-playero/818168331_0.html


 

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Artículo de Arturo Larena publicado en https://efeverde.com/cdoverde-horizonte-malaga-paisaje-bahia-rascacielos-busitil/