• 18/07/2024 15:32

El cambio climático provoca la «feminización» de la tortuga boba

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Sheila Noda Alonso

Madrid, (EFEverde). – Los efectos del cambio climático se hacen sentir cada vez más sobre los océanos y su biodiversidad. En el Mediterráneo, uno de los mares que más rápido se calienta del planeta, el aumento de la temperatura está obligando a muchas especies a cambiar su comportamiento, entre ellas, las tortugas bobas o comunes (Caretta caretta), que en los últimos años han acudido con mayor frecuencia a las costas españolas, no sólo para alimentarse, sino también en busca de un lugar propicio para sus crías.

Uno de los efectos detectados es una alteración en el equilibrio en la proporción entre machos y hembras en esta especie, en la que el sexo está determinado por la temperatura de la arena del nido en el que se depositan los huevos. En el Mediterráneo, en las playas habituales de anidación de la Caretta caretta, en países como Grecia, Turquía y Chipre, la especie había logrado hasta ahora mantener dicha proporción.

Sin embargo, a medida que aumenta la temperatura incrementan también las probabilidades de que nazcan hembras -se calcula que por encima de los 29 ºC-, y lo que está ocurriendo actualmente es una feminización de la especie, señala en entrevista con EFEverde.com Guillem Félix Torrilla, técnico de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural del Gobierno de Islas Baleares.

Entre el 80 y el 90 % de las tortugas marinas que nacen son hembras, lo cual reduce las probabilidades de éxito reproductivo y es muy probable que motivado por la temperatura estos animales estén explorando zonas nuevas, más frías, desde donde intentan que sus nidos vayan adelante, afirma.

El experto precisa que en 2023 en España se identificaron 31 nidos de tortugas bobas y este 2024 ya aparecieron dos en la Comunidad Valenciana. “El año pasado fue muy fuerte en Baleares con 6 nidos – 3 en Mallorca y 3 en Ibiza- y 4 intentos, pero también lo fue en Murcia, Cataluña, Andalucía y Valencia. Habíamos visto que unos 7 u 8 años antes ya en Italia empezaban a tener nidos, por lo que da la sensación de que las tortugas están acercándose hacia aquí”, dice.

No es lo mismo utilizar una zona para alimentarse, que para reproducirse, indica, y Baleares, por ejemplo, es un lugar totalmente explotado a nivel turístico y eso implica una probabilidad muy alta de que los huevos no salgan adelante por el uso de la playa, porque se moleste a la tortuga o porque los tractores que pasan por la mañana para aplanar la arena pisen los nidos, advierte Félix Torrilla.

Una cría de tortuga boba (caretta caretta). EFE/Katia Christodoulou

¿Cómo proteger las crías de Caretta caretta?

La Caretta caretta es una especie protegida, por lo que si se quiere garantizar su supervivencia es necesario “adaptar el modelo turístico español a estos ejemplares, y lo más importante es detectar a tiempo los nidos para poder gestionarlos y asegurar que vayan bien”, sostiene Félix Torrilla.

Desde la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural del Gobierno de Islas Baleares se diseñan protocolos de actuación, que cada año son revisados y adaptados, se forma al personal interno además de a socorristas, policías locales y trabajadores del ayuntamiento para, desde todas las islas, dar la respuesta más rápida.

Una vez recibido el aviso de avistamiento de tortuga, los especialistas proceden a la detección del nido, cuentan la cantidad de huevos depositados en la arena y entre un 10 y un 15 % de ellos son llevados a incubación artificial. El resto quedan en la playa, pero no necesariamente donde la tortuga los ha puesto, sino que, si es necesario, se  trasladan a otras playas donde se ha comprobado que el tipo de arena, la humedad y la temperatura son más adecuadas para la incubación de los huevos.

Mientras que al nacer, una parte de las tortugas pasa a integrar un programa de cría en un medio artificial controlado para aumentar su talla y devolverlas al mar con mayores probabilidades de supervivencia. En los primeros 4 o 5 años en el mar las posibilidades de ser devoradas son muy grandes. Si eliminamos estos años y de 14 gramos cuando nacen, las soltamos luego de 10 meses con un kilo y medio son menos sus depredadores y es más probable que lleguen a la edad adulta y reproductiva, explica el técnico veterinario.

Al igual que las tortugas marinas, las bobas regresan a las playas donde nacieron para realizar sus puestas. “Hay varios momentos de su vida en los que aprenden a identificar los sitios. El primero, es cuando están dentro del huevo, pues tienen un mecanismo físico en que por magnetismos identifican la zona. Otro de los mecanismos es cuando salen del nido y van al mar, entonces, como algunas no han realizado ese camino las soltamos en la playa donde fue incubado el nido para que puedan recoger información del lugar”, detalla el experto en tortugas.

Biólogos de la Generalitat han devuelto hoy al mar tres tortugas bobas nacidas en la playa Llarga de Tarragona. EFE/Jaume Sellart

Varamientos: el plástico como enemigo

Según la actualización de indicadores del Informe Mar Balear en el territorio se localizaron un total de 1.288 tortugas marinas varadas entre los años 1993 y 2023: 634 vivas y 654 muertas. Mientras que en los años 2020 y 2023 se localizó el número máximo de tortugas varadas (83 en cada caso): en 2020, 30 muertas y 53 vivas, de las cuales sobrevivieron 47; y en 2023, 46 muertas y 37 vivas, de las cuales sobrevivieron 33.

Desde la Fundación Palma Aquarium, encargada de la asistencia a los varamientos de fauna marina de las Balears dentro del proyecto «Conservación y protección de especies marinas amenazadas (tortugas marinas, cetáceos y tiburones) en las Illes Balears», la bióloga marina Antonia Solomando insiste en que el cambio climático ha impuesto a las tortugas la necesidad de buscar arenas más frías para sus crías y también alerta sobre los cambios en los motivos de los varamientos de esta especie.

Hace unos años el motivo de entrada era principalmente por el anzuelo, el palangre, la pesca accidental, sin embargo, ahora la gran mayoría entra por temas de plásticos y enmallamientos. Entre un 60 y un 80 % de las tortugas marinas se ven afectadas por plásticos ya sea en términos de enmallamiento o ingestión, y en ambos casos son un problema para ellas, dice.

“Los plásticos provocan obstrucciones intestinales o problemas de flotabilidad y en el caso de enmallamiento tienen dificultades de natación, les impide capturar presas y están más expuestas en superficie y a colisiones con embarcaciones”, expresa la investigadora.

Biólogos de la Generalitat han devuelto hoy al mar tres tortugas bobas nacidas en la playa Llarga de Tarragona. EFE/Jaume Sellart

Investigación: clave en la conservación de la especie

Con el propósito de recoger datos que contribuyan a su conservación, una parte de las crías de tortugas, como de las que llegan a las playas a desovar o quedan varadas reciben un emisor satelital para seguir su trayectoria y conocer sobre su supervivencia en los meses siguientes a su reintroducción. Mientras que la mayor parte de estos animales -que no pueden recibir el emisor satelital por el coste elevado de la tecnología- se les coloca un microchip para que si llegan a otro centro de recuperación puedan ser identificados.

Estamos viendo que algunas que han sido soltadas en Baleares cruzan el estrecho de Gibraltar y se vuelven al Atlántico, otras se quedan en el Mediterráneo occidental e incluso otras cruzan el estrecho de Sicilia y se van al Mediterráneo oriental, lo cual nos permite conocer sus rutas. Son animales muy migradores y eso lo han demostrado, comenta.

La experta de la Fundación Palma Aquarium puntualiza que la Caretta caretta requiere de estudio, porque es una especie salvaje y su monitorización es una herramienta clave para seguir entendiendo a dónde van y atacar los problemas que surjan en esos territorios.

Cualquier persona que vea una tortuga o su rastro en las playas debe llamar al teléfono 112 y esperar instrucciones. En caso de enmallamiento, Solomando reflexiona que lo más importante es no quitar el plástico de la tortuga, pues lleva muchísimo tiempo con él y se le ha hecho como un torniquete, la infección la tiene aislada, y al retirarlo la infección pasa al resto del cuerpo debilitado.

Los expertos coinciden en que para lograr la conservación de la especie se requiere conocer más sobre su comportamiento y cómo influye en ella los efectos del cambio climático, y recuerdan que las personas no deben acercarse a las tortugas, no deben iluminarlas con flash y no deben tocarlas o interferir en su proceso de anidación. EFEverde

 

 

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Artículo de Sheila Noda publicado en https://efeverde.com/el-cambio-climatico-provoca-la-feminizacion-de-la-tortuga-boba/