• 16/12/2025 21:49

Bruselas da marcha atrás y propone seguir vendiendo coches de combustión más allá de 2035

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Estrasburgo (Francia)/Madrid.- La Comisión Europea ha propuesto rectificar el veto a la venta de coches nuevos que emitan dióxido de carbono (CO2) fijado para 2035, en el marco de un paquete de medidas para aliviar a la industria del automóvil ante la ralentización de la demanda de vehículos eléctricos, la creciente competencia china y los aranceles de Estados Unidos.

El Ejecutivo comunitario ha planteado este martes que se introduzcan flexibilidades en los objetivos de emisiones contaminantes. Hasta ahora, la meta era que los fabricantes redujeran un 100 % sus emisiones de CO2 con respecto a 2021 para 2035, lo que en la práctica suponía el fin de los coches de combustión, pero con la nueva propuesta, este listón se reduce hasta el 90 %.

El 10 % del volumen de CO2 restante se podrá compensar mediante reducciones previas en la cadena de valor.

Esto supone que las automovilísticas podrán continuar fabricando coches de combustión, pero para ello, tendrán que ganar «créditos», que obtendrán mediante el uso de acero bajo en carbono producido en Europa y del empleo de biocombustibles y de combustibles sintéticos (efuels).

Bruselas también avala que los vehículos híbridos enchufables y los eléctricos con motor de combustión como generador se puedan seguir comercializando a partir de 2035.

«Afirmamos claramente el principio de neutralidad tecnológica. Confiamos en la industria para proponer las soluciones más pertinentes para alcanzar la descarbonización», ha dicho en rueda de prensa el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Industria, Stéphane Séjourné.

Varios comisarios europeos comparecen en rueda de prensa para explicar la propuesta.

La rectificación, que aún deberán negociar el Parlamento Europeo y los Estados miembros (el Consejo de la UE), se alinea con las demandas de la industria del motor y con las pretensiones de países como Alemania o Italia, pero se aleja de la posición de España, que aboga por mantener el veto en 2035.

El ajuste llega un año después de que Bruselas concediera a los fabricantes una prórroga hasta 2027 para cumplir con sus obligaciones de reducción de emisiones previstas para 2025.

La Comisión repite ahora esa fórmula para el período 2030-2032, y a continuación revisará la legislación para ver si ha respondido a sus objetivos.

«La electrificación del parqué sigue siendo el principal motor de la transformación de la flota europea a diez años», pero «nuestra industria se enfrenta a tres grandes desafíos: una crisis de la demanda, un retraso tecnológico y una competencia internacional a veces desleal», ha resumido Séjourné.

El cambio en las exigencias climáticas a los constructores incluye otras medidas para relanzar al sector y se suma a una amplia estrategia de la Comisión para suavizar y simplificar el grueso de la normativa medioambiental aprobada en la pasada legislatura para no lastrar la competitividad económica de la UE.

Furgonetas, camiones y flotas verdes

La propuesta incluye también revisar la reducción de emisiones para las furgonetas, que en 2030 tendrán que hacer un esfuerzo de recorte de CO2 del 40 % respecto a 2021, y no del 50 %.

Para los camiones, la CE plantea márgenes adicionales de flexibilidad de cara a 2030.

Además, el paquete incluye una directiva sobre flotas profesionales, orientada a impulsar la demanda de vehículos de bajas y cero emisiones mediante objetivos específicos para las flotas de empresa, que suponen el 60 % de las compras de automóviles nuevos en la UE.

La automoción europea, dividida ante la posible revisión del objetivo de acabar con el motor de combustión en 2035

 

La iniciativa, que busca también generar un mercado de segunda mano de eléctricos, introducirá objetivos legalmente vinculantes para cada Estado miembro y se aplicará a las empresas de más de 250 empleados y 50 millones de euros de facturación.

Pequeño coche eléctrico europeo

La Comisión apuesta también por el desarrollo de pequeños coches eléctricos asequibles producidos en Europa, para los que propone una nueva subcategoría regulatoria con menores cargas normativas y incentivos específicos.

Estos nuevos coches, que medirán como máximo 4,2 metros y presentan rasgos similares a los «kei» japoneses, gozarán de permisos especiales de aparcamiento y exenciones en peajes, además de estar exentos de nuevas exigencias de seguridad y sostenibilidad durante diez años para abaratar su producción.

Además, si los vehículos se fabrican en Europa, sus ventas se ponderarán de forma que pesen más en la reducción de CO2 exigida de media a las flotas, y la Comisión propondrá a los Estados miembros que diseñen primas para su compra y programas de retirada de antiguos vehículos, así como tarifas de recarga reducidas.

Bruselas defiende mantener la prohibición a coches que emiten CO2 en 2035 porque da «certidumbre»

 

Bruselas propone también exigir contenido local en los vehículos beneficiarios de apoyo público, especialmente en las flotas profesionales y en la cadena de valor de las baterías, con el objetivo de sostener la producción industrial europea y limitar la dependencia de terceros países.
Acelerador de baterías

El Ejecutivo comunitario presentó un plan de 1.800 millones de euros para apoyar a la industria europea de las baterías eléctricas que incluye financiación, acceso a materias primas críticas, requisitos de contenido europeo y refuerzo de la investigación, con el objetivo de reducir la dependencia de China.

Además, la Comisión espera ahorrar a la industria 700 millones al año simplificando la burocracia.

ONG ecologistas en contra de eliminar el veto de la UE a los coches de combustión: «Es un retroceso»

Las organizaciones Greenpeace y Ecologistas en Acción han calificado de «retroceso» la propuesta de la Comisión Europea de rectificar el veto a la venta de coches nuevos que emitan CO2 fijado para 2035, una iniciativa que, a su juicio, pone en riesgo empleos, la salud de los ciudadanos y el clima.

Cristina Arjona, responsable de la campaña de Movilidad de Greenpeace, ha calificado esta acción como un «giro de 180 grados» en los compromisos europeos de eliminar gradualmente los coches de gasolina y diésel.

Arjona ha señalado que este plan pone en peligro «millones de vidas y de puestos de trabajo» y es una mala noticia para la calidad del aire y el clima, además de que va a ralentizar el suministro de vehículos eléctricos asequibles en Europa.

«Puede que genere beneficios a corto plazo para la industria automovilística, pero no tiene futuro a largo plazo», ya que, según sus palabras, llevará a este sector a «malgastar» recursos apostando por una «tecnología obsoleta» como es el motor de combustión, mientras el resto del mundo sigue avanzando.

Desde Ecologistas en Acción, Pablo Muñoz, coordinador de Movilidad Sostenible, ha calificado la iniciativa de «retroceso» y «un paso más en toda la serie de medidas que la Comisión Europea está proponiendo para frenar la ambición climática».

Ve las medidas de flexibilidad propuestas por la Comisión, como la obtención de «créditos» mediante el uso de acero bajo en carbono producido en Europa o el empleo de biocombustibles, como «falsas soluciones».

Para Muñoz, la Unión Europea se «pliega» a los intereses de la industria del automóvil, rebajando los niveles de acción y otorgando menos incentivos a este sector para descarbonizarse, lo que generará más emisiones de CO2, pero también de contaminantes atmosféricos que empeoran la calidad del aire y generan miles de muertes prematuras en la UE.

«Bajo el argumento de simplificación normativa y de la flexibilidad, lo que hacemos es ir a la contra de lo que se debería: tener ambición real que nos permita reducir las emisiones», ha anotado. EFEverde

 

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Artículo de efeverde publicado en https://efeverde.com/brusela-rectifica-propone-vender-coches-combustion-2035/