• 03/10/2025 05:44

(A)Mar: el murmullo que no escuchamos y el Rubicón azul de Europa. Por María Gálvez del Castillo Luna, CEO de Smart Blue Lab

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María Gálvez del Castillo Luna
CEO de Smart Blue Lab y Embajadora del Pacto Climático Europeo

 

Es pleno verano y el calor comienza a apretar. El murmullo del mar —ese susurro que acaricia las costas y parece prometer alivio— nos hace sentir en paz momentáneamente con su brisa fresca. Pero, en realidad, no lo escuchamos. Hemos vivido demasiado tiempo de espaldas al mar, contemplándolo desde la orilla con una mirada distraída, incapaces de intuir su inmensidad, su profundidad, su misterio y su papel esencial en el equilibrio de la vida.

El mar está ahí, infinito, generoso y paciente, esperando a que comprendamos su lenguaje profundo, su potencial y su promesa de equilibrio, prosperidad, competitividad, seguridad y sostenibilidad.

Mientras tanto, atravesamos tiempos de aguas cálidas y escenarios políticos espesos en distintas orillas. Las noches en la ribera mediterránea ya no refrescan; el calor se acumula en las piedras y en las olas, atrapando ecos de un futuro que se ha vuelto presente. En junio, las aguas del Mediterráneo alcanzaron temperaturas inauditas —hasta 30 grados en algunas zonas— mientras Europa Occidental registraba el mes más cálido jamás registrado. No fue una ola que rompiera con estrépito en la costa; fue, más bien, el lento hervor de un mar que parecía susurrarnos una advertencia que hemos preferido ignorar.

Es la metáfora perfecta del efecto de la rana hervida: si la temperatura se eleva bruscamente, la rana salta; pero si el calor aumenta gradualmente, permanece inmóvil hasta perecer. Europa —y, en particular, su Mediterráneo— se asemeja hoy a esa rana, atrapada entre la inercia y el negacionismo, mientras los signos de disrupción ecológica se multiplican: olas de calor, sequías, DANAs. Hoy, los atardeceres en Valencia, Cataluña, Córcega o la Costa Azul son reflejo de ese proceso letal: un calentamiento gradual que erosiona ecosistemas, la salud pública y la economía, sin sacudirnos de nuestro letargo.

Un Rubicón azul para Europa

Quizá lo que necesitamos no es más tiempo para reflexionar y regular en la orilla del mar, sino un Rubicón azul. Como aquel paso audaz que cambió el curso de Roma y de la historia, este Rubicón simbólico representa la decisión urgente que Europa debe tomar para asumir un nuevo liderazgo con el océano.

Europa es, en esencia, un proyecto marítimo. La globalización comenzó en el mar con la expedición Magallanes-Elcano, que partió de Sanlúcar de Barrameda y dio la primera vuelta al mundo con buques españoles y marinos europeos. Hoy, más del 40% de su población vive a menos de 50 km de la costa, que suma 70.000 km y se extiende, gracias a las regiones ultraperiféricas, hasta el Caribe, el Índico y el Atlántico sur. Sus Zonas Económicas Exclusivas abarcan 25 millones de km², la mayor zona marítima colectiva del mundo. El medio marino europeo es seguridad, energía, alimento, comunicación, comercio, innovación y soberanía: el 74% de su comercio exterior se transporta por mar y el 99% de los datos intercontinentales viajan por cables submarinos.

Fragilidad de un gigante azul

Sin embargo, esta magnitud contrasta con la fragilidad de su salud. La pérdida de biodiversidad, el cambio climático, la contaminación y la sobre explotación de recursos ponen en jaque los ecosistemas marinos y costeros que sustentan nuestra economía, seguridad, alimentación y comercio. Al mismo tiempo, el mar es escenario de tensiones geopolíticas crecientes, amenazas híbridas y ciberataques que no conocen fronteras. La seguridad marítima europea ya no es abstracta: se ha convertido en una prioridad tangible y urgente.

En este contexto surge el Pacto Azul Europeo, no como un gesto simbólico, sino como una oportunidad histórica para rediseñar nuestra relación con el océano en términos de sostenibilidad, seguridad, resiliencia y competitividad. Un pacto que, quizás, nos enseñe también a amar el mar de otro modo.

Seis prioridades azules

El Pacto Azul plantea no solo proteger y restaurar ecosistemas, sino imaginar un nuevo contrato social donde el mar vuelva a ser un espacio común y compartido: fuente de prosperidad y equilibrio, infraestructura natural clave para un futuro más seguro y sostenible.

Es un pacto construido sobre seis prioridades azules:

  • proteger y restaurar la salud del océano,
  • impulsar la competitividad sostenible de la economía azul,
  • apoyar a las comunidades costeras e insulares y a las regiones ultraperiféricas,
  • impulsar la investigación, el conocimiento, las capacidades y la innovación en relación con el océano,
  • fortalecer la seguridad y la defensa marítimas como requisito previo,
  • reforzar la diplomacia oceánica de la UE y la gobernanza internacional basada en normas.

El momento de actuar

El Pacto por el Océano debería ser nuestra llamada al Rubicón: el momento que separa la indecisión de la acción, la retórica de los hechos. En un mundo donde el océano define el comercio, la comunicación y el clima, cruzar el Rubicón azul es decidir que el mar será tratado, por fin, como bien común estratégico y motor de resiliencia y prosperidad de la UE.

Lo que está en juego no es menor. Si Europa sabe aprovechar plenamente su potencial marítimo, podrá fortalecer su soberanía energética gracias a las energías renovables marinas, garantizar su seguridad alimentaria con alimentos azules sostenibles, consolidar su posición geopolítica, potenciar su resiliencia gracias a la restauración de ecosistemas, mejorar su competitividad y convertirse en líder mundial en una economía azul sostenible.

El mar nos llama con urgencia, no con cantos de sirenas. La cuestión es si Europa sabrá escuchar y actuar para que las aguas cálidas de hoy sean también las aguas fértiles de un mañana mejor.

Una última oportunidad

¿Por qué no escuchar de verdad el murmullo del mar y cruzar con determinación este Rubicón azul europeo?

En tierra de navegantes y pioneros marítimos, ¿sabremos aprovechar y amar —esta vez sí— nuestro vasto potencial azul? 

 


María Gálvez del Castillo Luna

CEO de Smart Blue Lab

Embajadora del Pacto Climático Europeo

 

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Artículo de Arturo Larena publicado en https://efeverde.com/pacto-azul-europeo-maria-galvez-del-castillo-luna-smart-blue-lab/