
Cuando un accidente de tráfico acaba con la vida de una persona, el impacto emocional eclipsa cualquier otra consideración. Sin embargo, el proceso legal comienza casi de inmediato: la Fiscalía puede actuar de oficio, las aseguradoras inician sus valoraciones y, en cuestión de días, las familias se ven obligadas a tomar decisiones determinantes.
En SIMÓ Abogados, especializados en accidentes de tráfico con fallecidos, sabemos que ese primer momento marca la diferencia entre una reparación justa y una indemnización insuficiente.
Las aseguradoras: rapidez, pero no siempre justicia
Las compañías de seguros suelen moverse con agilidad tras un accidente mortal. Llaman pronto, ofrecen una primera cifra y prometen resolverlo “rápido y sin complicaciones”. Pero detrás de esa aparente diligencia hay una estrategia clara: cerrar el caso al menor coste posible.
En la práctica, esas ofertas iniciales suelen ser muy inferiores a lo que corresponde aplicando correctamente el baremo legal de tráfico. Aspectos como la edad de la víctima, el perjuicio económico de la familia, los vínculos afectivos o los daños morales suelen quedar fuera o infravalorados.
“Nos encontramos con indemnizaciones que pueden multiplicarse por dos o tres cuando se acreditan correctamente todos los perjuicios”, explica Eduardo Simó, fundador del despacho. “En muchos casos, hablamos de cifras que superan los 100.000 euros, pero que solo se alcanzan cuando hay un abogado especializado detrás que sabe cómo reclamar y cómo enfrentarse a la aseguradora”.
Doble vía: penal y civil
Cuando hay fallecidos, la vía penal se abre automáticamente si se sospecha una infracción grave, como exceso de velocidad, conducción bajo los efectos del alcohol o falta de atención al volante. Estos supuestos pueden derivar en delitos de homicidio imprudente o omisión del deber de socorro, con consecuencias que van más allá de lo económico.
La vía civil, por su parte, se centra en la indemnización y reparación del daño. Ambos procesos suelen ir de la mano: lo que se determine penalmente influirá directamente en el resultado civil. Por eso, una defensa o representación bien estructurada desde el principio resulta fundamental.
La experiencia como garantía
El papel de los abogados especializados en accidentes de tráfico con fallecidos no se limita a reclamar una indemnización. Implica acompañar, asesorar y, sobre todo, proteger. Desde la preservación de pruebas y la correcta declaración ante las autoridades, hasta la negociación directa con las aseguradoras o la representación judicial.
En SIMÓ Abogados lo resumen con una idea sencilla: la rapidez no siempre significa justicia, pero la preparación sí garantiza resultados.
SIMÓ Abogados ofrece asesoramiento integral en casos de accidentes de tráfico con víctimas mortales. Más información en aquí.
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