Después de semanas de incertidumbre, los empleados de Twitter al fin han escuchado a Elon Musk, que en abril ofreció 44.000 millones de dólares por hacerse con la red social. En una conferencia remota compartida a los 8.000 empleados globales de la tecnológica, conocidos como tweeps, el empresario ha escuchado por algo menos de una hora algunas de las inquietudes que han marcado el proceso de adquisición. ¿Tendrán que volver a la oficina o podrán trabajar desde casa? ¿Acabará con la política de moderación de contenidos? ¿Habrá recortes? ¿Cómo afectará su visión política conservadora a una empresa progresista?