El BCE ayer revisó al alza sus previsiones de inflación hasta el 6%, muy lejos de su objetivo del 2%. Anunció el fin de las compras de deuda y un ciclo de subidas de tipos. Pero aún no hay acuerdo en el mecanismo anunciado anti fragmentación de los mercados y eso descolocó a los inversores. Italia e España deben liderar una propuesta concreta y confrontar con Alemania urgentemente.