El Gobierno de Alemania ha decidido reactivar sus viejas plantas de carbón, combustible que había prometido abandonar antes de 2030, ante el riesgo de falta de suministro energético por la invasión de Rusia en Ucrania, según ha confirmado este domingo el ministro de Economía y Energía, el verde Robert Habeck. El país deja a un lado su objetivo de descarbonización para hacer frente a la coyuntura actual, en la que corre el riesgo de un corte del suministro de gas procedente de Rusia. La medida, que busca acelerar la reducción de su actual dependencia energética de Moscú y permite al país germano garantizar de alguna manera su suministro eléctrico, contrasta con el cierre de sus últimos reactores nucleares.