Carlos Capa – Togas y Tenedores
Pretendiendo esta sección ser un punto de encuentro entre el buen paladar y el fino gusto de los juristas de toda clase y condición es de recibo que comenzamos una serie (alterna) de lugares imprescindibles para los que han hecho del derecho su profesión, su vocación o incluso una forma singular de ver la vida. ¡Cuántas veces una buena mesa ha sido lugar dónde arreglar un pleito antes de que éste tome forma, de aceptar o rechazar el encargo de un cliente o – porque no decirlo- de esas confidencias a las que algunos llaman filtraciones entre letrados y periodistas!
La Pecera es un histórico y emblemático lugar situado en la planta baja del Círculo de Bellas Artes de Madrid, un edificio de principios del siglo XX, obra del renombrado arquitecto Antonio Palacios, a quien la actual capital de España (recordemos que antes lo fue Valladolid) tanto debe en su urbanismo actual. Este espacio se ha consolidado como un punto de referencia social, política y cultural en la vida madrileña. Su privilegiada ubicación, en las proximidades del barrio de Justicia, a cinco minutos del Congreso de los Diputados, vecino de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid le hace un lugar de encuentro habitual de abogados, ministros, diputados y académicos que en perfecta armonía y discreción se mezclan con turistas, funcionarios o socios de la veterana institución que alberga La Pecera. No se dejen engañar, es un clásico de lo más moderno. Si las paredes hablaran de cuantos roqueros y bohemios contarían cosas.
Al entrar, los clientes son sorprendidos por una atmósfera que recuerda a los grandes cafés europeos de antaño. Los techos altos, adornados con frescos y pinturas originales, las majestuosas arañas de cristal o “el salto de Leucade”, formidable escultura del vallisoletano-no es por hacer patria- Moisés de Huerta, crean un entorno sofisticado a la par que acogedor. Grandes ventanales ofrecen vistas panorámicas de la vibrante calle Alcalá, permitiendo a los clientes disfrutar del bullicio de la ciudad mientras comen o toman una café o uno de los centenares de digestivos disponibles. La terraza exterior, es un oasis en la canícula veraniega y un cálido refugio en los rigores invernales.
Uno de los elementos más destacados de La Pecera es su impresionante barra de botellas. Con más de 900 referencias de destilados y espirituosos, esta barra se erige como un verdadero espectáculo visual y sensorial. La amplia selección incluye desde los clásicos más reconocidos hasta opciones exóticas y menos convencionales, satisfaciendo así los paladares más exigentes y curiosos. La disposición cuidadosa de las botellas, junto con una iluminación estratégica, convierte a la barra en un punto focal dentro del establecimiento, invitando a los visitantes a explorar y descubrir nuevas experiencias líquidas. Atrévanse con alguno de sus combinados clásicos o actuales impecablemente elaborados por sus cocteleros (lo de bartender como que no).
La propuesta gastronómica de La Pecera es variada y adaptada a cada momento del día, ya que su extenso horario de apertura cubre casi todas las posibilidades. Desde un estupendo y variado desayuno hasta una cena tardía después del teatro, pasando por el aperitivo o el tardeo, siempre hay un buen momento para visitar este fascinante lugar.
Brilla para sus numerosos clientes el mejor menú diario de la zona, disponible incluso los fines de semana: amplio horario de servicio, variedad de platos y un precio imbatible hacen que sus más de cuatrocientos metros cuadrados de comedor se queden chicos: reserven.
Su carta no es extensa, pero si sabrosa, de notable producto y bien ejecutada. Cualquier de sus arroces, sus estupendas carnes maduradas o su ceviche perfectamente ensamblado son muy recomendables después de abrir boca con, por ejemplo, un pulpo a las brasas, zamburiñas a la plancha con ceviche de tomate, cebolla, lima rallada y cilantro o unos mejillones gallegos con leche de coco, jengibre y curry rojo. Por supuesto un excelente jamón ibérico cortado al momento o un queso curado de la mejor selección son siempre apetecibles.
Y si son golosos, déjense seducir por su carro de tartas artesanas. De queso, selva negra, o de manzana son siempre una seductora tentación.
Detrás del éxito y la reputación de La Pecera se encuentra Enrique de Vicente, siempre presente y atento a que todo ruede como debe y que desde hace casi 30 años lidera un encantador y profesional equipo de profesionales de sala, barra y cocina

Enrique de Vicente
Con una visión clara, una dedicación inquebrantable y una ilusión a prueba de adversidades Enrique ha sabido mantener la esencia histórica del lugar, y nos es fácil en tiempos de tanta futilidad hostelera, incorporando innovaciones que responden a las demandas contemporáneas. Y más importante, que no es poco, sabiendo siempre hacer que desde un premio Cervantes a un turista de Singapur compartan espacio y atenciones sintiéndose protagonistas por igual de la experiencia de La Pecera.
Hoy comparte el timón de La Pecera con su hija Noemí, que está al frente de su cáterin (que responde al evocador y polisémico nombre de Ultramarina) combinando su sólida formación internacional como ingeniera con la experiencia paterna en la restauración, para hacer de este servicio uno de los mejores y más demandados de Madrid.
Entre sus decenas de clientes se encuentran instituciones, ministerios, embajadas, colegios profesionales o despachos de abogados que confían en la adaptable y sugerente carta de servicios, magníficamente atendida por un personal dotado de la profesionalidad y amabilidad que requiere el cliente, sin que por ello le tengan a uno que crujir los haberes. Apúntelo para su próximo evento. En definitiva, un legado que perdura.
Desde su inauguración, La Pecera del Círculo ha sido testigo de innumerables historias y encuentros de los que muchos juristas han sido protagonistas. Su capacidad para adaptarse a los tiempos sin perder su esencia la ha convertido en un referente en la escena madrileña. Ya sea para disfrutar de un café por la mañana, una comida de negocios, una cena de pareja o simplemente para deleitarse con una copa en su impresionante barra. Ya saben, La Pecera ofrece una experiencia que combina tradición, elegancia y modernidad en un entorno inigualable.
La entrada La Pecera del Círculo: un clásico de lo moderno se publicó primero en Lawyerpress NEWS.