Javier Meizoso, Director general de Legalpin

LEGALPIN, compañía gallega especializada en ofrecer comunicaciones digitales certificadas explica que muy pocos trabajadores en España saben que, aunque suene a ciencia ficción, pueden “autodespedirse” de una empresa, cobrar indemnización y acceder al paro. No se trata de abandonar el puesto sin más, sino de ejercer un derecho que el Estatuto de los Trabajadores reconoce desde hace años, pero que hasta ahora estaba rodeado de una nebulosa legal que desincentivaba aplicarlo.
La Ley Orgánica 1/2025 ha cambiado el tablero. Desde abril, la norma establece de forma precisa dos supuestos que legitiman esta figura sin debates interpretativos: impago de tres mensualidades completas en un año o retrasos salariales de más de 15 días, repetidos durante seis meses al año. Si cualquiera de estas situaciones se acredita ante un juez, el trabajador puede solicitar la extinción voluntaria del contrato y obtener la misma indemnización que un despido improcedente, junto con el derecho a cobrar el paro.
El concepto es sencillo pero poderoso: se trata de una herramienta de equilibrio en la balanza laboral. Si una empresa incumple reiteradamente su obligación más básica —pagar el salario a tiempo—, la ley permite al trabajador marcharse protegido. El problema es que muy pocos saben cómo utilizar este recurso.
La importancia de documentar cada paso
Como ocurre con cualquier reclamación laboral, la clave está en la prueba. Y aquí es donde el mundo digital, bien usado, puede inclinar la balanza. Hoy no basta con guardar recibos de nómina o capturas de pantalla: cada reclamación debe poder sostenerse ante un juez. En este contexto, servicios de mensajería certificada como el buromail de Legalpin se han convertido en aliados estratégicos. Enviar un requerimiento previo al empleador mediante email certificado no solo deja constancia de su contenido, sino también una trazabilidad absoluta respecto a su entrega y lectura, blindando jurídicamente de manera automática al trabajador.
Además el buromail ofrece una capa extra de seguridad que un burofax jamás podrá entregar: añade cifrado automático de contenido, cumpliendo con la Ley de Protección de Datos. En un escenario donde la Ley 1/2025 refuerza derechos pero exige pruebas sólidas, esta tecnología se ha vuelto una herramienta imprescindible tanto para trabajadores como para asesores legales.
Más allá de su utilidad práctica, la posibilidad de autodespedirse con protección es también una señal de madurez jurídica. Reconoce implícitamente que no siempre es el trabajador quien incumple cuando decide marcharse, y equilibra el poder en relaciones laborales tensas.
Los abogados laboralistas prevén un aumento de demandas basadas en este artículo. No por fomentar la litigiosidad, sino porque la claridad normativa ha reducido la inseguridad jurídica que antes rodeaba estos casos. Paradójicamente, puede derivar en mejores prácticas empresariales: cuando los derechos son claros y fáciles de ejercer, hay menos incentivos para incumplir.
Tecnología al servicio de la ley
El autodespido no es un acto impulsivo: es un proceso legal que exige paciencia, asesoría profesional y pruebas contundentes. Lo interesante es que en este nuevo ecosistema normativo, la tecnología se convierte en la pieza clave para hacer cumplir derechos. Soluciones sencillas de implementar -como el buromail de Legalpin- permiten que cualquier persona, desde su propio correo electrónico, genere comunicaciones con valor probatorio sin necesidad de acudir a costosos procesos.
La Ley 1/2025 ha hecho que un derecho poco conocido deje de ser una curiosidad legal para convertirse en una herramienta real de protección para trabajadores. Y, como tantas veces ocurre en derecho, el reto no está solo en tener la ley de tu lado, sino en saber probarlo. Hoy, esa prueba viaja cifrada, certificada y firmada, a golpe de clic.
La entrada Autodespido y paro: el derecho laboral que casi nadie conoce (y que la Ley 1/2025 acaba de reforzar) se publicó primero en Lawyerpress NEWS.