La industria del metal atraviesa un momento de transformación profunda. La volatilidad de los precios de las materias primas, las nuevas exigencias regulatorias y la presión creciente por integrar criterios de sostenibilidad están obligando a las compañías a revisar su manera de operar. En paralelo, la digitalización y la inteligencia artificial están abriendo un campo de posibilidades para anticipar la demanda, optimizar procesos y garantizar una trazabilidad completa.
Más allá de estas tensiones coyunturales, el sector del metal mantiene un papel estratégico en la cadena industrial, suministrando piezas y componentes de precisión a sectores como la automoción…