• 04/10/2025 05:52

Betsy Apple (CliDef): Cada vez más, los estados están desempolvando antiguas leyes para reprimir las protestas climáticas

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 Madrid, 15 oct (EFE).- Abogados, periodistas y, sobre todo, activistas en primera línea de batalla contra el cambio climático. «Cada vez más, a medida que sube la temperatura, los estados están desempolvando antiguas leyes para reprimir las protestas contra la inacción climática». Pero también para frenar a los que representan legalmente a esos manifestantes y para silenciar a quienes se dedican a contarlo.

Así lo señala en una entrevista con EFEverde la jurista estadounidense Betsy Apple, directora de Global Climate Legal Defense (CliDef), una organización sin ánimo de lucro que se dedica a proveer apoyo legal a activistas climáticos.

La abogada constata esta tendencia de criminalización, como intento de silenciamiento, de las protestas climáticas en todo el mundo, y arguye que, “de una manera perversa”, el hecho de que los activistas por el clima reciban “cada vez más ataques” por parte de los estados y de la industria de los combustibles fósiles es solo “una prueba de la eficacia del activismo climático”.

La abogada estadounidense Betsy Apple, directora de CliDef, en una imagen cedida

Al mismo tiempo, la reacción hostil a protestas -que, por lo general, son pacíficas- desata más indignación entre los movimientos climáticos que las impulsan, y por tanto aviva el activismo, que incluso puede subir el tono y apostar por formas de protesta aún más disruptivas, asegura la jurista. “Es el síndrome del oso herido”, dice: “Cuando te hieren arremetes aún más ferozmente para tratar de preservar lo que tienes”.

Su organización, que se financia con donaciones de filántropos defensores de los derechos humanos, trabaja con activistas climáticos a nivel global -y entendiendo el término “activistas” en un sentido amplio, donde caben también abogados y periodistas, por ejemplo- para favorecer que estas personas tomen medidas “cada vez más enérgicas a medida que la acción climática se hace más y más urgente”.

“Al menos en Uganda, creemos que hay una causa-efecto entre la ferocidad de las protestas y el hecho de que la gente sepa que estamos allí para ayudarles. Creemos que eso aumenta el activismo porque saben que hay alguien que les ayuda”, alega Apple.

Pero eso sí, tienen líneas rojas. “La no violencia está en el centro de nuestros valores”, señala la jurista: “Creo que todo el mundo merece ser representado, pero no podríamos representar a personas que usan la violencia para desafiar a la industria de los combustibles fósiles o para defender soluciones renovables”, recalca.

Tampoco pueden ayudar a todo el mundo, pues aún la organización es muy joven y el equipo es reducido, así que CliDef da prioridad a los lugares más impactados por la crisis climática, o a los casos donde avanzar en justicia climática requiere especial apoyo. Los seis juristas que forman parte de la organización (cinco empleados y un  abogado asociado) trabajan en Norteamérica, Europa, Asia y África. La persona a cargo del continente asiático, desde Filipinas, sufre directamente las consecuencias del calentamiento global. “No puede asistir al 50% de las reuniones porque la mitad del tiempo no tiene electricidad porque su casa está inundada. Esto pasaba antes en Filipinas durante la temporada de monzones, pero ahora pasa casi todo el tiempo”, cuenta Apple.

“A medida que nos acercamos a 2030, se vuelve muy difícil ignorar la crisis climática. Acabamos de sufrir una tormenta gigante en el sur de Estados Unidos para la cual no estábamos bien preparados”, comenta la experta, para argumentar que el aumento en la conciencia ciudadana es otro factor que alienta el activismo climático. “La gente está empezando a entender que esto es real y que tiene implicaciones muy reales. Y creo que eso también está motivando a personas, incluso a quienes nunca se habían considerado activistas, a hacer algo”.

 

Silenciamiento de activistas en todo el mundo

Esto pasa en Europa, “en países que se perciben habitualmente como sistemas judiciales independientes con tribunales que funcionan”, pero donde también los juristas detectan una “tendencia aterradora” con sentencias “draconianas” a manifestantes, alega Apple, y se refiere, entre otros ejemplos, a las militantes de Just Stop Oil que arrojaron sopa de tomate sobre el cuadro ‘Los girasoles’ de Van Gogh en la Galería Nacional de Londres, activistas que han sido condenadas a dos años de prisión.

Apple habla, también, de “los 5 de Vietnam”: cinco activistas climáticos que pedían una transición a energías renovables y fueron encarcelados, acusados de evadir impuestos.

Más allá de la criminalización, la directora de CliDef denuncia otras formas de reprimir el activismo climático que este grupo de abogados detecta: “allanan oficinas, se llevan equipos, auditan financieramente a la gente”.

Antiguas leyes recicladas

“Está sucediendo todo tipo de cosas en todo el mundo y a veces es el uso de las leyes que existían, que ya existen y fueron creadas con un propósito concreto y que ahora se están empleando en reprimir a los activistas”, señala. Es el caso, por ejemplo, de la ley RICO, en Estados Unidos, con la que los fiscales federales pueden enjuiciar a personas por su pertenencia a una organización criminal.

“Es una ley que se implementó, se aprobó y se utilizó para perseguir a la mafia y al crimen organizado en Estados Unidos. Ahora se está utilizando contra los activistas”, advierte Apple.

“Tengo la sensación de que, cada vez más, se están desempolvando viejas leyes y se están utilizando de nuevas formas contra los activistas climáticos a medida que sube la temperatura”.

Apoyo legal en la cumbre de Bakú

Para la 29ª cumbre del clima de la ONU (COP29), que tendrá lugar entre el 11 y el 22 de noviembre en Bakú (Azerbaiyán), CliDef está trabajando en una guía de seguridad pensada para ayudar a activistas a prepararse a lo que les puede venir en términos legales en el país. “Sabemos que Azerbaiyán ha aplastado con éxito a la sociedad civil. De modo que en Azerbaiyán prácticamente no hay organizaciones de derechos humanos, y muy pocos abogados especializados en derechos humanos o medio ambiente”, arguye Apple.

“Tendremos una línea telefónica directa para apoyo jurídico, por si los activistas tienen problemas legales. Además, contaremos con un grupo de supervisión sobre el terreno formado por abogados que se desplazarán por la zona de la cumbre para intervenir o estar disponibles en caso de que haya alguien con problemas”, avanza la abogada. EFEverde

Mmt

 

 

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Artículo de Marta Montojo Torrente publicado en https://efeverde.com/betsy-apple-leyes-reprimir-protestas-climaticas/