• 03/10/2025 16:43

Los huracanes no sólo ponen a prueba nuestros sistemas de respuesta a emergencias, sino también nuestra humanidad. Por John Morales (meteorólogo)

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Por John Morales,  meteorólogo 

Al informar sobre otro huracán devastador, el huracán Milton, me invade una abrumadora sensación de urgencia y responsabilidad. Después de décadas de pronosticar tormentas, comunicar sus amenazas a millones de personas y presenciar su evolución, el impacto del huracán Milton en Florida refuerza la realidad que he sabido durante años: nuestras comunidades, especialmente la población latina, están en la primera línea de la crisis climática. Ya no podemos permitirnos demorar más la acción.

Creciendo en Puerto Rico, los huracanes fueron una presencia constante para mí: poderosos, temibles y capaces de causar destrucción a gran escala. Pero las tormentas de hoy son diferentes. Las investigaciones de NOAA muestran que las temperaturas oceánicas más cálidas, están alimentando tormentas más intensas y frecuentes. Huracanes como Milton y Helene no son sólo fenómenos naturales; son consecuencias directas de nuestro clima cambiante. La ciencia es clara y el problema solo está empeorando a medida que aumentan las temperaturas globales.

Aún así, a pesar de la urgencia, persiste una peligrosa brecha en cómo informamos a nuestras comunidades más vulnerables, particularmente los latinos. La desinformación y la información errónea sobre los huracanes dificultan el acceso a datos precisos y en tiempo real. FEMA advirtió recientemente que los rumores falsos que circulaban durante el Huracán Helene obstaculizaron sus esfuerzos y pusieron vidas en peligro. En respuesta, lanzaron una página de verificación de hechos para combatir la propagación de mentiras. Esta desinformación no sólo afecta y deshonra a los socorristas, sino que también impide que las personas accedan a la ayuda crítica y tomen decisiones que pueden salvar vidas.

La información oportuna y precisa puede salvar vidas, mientras que la desinformación puede crear confusión, retrasar acciones críticas y poner a las personas en peligro. Esto es un tema de justicia ambiental. Las comunidades latinas son desproporcionadamente vulnerables a los desastres climáticos, a menudo viviendo en áreas propensas a inundaciones o en viviendas más susceptibles a los daños por tormentas. Cuando estas comunidades reciben información errónea o no están informadas, su capacidad para protegerse a sí mismas y a sus familias se ve gravemente comprometida. El impacto de los huracanes va más allá de la destrucción inmediata. En las comunidades latinas, muchas familias dependen de la agricultura, un sector que frecuentemente es devastado por las tormentas. Las pérdidas de cultivos, los cortes de electricidad y los daños a la infraestructura pueden dejar a las familias sin ingresos, agua potable o refugio seguro durante semanas o incluso meses. Las familias latinas, que a menudo enfrentan desafíos económicos, soportan una carga mayor cuando ocurren estos desastres.

No estoy aquí para culpar a nadie, sino para pedir que se tomen medidas urgentes. El cambio climático no es una amenaza lejana; está sucediendo ahora, y los huracanes Helene y Milton son sólo los ejemplos más recientes. Necesitamos que los líderes y los responsables de las políticas prioricen la acción climática. Esto significa invertir en infraestructura resiliente (construir viviendas resistentes a las inundaciones, mejorar los sistemas de drenaje y fortalecer las redes eléctricas). También significa adoptar soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de mangles y humedales, que sirven como amortiguadores naturales contra las marejadas ciclónicas.

Es más, los planes de preparación para desastres deben ser inclusivos e integrar estrategias de comunicación multilingües para garantizar que todos, independientemente del idioma, tengan acceso a información que pueda salvar vidas. Olvidarse de algunos durante una crisis es inaceptable.

Nuestras comunidades son resilientes, pero no podemos enfrentar esto solos. Abordar el cambio climático requiere una acción colectiva a escala mundial. Tenemos la ciencia y las soluciones; lo que necesitamos ahora es la voluntad política y social para actuar. No se trata sólo de proteger la infraestructura; se trata de proteger a las personas, en particular a las más vulnerables.

Los huracanes no sólo ponen a prueba nuestros sistemas de respuesta a emergencias, sino también nuestra humanidad. No es posible exagerar sobre la urgencia de la situación. Debemos actuar ahora para abordar el cambio climático y proteger a nuestras comunidades de sus efectos devastadores. El momento de actuar es ahora.

Por John Morales,  es meteorólogo de la cadena NBC en Florida.

Fotos:  EFE/Cristóbal Herrera-Ulaskevich

Un hombre observa los escombros después de que el huracán Milton arrasara Bradenton, Florida, EE. UU., el 10 de octubre de 2024. EFE/Cristóbal Herrera-Ulaskevich

 

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Artículo de Arturo Larena publicado en https://efeverde.com/los-huracanes-no-solo-ponen-a-prueba-nuestros-sistemas-de-respuesta-a-emergencias-sino-tambien-nuestra-humanidad-por-john-morales-meteorologo/