• 19/07/2024 21:25

Distorsiones económicas, desigualdad y tensiones geopolíticas: un experto en riesgos avisa sobre el agua en el contexto de cambio climático

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Marcos Domínguez

Madrid, (EFEverde).- La escasez hídrica y su desigual distribución tienen efectos económicos y geoestratégicos, con especial incidencia en los países con menos recursos, según ha valorado el analista de Riesgo País perteneciente a Cesce, Pablo Arjona durante una entrevista con EFEverde.

Esto se debe a que la capacidad de los países menos desarrollados es más limitada para hacer frente a los efectos de la crisis climática. Por ello, junto a los cambios en el comportamiento de las precipitaciones en diversas partes del mundo , se prevé que el agua tenga cada vez «un papel mayor en la geopolítica», ha advertido el experto como motivo de la publicación de su artículo ‘La Era del Agua’ en el Informe Panorama 2024.

«La desigualdad en la distribución hídrica va a ir a más debido al calentamiento global, y se va producir algo paradójico porque las precipitaciones van aumentar», ha señalado Arjona; quien también advierte que serán «más irregulares».

En concreto, «las zonas secas van a ser cada vez más secas y las húmedas van a ser más húmedas», ha argumentado, sobre todo con respecto al aumento de las sequías en más de un 30%,  y por otro lado, el aumento simultáneo de los episodios de inundaciones.

Según menciona su artículo, «la competencia por los recursos hídricos marcará en buena medida las relaciones bilaterales» debido a que no se puede descartar la posibilidad de que la rivalidad por el acceso al agua arrastre a los distintos lazos internacionales «hacia un contexto más hostil», ha reflexionado.

Impacto climático

El incremento de las temperaturas ha provocado que se acumule una mayor energía en los océanos, y que a su vez, que se haya acelerado el ciclo del agua. Un factor que está contribuyendo al aumento de las precipitaciones, pero que por culpa del cambio climático también estén más polarizadas, según ha mostrado el informe.

De hecho, el aumento de las lluvias no contribuirá a mitigar el déficit hídrico que sufren algunas regiones, «al contrario», se espera que las precipitaciones aumenten un 50% en zonas tropicales, pero se experimentará una caída entre el 20-40% de los recursos hídricos renovables en zonas subtropicales, según ha expuesto en su artículo.

Asimismo, la formación de fenómenos extremos será cada vez más frecuente, ya que si las temperaturas aumentan cuatro grados los episodios de inundaciones ese triplicarán, así como también se cuadruplicarán la posibilidad de que se produzcan sequías.

El informe señala algunos rayos de esperanza para el abastecimiento de este recurso como podrían ser el uso de desaladoras, sobre todo en España por ser uno de los países que más innova en este tipo de tecnologías, aunque para Arjona estas soluciones sirven «para parchear, pero nunca se va a sustituir la ausencia de precipitaciones», ha sentenciado.

Desigualdad hídrica

Por otro lado, existen implicaciones diferenciadas según las distintas naciones y su posición ambiental debido a que «hay países que están en una situación muy vulnerable», ya que se encuentran en una postura de estrés hídrico bastante severo, ha afirmado Arjona.

La desigualdad en la distribución deja constancia de la falta de regulación internacional con respecto a este recurso, donde se da una diferencia muy importante con respecto a la posición negociadora entre las naciones.

«Los países que están aguas arriba pueden controlar el caudal del rio con presas y embalses, y en cambio aquellos que están aguas abajo tienen una posición más débil porque sus recursos hídricos ya no sólo dependen del clima sino también de lo que hagan los demás», ha señalado en relación a las tensiones del Sudeste asiático por el control del agua.

«El 25% de la población mundial vive en zonas hídricas muy estresadas», ha afirmado el experto, y en algunos casos la falta de agua es tan extrema que pone en riego la supervivencia».  En este punto, el crecimiento demográfico a nivel global supone un desafío para la gestión de los recurso hídricos y será en los países más vulnerables en los que estos recursos  per capitalidad descenderán exponencialmente.

La sequía y cómo afecta al crecimiento del PIB

«El agua es una de las materias primas fundamentales porque es la base de la economía, no sólo de la supervivencia de humana», ha advertido Arjona. Su impacto es transversal a todos los sectores económicos y especialmente para el agrario, debido a que supone un 70% del uso, mientras que un 20% se dirige a la industria y otro 10% al consumo doméstico.

En concreto, al Producto Interior Bruto (PIB), indicador que mide la producción de un país, los periodos de sequía extrema llegan a provocar un efecto negativo en su crecimiento del 0,48%, según un informe publicado por el Banco Mundial en 2023.

Esto se hace especialmente evidente en los países con rentas más bajas porque las sequías consideradas «moderadas» pueden provocar una desaceleración equivalente al 0,39% y puede ascender a 0,84% en episodios extremos, ha expuesto el estudio. Además aquellos países que dependan en mayor medida del sector agrícola serán los que más sufran las consecuencias del cambio climático y el estrés hídrico, según ha argumentado el experto. EFEverde

 

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Artículo de Marcos Dominguez publicado en https://efeverde.com/desigualdad-tensiones-geopoliticas-agua-contexto-cambio-climatico/