Ana Tuñas Matilla
La eliminación de presas es una línea de trabajo que los gobiernos de Navarra y País Vasco, junto el resto de administraciones competentes como la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), tienen ya muy integrada y a la que prevén dar continuidad en los próximos años para impulsar la renaturalización de sus ríos.
Ambas autonomías colaboran en el proyecto cofinanciado con fondos europeos Life Kantauribai que «surgió de la necesidad de dar continuidad a Life Irekibai», proyecto en el que trabajaron entre 2015 y 2020 y que compartía el objetivo de recuperar la continuidad longitudinal de los ríos mediante el derribo de presas y azudes.
«En Irekibai derribamos 10 obstáculos y ahora tenemos previsto actuar sobre 32, con 25 derribos totales y 7 permeabilizaciones en aquellos en los que no se puede proceder a la eliminación total porque aún están en uso o concesión», ha explicado a EFEverde la coordinadora de Kantauribai y técnico de la empresa pública Gestión Ambiental de Navarra (GAN), Eva Zaragüeta.
«La experiencia fue muy buena» y los socios de ese proyecto, la Diputación Foral de Gipuzkoa, la Agencia Vasca del Agua (URA) y el Gobierno de Navarra, a través de GAN, decidieron repetir y ampliar la base de participantes con la incorporación de la CHC y distintos ayuntamientos, como el de San Sebastián, y de compañías privadas, como Iberdrola.
Además, decidimos abordar «nuevos retos» que se plantearon en Irekibai, entre los que destaca el «desconocimiento» que existe sobre la migración descendente de las especies diádromas, aquellas que desarrollan su ciclo vital entre el río y el mar, como el salmón.
«Lo que pretendemos es ver si la existencia de centrales hidroeléctricas en el cauce supone una merma en la población de estas especies», ha señalado Zaragüeta, tras recordar que hasta ahora hay mucha información sobre cómo afectan estas infraestructuras a la migración ascendente y muy poca sobre cómo afectan a la descendente.
Escollos: burocracia y patrimonio
De los 25 derribos previstos, en 2023 se ejecutaron ocho, todos ellos en Navarra, a los que este año se sumarán otros seis.
Entre las mayores dificultades para llevarlos a cabo, destaca la tramitación administrativa o burocracia que acompaña a toda obra, máxime cuando se desarrolla en entornos naturales.
Cuando la envergadura del derribo es pequeña, los tramites son «muy, muy sencillos», pero en otros casos, como en el de la presa de Artikutza, de 40 metros, «la tramitación es mucho más larga» porque se encuentra en una zona de especial protección y porque no se eliminará totalmente, sino que se permeabilizará mediante la apertura de una escotadura de 7 metros en su estructura.
Al no ser un derribo completo y aunque ya han obtenido la evaluación de impacto ambiental favorable, para ejecutar la obra deberán contar con el informe de seguridad de presas del Ministerio para la Transición Ecológica.
«Este trámite está siendo un poquito más largo de lo que esperábamos, pero esperamos poder ejecutar la obra dentro del ámbito del proyecto», ha apuntado la coordinadora de Life Kantauribai.
Otro de los problemas que están viendo es cómo compaginar los derribos con los intereses del Servicio de Patrimonio Cultural del País Vasco.
Por un lado, ellos «tienen una visión más conservacionista de todos los elementos existentes y, por otro lado, nosotros vemos más la idoneidad de la eliminación de estos obstáculos para mejorar el estado ecológico de los ríos».
Eso puede alargar los plazos y que se impongan condicionantes, pero «entendemos» que no se impedirá ningún derribo por este motivo, según Zaragüeta, que ha apuntado que lo que sí puede hacer que no se ejecute alguna obra es que surjan cuestiones técnicas que lo hagan inviable.
En ese caso, la presa se sustituiría por otra infraestructura, pues cuentan con toda una cartera de futuros proyectos.
«La idea es seguir (…) La línea que venimos trabajando dentro de Kantauribai y de Ikeribai, de derribo o eliminación de presas, es una línea de trabajo que los gobiernos y las administraciones competentes ya tienen muy integrada en sus funciones habituales», ha señalado.
Además, el objetivo es seguir aprovechando la oportunidad que ofrecen los programas europeos para financiar estas actuaciones beneficiosas para el medio ambiente. EFEverde
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