En el ámbito del Facility Management (FM) – la disciplina que integra personas, espacios, procesos y tecnologías para asegurar y gestionar el mejor funcionamiento de los inmuebles y sus servicios asociados – la eficiencia energética se ha convertido en una prioridad fundamental.
Y los certificados de ahorro energético (CAEs) emergen como una herramienta clave para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y eficiencia. A continuación, se exploran las estrategias y beneficios de integrar los CAEs en la gestión de instalaciones, destacando su impacto positivo y los desafíos asociados.
Los CAEs son documentos electrónicos que certifican el ahorro de energía final equivalente a 1 kWh tras la implementación de medidas de eficiencia energética. Este sistema, respaldado por la Directiva de la UE de 2014, juega un papel crucial en la descarbonización y el ahorro energético.
En España, la reciente modificación del Real Decreto ha permitido que los CAEs se negocien como un activo, añadiendo un incentivo adicional al pago al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE).
El objetivo es incrementar el ahorro energético significativamente, con la meta de pasar de 37.000 kilo toneladas equivalentes de petróleo (kteps) de 2024, a alcanzar 53.500 ktep para 2030.
Este modelo incentivador permite una ejecución ágil de los proyectos, superando la lentitud de los modelos de subvención. Para maximizar los beneficios del sistema CAE es necesario desarrollar más herramientas y reducir los plazos de aprobación.
En otros países europeos, como Francia, se ha simplificado la tramitación de proyectos CAE mediante la estandarización. La figura del sujeto delegado es fundamental para dinamizar estos proyectos, asegurando que se elijan las mejores opciones de ahorro energético y facilitando todo el proceso, desde el análisis previo hasta la verificación y monetización.
En España, el sistema de CAEs permite abarcar proyectos de muchos tipos. Los más sencillos se tramitan por fichas de catálogo con los ahorros normalizados, y para los más complejos el sujeto delegado debe preparar un proyecto que explique el cálculo de los ahorros.
La monetización de CAEs, que puede representar de hasta el 50% o el 60% del coste del proyecto, destaca la importancia de considerar el ahorro energético desde el inicio.
La implementación práctica de los CAEs en sectores específicos demuestra su potencial para lograr ahorros energéticos significativos y rápidos retornos de inversión. La colaboración entre el cliente, el proveedor tecnológico y el sujeto delegado es clave para el éxito del proyecto.
En el caso de un proyecto de mejora de equipos de frío y calor, por ejemplo, se demostró que los CAEs pueden hacer viables proyectos que antes no lo eran debido a la rentabilidad a largo plazo. Con la reducción del periodo de retorno de más de cinco años a menos de dos, los CAEs facilitan la dinamización de proyectos de eficiencia energética.
La integración de los CAEs en el Facility Management ofrecen numerosos beneficios. En primer lugar, permite a las empresas cumplir con los objetivos de sostenibilidad y eficiencia energética, alineándose con las normativas europeas y nacionales. Además, los CAEs proporcionan un incentivo financiero adicional, haciendo que las inversiones en eficiencia energética sean más atractivas y viables.
El uso de CAEs también promueve la innovación y la adopción de tecnologías avanzadas en la gestión de instalaciones. Al incentivar proyectos de eficiencia energética, se fomenta el desarrollo y la implementación de soluciones innovadoras que no solo ahorran energía, sino que también mejoran el rendimiento y la sostenibilidad de las instalaciones.
Otra ventaja de los CAEs es que permiten al promotor adelantar los ahorros (a cambio de un descuento en el precio del CAE), algo que no era posible en los casos habituales de subvenciones directas. De este modo, el promotor puede transferir a las empresas con las que esté ejecutando los proyectos los derechos sobre esos CAEs, que esta le comprará valorando anticipadamente esos derechos, de modo que el proveedor pueda ofrecerle una llave en mano con un precio cerrado que tenga en cuenta esos ahorros futuros que luego cobraría vía CAE el proveedor.
A pesar de los beneficios, también existen desafíos en la implementación de los CAEs, si bien es cierto que cada vez hay más proyectos que pueden acogerse al procedimiento de ficha estandarizada. Además, la figura del sujeto delegado debe estar bien acreditada y apoyada por organismos públicos para garantizar su eficacia.
Sin embargo, estos desafíos también representan oportunidades. La colaboración entre los diferentes actores del sector, incluidos los proveedores tecnológicos, los sujetos delegados y los clientes finales, es esencial para maximizar el impacto de los CAEs.
La integración de los certificados de ahorro energético (CAEs) en el Facility Management es una estrategia efectiva para mejorar la eficiencia energética y la sostenibilidad de las instalaciones.
Los CAEs no solo proporcionan un incentivo financiero adicional, sino que también promueven la adopción de tecnologías avanzadas y soluciones innovadoras.
La colaboración entre los diferentes actores puede convertirse en un pilar fundamental para alcanzar los objetivos de ahorro energético y descarbonización, contribuyendo al éxito y la sostenibilidad del Facility Management.
(*) Guillermo Montis es vocal de la Junta Directiva, sponsor de la Comisión de FM por Sectores de IFMA España y Head of FM y Sostenibilidad en Neinver.
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