Univelver, fabricante de unas 400 marcas de gran consumo vendidas en 190 países, es consciente de que su actividad contribuye a problemas que amenazan al planeta como el calentamiento global, la degradación de la naturaleza o la contaminación por plásticos, y por ello quiere ser parte de la solución.
Sin embargo, para que esa solución sea posible, se necesita que todos, empresas, inversores y consumidores, actúen de forma responsable.
«Somos parte del problema pero también queremos ser parte de la solución y poder llevar a cabo iniciativas que ayuden a dar respuesta a los retos del planeta», ha dicho en una entrevista con EFEverde la directora de Sostenibilidad y Comunicación de Unilever en España, Ana Palencia, tras recordar que toda empresa tiene impacto ambiental.
Sin consumo responsable estamos abocados a desaparecer
«Queremos promover un estilo de vida sostenible porque si no lo promovemos las compañías desapareceremos. Si no hacemos un uso responsable de los recursos naturales, no tendremos naturaleza para poder tener esas materias primas necesarias para producir nuestros productos».
Si ese primer eslabón de la cadena falla, «estaremos abocados a desaparecer, por lo que o lo hacemos bien entre todos o iremos a la deriva», ha advertido la ejecutiva.
Los productos de Unilever (con marcas como Skip, Mimosin, Dove, Rexona, Axe, Frigo, Maizena o Hellmann’s) son consumidos por miles de millones de usuarios y durante todo su ciclo de vida «se comen» grandes cantidades de recursos naturales y generan toneladas de emisiones y residuos.
«De ahí que tengamos fuertes planes a nivel clima, naturaleza, plásticos e impacto local», ha defendido Palencia, que ha subrayado que, no obstante, todos debemos colaborar para, por ejemplo, poder limitar el calentamiento global a los 1,5 grados marcados por la ciencia o que los plásticos no lo inunden todo.
Fracasa la venta a granel
Así, no basta con que las empresas usen sólo plásticos reciclados y reciclables, hace falta un «consumo responsable» por parte de todos, lo que se resume en comprar solo lo que se necesita, gastar el producto mientras esté en buen estado y gestionar adecuadamente los residuos para garantizar la circularidad.
Sin embargo, «nos está costando crear hábitos de vida sostenible» entre los usuarios, ha reconocido Palencia, que ha explicado que han intentado sin éxito vender a granel.
«Decimos que queremos comprar productos a granel pero luego no te llevas el envase a la tienda o prefieres comprar el envase original. Hemos hecho la prueba con una inversión millonaria en máquinas para venta a granel y no ha funcionado».
Otro ejemplo podría ser el mal uso de detergente que se suele hacer «echando» en la lavadora más cantidad de la necesaria pese a que en etiquetado de los envases se detalla la dosis necesaria, junto a otros consejos para un uso responsable como lavar a carga completa o hacerlo a 15 grados.
«Los consumidores deberíamos ser más conscientes de que tenemos una capacidad de actuar de forma responsable» y de que, sumadas, «las acciones individuales pueden impactar mucho», ha insistido Palencia.
¿Y de contener el consumo o cambiar la forma de medir el rendimiento?
Pero, además de pedir un consumo responsable ¿no deberían también las empresas incluir en sus planes de sostenibilidad objetivos para contenerlo y reducir su producción? Y los inversores, ¿no deberían dejar de mediros en base a criterios relacionados únicamente con el crecimiento continuo?
«Somos una compañía de gran consumo, una compañía que tiene que crecer porque tiene que ser sostenible también en el tiempo. Si nosotros no crecemos también estaríamos abocados a desaparecer (…) Una compañía de gran consumo tiene que intentar que la gente consuma, pero que consuma de manera responsable», ha señalado.
Respecto a los inversores y accionistas, ha explicado que aunque cada vez se interesan más por los planes de sosteniblidad de las empresas, lo cierto es que «buscan beneficio».
«A nosotros nos han castigado -en bolsa- por ser sostenibles» tras la publicación de un artículo en el que se cuestionaba «si no estábamos siendo demasiado buena gente con nuestros propósitos de sostenibilidad y que teníamos que estar más enfocados en los objetivos financieros».
Pese a la presión, «hemos seguido con nuestra hoja de ruta de sostenibilidad e, incluso, la hemos acelerado». A partir de ahí, es el inversor el que decide dónde quiere poner el dinero, ha aseverado.
«La responsabilidad de todos es lo que nos puede ayudar a crear ese futuro mejor», ha insistido Palencia, que ha recalcado la necesidad de leer las etiquetas para hacer un uso adecuado de los productos.
A empresas como Unilever le beneficiaría un mal uso de los productos porque «se acaba antes el envase y vuelves a comprar otro», pero «no queremos eso, queremos que todos actuemos de manera responsable. Ojalá en cada acción que hiciésemos actuáramos de manera responsable porque esto se notaría mucho el impacto», ha insistido. EFEverde
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