La Universitat Politècnica de València (UPV) ha desarrollado una tecnología pionera para detectar y prevenir la corrosión en las estructuras de hormigón armado. La propuesta para implementarla en la ciudad de València ha sido galardonada con el prestigioso Premio Sandalio Miguel y María Aparicio.
El parque de edificios y de grandes infraestructuras en España se enfrenta a un grave problema: el envejecimiento. La vida útil del hormigón armado es de 50 años, debido principalmente a la corrosión del acero de sus armaduras. Una detección precoz del daño permite controlar el deterioro, agilizar las reparaciones y minimizar el coste de mantenimiento.