El incremento del uso de las tecnologías también tiene un tipo de usuario muchas veces olvidado por todos: los niños. De ahí que los menores de edad, como consecuencia directa de una exposición más prolongada, sean sensibles a sufrir un ciberataque. De hecho, según pone de manifiesto Secure&IT, cerca de la mitad de los niños en España se ha tenido que enfrentar a alguna ciberamenaza.
Por este motivo, la compañía especializada en TI ha dado a conocer diez consejos para evitar que los menores sufran un ciberataque:
Mantener una comunicación fluida: Muchas veces, los niños no son conscientes de los riesgos a los que se exponen. Con el uso de las tecnologías sucede lo mismo. Los menores de edad han de tener claro que deben cumplir una serie de normas al hacer uso de la Red. De ahí que la comunicación con ellos y entre ellos y los adultos esté obligada a ser fluida.
Concienciarles sobre la nula compartición de información personal: Si este ya es un consejo importante para los adultos en muchas ocasiones, en los niños adquiere un carácter extraordinario. Además de no compartir información suya o de conocidos, amigos y familiares, ni mucho menos deben enviar fotos a extraños. Sobre todo de contenido explícito.
Cerciorarse de que interactúan con conocidos: Parte de los problemas que puede causar hacer caso omiso del punto anterior se evita asegurándose de que los niños tratan con conocidos. Y de que a las plataformas utilizadas no pueden acceder gente ajena al menor.
Proteger los dispositivos: Una medida obvia, pero que en muchas ocasiones se olvida. Los dispositivos han de estar actualizados completamente y sin ciberamenazas en su interior. Además, es necesario verificar las aplicaciones antes de instalarlas y descargarlas en las tiendas oficiales. Otro consejo es que los niños no procedan a ninguna descarga sin la supervisión y consentimiento de un adulto.
Utilizar contraseñas robustas y distintas: Cada cuenta tiene que disponer con una contraseña distinta y ser lo suficientemente fuerte. También hay que cambiarlas con frecuencia y hacer ver a los niños que es vital su nula compartición.
Instalar medidas técnicas: El objetivo es complementar la seguridad del menor de edad a la hora de acceder a los contenidos. Un ejemplo claro es la utilización de un software de control parental.
Bloquear determinados contenidos: Como complemento al control parental, es necesario bloquear juegos sexuales, violentos y apuestas.
Crear diferentes perfiles de usuario: Lo ideal es que los adultos utilicen una cuenta de administrador del equipo y los niños una de usuario estándar con las mencionadas limitaciones.
Controlar las conexiones: Pese al punto anterior, y con el objetivo de controlar las conexiones, es necesario proteger la red WiFi con cifrado y cambiar las claves que tiene el router por defecto.
Controlar el tiempo de conexión: Al igual que los niños tienen un tiempo determinado, por ejemplo, para estar en la calle, es igual de importante controlar el tiempo al que están conectados a Internet y a los dispositivos.
Con esta serie de consejos se evitará en gran medida los peligros a los que se exponen los menores de edad, como un ciberataque, ciberacoso, sex grooming, happy slapping, phishing o ciberadicción. A lo que se le une la menor capacidad de convertirse en agresor.
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