Suenan las alarmas en el entorno de las energías renovables. Una de las consecuencias de la crisis del gas y la guerra de Ucrania es que la transición energética, tal como se había previsto, se ha frenado y “no está creciendo a la velocidad que se esperaba”. Lo recoge el informe sobre la Situación Global de las Energías Renovables 2022 (GSR 2022) presentado el miércoles por REN21, la red de políticas internacionales dedicada a construir un futuro energético renovable. La conclusión es que se ha perdido la oportunidad de aprovechar el impulso dado para afrontar la pandemia y hace improbable que el mundo llegue a cumplir los objetivos climáticos fundamentales durante esta década y que serán necesarios “esfuerzos adicionales” para lograrlo.