En el reciente discurso de aceptación del Premio Rey de España, Manuel Arellano, uno de los principales economistas de nuestro país, argumentaba que una nación sin buenos datos administrativos es como un sistema hospitalario sin acceso a equipos avanzados de resonancia magnética. Para diagnosticar cuáles son los problemas de una economía es crucial poder observar con suficiente detalle la realidad. Este análisis de una economía en alta resolución es posible gracias a la existencia de datos administrativos o microdatos. Afortunadamente, nuestros gobiernos recogen una ingente cantidad de datos de ciudadanos, empresas y de otras entidades. Por ejemplo en lo relativo a ingresos, rentas, acceso a prestaciones sociales, servicios públicos, entre otros. Todos estos datos suelen estar custodiados por diversas administraciones públicas estatales y locales. ¿Se usan estos datos para diagnosticar y remediar los problemas de funcionamiento de la economía o de las políticas públicas en España? Con demasiada frecuencia la respuesta es negativa.