España y Portugal, atravesadas por una galopante emergencia de precios energéticos, querían correr a toda prisa; la Comisión Europea, garante de la libre competencia y del mercado interno europeo, ha contemporizado y medido cada paso. Pero finalmente la llamada excepción ibérica, ha logrado este miércoles el visto bueno del Ejecutivo comunitario. La decisión implica que el mecanismo ideado por Madrid y Lisboa para contener de forma temporal y extraordinaria el alza de los precios de la luz —una medida ya publicada en los diarios oficiales de ambos países hace tres semanas— puede comenzar a funcionar con el sello de garantía de que Bruselas, tras estudiarla concienzudamente, la ve con buenos ojos.