La pérdida de biodiversidad conlleva una disminución de los bienes y servicios vinculados a la naturaleza que se percibe cada vez más en sectores dependientes de ella, como la agricultura y la minería. Aunque, por encima de todo, repercute negativamente a la generación de patrones climáticos más extremos.
El mundo ha entrado en una nueva fase de urgencia para actuar y detener la pérdida de biodiversidad en nuestro planeta, asunto que requiere de medidas más ambiciosas de conservación y restauración de áreas degradadas, así como de mitigación de comportamientos perjudiciales para la naturaleza.
Esto último es particularmente importante para las empresas, que cada vez desarrollan más estrategias holísticas para la preservación medioambiental.
Entre ellas, sus procesos de descarbonización. Pero para su conservación y restauración es necesario emplear recursos. Hasta aumentar la financiación global en 700 000 millones de dólares anuales.
Un mayor y rápido desarrollo de las inversiones privadas podrían cerrar la brecha financiera de la biodiversidad y permitiría que proyectos relacionados con la naturaleza alcanzasen una escala mayor. Con especiales oportunidades de inversión en los sectores de la tecnología agrícola, la tecnología alimentaria, la economía circular y las energías limpias.
Si bien la población humana ha aumentado drásticamente, también ha protagonizado un fenómeno de desplazamiento a muchas otras especies. Desde diversas perspectivas. Nos encontramos en medio de otra extinción masiva, esta vez causada por los humanos.
Impacto de la pérdida de biodiversidad
La pérdida de biodiversidad puede atribuirse a cinco factores clave: cambio en el uso de la tierra y el mar (principalmente deforestación con fines agrícolas), sobreexplotación (pesca, caza), cambio climático (los organismos no pueden adaptarse rápidamente a los rápidos cambios de temperatura), contaminación (fertilizantes, pesticidas y otros productos químicos que fluyen a las vías fluviales) y especies invasoras.
Un ecosistema menos intacto reduce los bienes y servicios naturales de los que dependemos los humanos. Por ejemplo, redunda en una menor producción agrícola o una menos garantista protección contra las tormentas.
El creciente riesgo que este agotamiento de la biodiversidad planetaria supone para los humanos y nuestras economías ha generado una nueva sensación de urgencia para actuar y asegurar la financiación de esta importante causa.
Podemos abordar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, las dos crisis de nuestro tiempo, trabajando juntos a todos los niveles: estatal, corporativo y personal.
Partiendo de bajos niveles de financiación, estándares de medición inadecuados y posibilidades de inversión experimental se han producido avances significativos desde la adopción del Marco Mundial para la Diversidad Biológica, hace tres años, en diciembre de 2022.
Prioridades clave para la conservación
Aun así, esta iniciativa multilateral proporciona una estrategia clara para que gobiernos y empresas actúen. Las acciones implican poner fin a las prácticas perjudiciales para la naturaleza y aumentar el apoyo financiero para comenzar a ampliar los esfuerzos esenciales de conservación y restauración.
Las iniciativas de financiación y los proyectos de escala son actualmente prioridades clave, junto con las empresas que apuestan por la naturaleza y desarrollan planes de acción para la biodiversidad.
Aumentar los recursos privados para cerrar la brecha financiera de la biodiversidad es una vía prometedora para que los proyectos basados en la naturaleza alcancen el estatus de producción en escala.
Junto con la filantropía, la inversión de impacto medioambiental sostenible y el capital privado ofrecen vías de mayor riesgo para apoyar soluciones escalables e impactantes.

Para los inversores más conservadores, instrumentos como las estructuras de financiación combinada, los bonos verdes y los fondos dedicados ofrecen rentabilidad con menor riesgo.
Las acciones que apuestan por la naturaleza en los sectores agrícola, energético, minero y de la construcción obtendrán mayores rendimientos gracias a las amplias oportunidades de inversión en tecnología agrícola y alimentaria, economía circular y energías limpias.
Susan Joho es economista de Julius Baer.

Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde.
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Este blog de «influencers verdes» fue creado por Arturo Larena y ha sido finalista en los Premios Orange de Periodismo y Sostenibilidad 2023 en la categoría de «nuevos formatos».
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