• 10/12/2025 13:32

Cómo el mar vuelve a la vida: la sucesión ecológica en acción. Por Giulia Ferrari

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Cada año, las costas mediterráneas muestran señales de presión acumulada: praderas marinas que retroceden, fondos empobrecidos, hábitats que tardan más en recuperarse tras cualquier perturbación.

El mar posee una fragilidad silenciosa, sutil y difícil de percibir para muchos, porque no se puede tocar ni observar con la facilidad con la que vemos los cambios en la tierra.

Esta delicadeza plantea una pregunta esencial: ¿Cómo se reorganiza realmente un ecosistema marino después de un impacto?

La respuesta, ante todo, la podemos encontrar en la propia naturaleza. El mar cuenta con un mecanismo discreto y extraordinariamente eficaz para reparar el daño: la sucesión ecológica, un proceso natural que rara vez se explica fuera del ámbito científico, pero que determina el éxito o el fracaso de cualquier restauración.

La sucesión ecológica es la hoja de ruta del océano. Antes incluso de que intervengamos, el ecosistema ya ha iniciado su recuperación.

Sobre cualquier superficie nueva aparecen microorganismos que forman un biofilm, una fina capa que fija nutrientes y prepara el terreno para los organismos que vendrán después.

Más adelante se establecen las especies que aportan estructura y refugio, llamados “regeneradores del hábitat”, creando la complejidad necesaria para que la biodiversidad pueda regresar.

La vida no vuelve al azar: vuelve porque se restablecen las condiciones adecuadas para ello.

Respetar los ritmos naturales del océano

Este proceso sigue etapas naturales que pueden medirse y respetarse. Y aquí está uno de los mensajes más importantes: ninguna intervención será eficaz si ignora los ritmos del océano.

Respetar los ritmos naturales potencia la recuperación, favoreciendo la regeneración de los ecosistemas. El mar responde mejor cuando nuestras decisiones se toman con cuidado y en armonía con sus ciclos.

El mar no responde a nuestras prisas, pero sí siente los efectos de nuestras acciones.

Desde mi experiencia como bióloga marina, he visto que acompañar estos procesos es más eficaz que dirigirlos. Antes de cualquier intervención, es necesario caracterizar la biodiversidad y los hábitats del área, su dinámica, las especies clave y su capacidad de carga.

Este diagnóstico inicial resulta fundamental para diseñar soluciones que trabajen con el ecosistema, y no en su contra.

En este contexto, herramientas como la biotecnología, los sustratos ecocompatibles juntos con el diseño biomimético y la monitorización no sustituyen al ciclo natural: lo refuerzan cuando el sistema está debilitado.

No se trata solo de introducir elementos ajenos, sino de crear las condiciones para facilitar la sucesión ecológica en aquellas zonas que están degradas y volver a desarrollarse y recuperar funciones esenciales como la complejidad estructural, la conectividad o incluso la captura de carbono como beneficio mutuo.

En muchos ecosistemas marinos donde la actividad biológica parece reducida, se ha observado que, al proporcionar espacio y condiciones adecuadas, los organismos pueden recolonizar los fondos afectados.

Cuando los procesos naturales son acompañados mediante intervenciones científicas apropiadas, los ecosistemas retoman su ritmo de regeneración intrínseco.

La contaminación y su impacto en los ciclos naturales

Sin embargo, este ciclo puede verse interrumpido por contaminación, sobreexplotación o aumento de la temperatura del agua.

En estos casos, las acciones de restauración no reemplazan los procesos naturales, sino que facilitan que los ecosistemas retomen mecanismos de recuperación que operan desde hace millones de años.

La sucesión ecológica no es una intervención puntual ni una fórmula predefinida; constituye una alianza a largo plazo entre los ritmos naturales y las herramientas diseñadas para apoyarlos.

Restaurar un ecosistema marino no significa controlarlo, sino crear las condiciones que permitan su regeneración, respetando sus tiempos y dinámicas.

Restaurar el océano significa colaborar con la naturaleza, no imponerle un camino.

Giulia Ferrari es bióloga marina y buceadora profesional en Underwater Gardens International (UGI)

Cuando se dan las condiciones adecuadas, incluso los lugares más dañados pueden recuperar su capacidad de albergar vida.

Y es en esa alianza entre conocimiento científico, respeto por los procesos ecológicos y tiempo dedicado a observar y acompañar los ritmos de los ecosistemas donde empieza la verdadera recuperación.

 

Giulia Ferrari es bióloga marina y buceadora profesional en Underwater Gardens International (UGI), empresa dedicada a la restauración, conservación y regeneración de los ecosistemas marinos.

 

 

Logotipo de Underwater Gardens International (UGI)

 


 

Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde.

 

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Este blog de «influencers verdes» fue creado por Arturo Larena y ha sido finalista en los Premios Orange de Periodismo y Sostenibilidad 2023 en la categoría de «nuevos formatos».

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Artículo de Generico publicado en https://efeverde.com/como-el-mar-vuelve-a-la-vida-la-sucesion-ecologica-en-accion-por-giulia-ferrari/