La sostenibilidad se ha convertido en uno de los grandes desafíos del siglo XXI. En el ámbito de la edificación, la transición hacia un parque inmobiliario más eficiente, descarbonizado y saludable ya no es una aspiración, sino una obligación.
Sin embargo, mientras avanzamos hacia esa meta, no debemos perder de vista una verdad esencial: no hay sostenibilidad sin seguridad.
España afronta hoy una ola de rehabilitaciones energéticas sin precedentes, con más de nueve millones de viviendas llamadas a transformarse. Con un parque inmobiliario envejecido (45 años de media), nuestro país encara un reto mayúsculo.
El Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España destacó que en 2024 se visaron 55.473 unidades, un 47 % más que en 2023, superando las previsiones de la Estrategia de Rehabilitación Energética de Edificios (ERESEE) para 2024 y 2025.
Además, la superficie visada para obra nueva y rehabilitación creció un 7 % respecto a 2023 y un 5 % en comparación con 2019, alcanzando los 35,3 millones de m².
Estas cifras evidencian el dinamismo del sector, pero también la magnitud del desafío: ¿cómo garantizar que esta transformación sea segura, además de eficiente?
Reducir el consumo energético y las emisiones es esencial, pero hacerlo sin considerar la seguridad contra incendios puede tener consecuencias irreversibles.
Tragedias recientes, como el incendio de Campanar en Valencia, han demostrado que el uso de materiales combustibles en las fachadas puede convertir una buena intención (la eficiencia energética) en un riesgo mortal.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) refuerzan esta idea. El ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) no solo aboga por una planificación urbana eficiente, sino también por edificios capaces de resistir emergencias, incluidos los incendios, cuya magnitud y frecuencia van en aumento.
Apostar por una construcción resiliente al fuego es, por tanto, una pieza clave del desarrollo sostenible, especialmente en el contexto de la Renovation Wave europea.
El ODS 12 (Producción y consumo responsables) añade otra dimensión: un edificio verdaderamente verde debe optimizar recursos, fomentar la economía circular y minimizar residuos.
Pero un edificio que no resiste al fuego contradice ese principio, porque cada incendio genera toneladas de escombros y materiales desperdiciados cuya reconstrucción requiere nuevas materias primas y emisiones adicionales.
Normativas revisadas en varios países
Tras el incendio de la torre Grenfell en Londres, países como Reino Unido, Francia, Alemania, Rumanía o los nórdicos revisaron sus normativas para prohibir el uso de materiales combustibles en edificios de gran altura o con ocupaciones sensibles, como hospitales, colegios o residencias.
En España, sin embargo, todavía se permite emplear materiales combustibles en fachadas de más de 18 metros, sin definir claramente qué edificaciones deben contar con una protección reforzada.
Esta permisividad genera una falsa sensación de seguridad. La ley lo permite, sí, pero eso no significa que sea lo correcto. No tiene sentido avanzar hacia la neutralidad climática si al mismo tiempo se asumen riesgos que ponen vidas en peligro.
Hoy disponemos de tecnologías y materiales no combustibles capaces de ofrecer un excelente rendimiento térmico sin aumentar el riesgo de incendio.
Necesitamos, por tanto, una regulación valiente, que priorice la seguridad de las personas por encima del ahorro inmediato, y una cultura constructiva que entienda que la sostenibilidad también se mide en términos de protección y durabilidad.
La prevención es una responsabilidad compartida: profesionales del sector, como arquitectos, ingenieros y constructores, deben integrar la seguridad en cada decisión, pero también las administraciones y la ciudadanía deben exigirla.
Desde el Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio (OBS) defendemos esta visión integral de la sostenibilidad.
Nuestro Manifiesto por un cambio regulatorio para la protección contra el fuego en edificios en España propone medidas concretas:
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Prohibir materiales combustibles en edificios de gran altura o alta ocupación.
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Incorporar la definición oficial de edificio de alto riesgo.
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Añadir auditorías de seguridad a las Inspecciones Técnicas de Edificios (ITE).

No pedimos frenar la rehabilitación ni la construcción, sino garantizar que cada avance hacia la sostenibilidad no implique un retroceso en seguridad.
La verdadera sostenibilidad no consiste solo en construir edificios eficientes, sino en construir edificios que resistan el paso del tiempo y que protejan adecuadamente a sus ocupantes.
Andrés Pedreira es director del Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio (OBS).

Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde
Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde.
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Este blog de «influencers verdes» ha sido finalista en los Premios Orange de Periodismo y Sostenibilidad 2023 en la categoría de «nuevos formatos».
La entrada Construir verde, construir seguro: la sostenibilidad también protege contra el fuego. Por Andrés Pedreira se publicó primero en EFEverde.


