• 03/11/2025 19:59

La UME reclama una mejor gestión del territorio para poder afrontar los incendios tras una campaña de récord

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Ana Tuñas Matilla

España ha cerrado su peor campaña de incendios forestales del siglo, tanto por superficie quemada como por número de grandes incendios, algo que puede repetirse. Por ello, urge tomar medidas para estar lo mejor preparados posible, según el capitán de la UME Omar Queipo, que pone el foco en la necesidad mejorar la gestión del territorio.

La campaña se ha extendido este año hasta el 31 de octubre y, según los datos provisionales que maneja el Ministerio para la Transición Ecológica basados en cifras aportadas por las autonomías, desde enero han ardido 329.115 hectáreas, el 25 % más que en todo 2022, el peor año del siglo hasta la fecha en lo que a incendios forestales se refiere.

A esa superficie, habría que sumar las hectáreas afectados por incendios en Castilla y León, que aún no han sido aportadas por los responsables autonómicos, apunta el Ministerio.

Según datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS, por sus siglas en inglés), que basa sus estimaciones en imágenes satelitales de Copernicus, la superficie forestal ardida en España asciende a 391.500, el 27 % más que en 2022, y España es, con diferencia, el país más dañado por los incendios este año.

Concentran más del 71 % de las intervenciones de la UME

Desde que entró en operación, en 2007, la UME ha realizado un total de 785 intervenciones, de las que 560, el 71,3 %, han sido en incendios forestales.

Este año ha superado a 2022 y 2017 en cuanto a operaciones de la UME en incendios forestales, con un total de 57, frente a las 56 en esos dos años, y muy por encima de las efectuadas, por ejemplo, en 2023 (13) y 2024 (14). En lo que va de año, han concentrado el 80 % de la sactuaciones de la Unidad.

El resto de intervenciones se reparte entre inundaciones, seísmos y rescates (79), tormentas invernales (45), riesgos tecnológicos y medioambientales (38); operaciones en el exterior (26); operaciones de paz (9) y otros (28).

Simultaneidad sin procecentes

Para el especialista en incendios foreltales de la Unidad Militar de Emergencias (UME), la principal valoración que hay que hacer de la campaña de este año es que «ha sido un episodio de simultaneidad muy grande», sobre todo en Galicia (Ourense) y Castilla y León (Zamora y León).

Los incendios forestales son cíclicos, es decir, cada cierto tiempo, repuntan en número y superficie quemada respecto a los años inmediatamente precedentes.

Sin embargo, lo que ha pasado en 2025 es que todo se concentró en apenas 15 días, entre finales de julio y las dos primeras semanas agosto, cuando lo habitual es que se repartan a lo largo de todo el verano, ha explicado a EFEVerde Queipo, jefe de subgrupo táctico que participó en la extinción de fuegos este verano.

Esto conllevó una presión excesiva sobre los medios y dispositivos de extinción, que estuvieron «sometidos a una presión gitantesca, sin apenas descanso y, en la mayoría de las ocasiones, con el cien por cien de efectivos empeñados. Aún así, hubo incendios que habrían requerido más medios».

Lo ocurrido, ha apuntado, obedece a la suma de factores, como olas de calor unidas a un largo periodo de bajísima humedad, el abandono rural y una mala gestión del territorio. En la gran mayoría de los casos, la acción del hombre estuvo detrás, ya sea por negligencia o intencionadamente.

Abandono rural y gestión del territorio

En las provincias más afectadas, las tierras que hace 30 o 40 años eran cultivos o pastos se han dejado de trabajar, lo que conlleva un bosque que crece sin control y, además, que no haya diferencias de terreno en las que apoyarse para la extinción.

Con todo, los fuegos están alcanzando una voracidad y velocidad que supera cualquier sistema de extinción, ha advertido Queipo, que ha subrayado que España ya cuenta con uno de los mejores sistemas de extinción del mundo (es el que más medios aéreos tiene por kilómetro cuadrado) y que la solución no pasa por incrementarlo.

Apagar un incendio cuesta mucho dinero, se podrían sumar medios a los que ya disponen comunidades autónomas, Ministerio para la Transición Ecológica y UME, sí, «pero la realidad es que tenemos que ir más allá».

La solución está en la gestión forestal. El extinto Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) ya lo decía: los incendios se apagan en invierno», ha subrayado.

«Gestionar el territorio está en nuestras manos, lo que no está en nuestras manos es controlar una meteorología cada vez más adversa por espacios más amplios de tiempo», según Queipo, que ha pedido responsabilidad a las administraciones para poder estar mejor preparados para el siguiente ciclo de incendios.

Equilibrio entre naturaleza y actividad humana

Una buena gestión pasa, en su opinión, por lograr el equilibrio entre la protección al medio ambiente y la actividad humana, que los montes y bosques se puedan explotar (cultivos, pastos, plantaciones, etc) para evitar la despoblación rural y sin poner en peligro los tesoros naturales con los que cuenta España.

«Que se siga produciendo despoblación va en contra de las propias estrategias de extinción de incendios porque habrá menos gente allí y, sin gestión, cada vez se añadirá más gasolina al fuego».

Lo que más facilita el trabajo a los equipos de extinción, ha subrayado, son los paisajes en mosaico, paisajes que combinan de todo: bosques autóctonos, cultivos, pastos, plantaciones, porque el cambio de «infraestructura» es lo que ofrece opciones y posibilidades para atajar los fuegos.

Emergencia civil y tragedia ambiental

Por otra parte, ha recordado que cuando la UME interviene para apoyar en la extinción de los incendios, el objetivo principal, como no podría ser de otra manera, es defender vidas, casas e instalaciones.

No obstante, ha apuntado, no hay que perder de vista que además de una emergencia de protección civil, los incendios son una tragedia medioambiental que afecta no solo a especies vegetales, sino también a animales que, o mueren en el fuego, o después, porque se quedan sin cobijo o alimento.

«Todo lo que se quema es una tragedia, afecte o no a poblaciones, porque es una parte de nuestro patrimonio que se está destruyendo (…) España posee una naturaleza maravillosa que tenemos que cuidar«, ha aseverado el capitán de la UME.

Otro de los efectos ambientales de los incendios «es la cantidad de agua que usamos para la extinción y que sacamos de ríos. Ese agua deja de alimentar la vegetación (…) esa es otra tragedia que pasamos por alto: la cantidad de agua que sustraemos al medio natural», ha lamentado. EFEverde

atm

 

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Artículo de Ana Tuñas Matilla publicado en https://efeverde.com/la-ume-reclama-una-mejor-gestion-del-territorio-para-poder-afrontar-los-incendios-tras-una-campana-de-record/