• 02/11/2025 18:14

Los gatos de nadie: una sociedad que aún no entiende a sus vecinos invisibles. Por Fernando Ocaña / Director de Salvando Peludos

Tiempo estimado de lectura: 3 minutos, 30 segundos

Por Fernando Ocaña
Director de Salvando Peludos

Podemos medir la calidad humana de una sociedad observando cómo trata a sus animales. Esta reflexión cobra especial sentido cuando hablamos de los gatos comunitarios, esos animales que viven en nuestras calles y que, aunque no tienen un hogar fijo, comparten ciudad, territorio y problemas con nosotros.

Una historia de 7.500 años

El vínculo entre humanos y gatos se remonta a más de 7.500 años a.C. A lo largo de la historia, los hemos domesticado, venerado, temido, odiado. Fueron símbolos místicos, protagonistas de supersticiones, asociados con la brujería y también con el calor del hogar. Hoy, muchos gatos son considerados miembros de la familia.

Sin embargo, entender verdaderamente qué es un gato implica dejar de lado la humanización y escuchar a la ciencia: los gatos son félidos, depredadores solitarios, territoriales, independientes. Su instinto básico es claro: sobrevivir.

Y es con esta naturaleza en mente que debemos hablar de su realidad actual en nuestras ciudades.

Madrid: 40.000 gatos invisibles

Tomemos como ejemplo a Madrid. El Ayuntamiento estima que hay entre 30.000 y 40.000 gatos comunitarios viviendo en sus calles. La Ley 7/2023, aún en fase de implantación, los reconoce como tales y establece que es responsabilidad de los Ayuntamientos atender sus necesidades conforme a la normativa.

Un gato comunitario no tiene dueño, vive en libertad y suele formar parte de una colonia felina. Pero no nacieron en la calle por generación espontánea. Todos tienen un origen común: abandono o irresponsabilidad humana. Son hijos o nietos de gatos que un día sí tuvieron hogar.

 

Tres pilares para sobrevivir

Los gatos comunitarios sobreviven cada día gracias a tres pilares fundamentales:

1.- Territorio

Es su espacio de seguridad. Lo marcan, lo defienden y cumplen un rol dentro de su colonia. Este territorio varía según la personalidad y la necesidad de cada individuo.

2.- Alimento

La mayor parte la obtienen gracias a personas solidarias: gestoras de colonia. Puntuales como un reloj, ajenas a vacaciones, lluvias o calor extremo, acuden a ofrecer alimento con regularidad. Aunque parezca que solo comen de sus manos, no es cierto: hay vecinos que dejan tarros de agua, bandejas con sobras o simplemente toleran su presencia.

También cazan. La caza sigue siendo parte esencial de su naturaleza y de su equilibrio dentro del ecosistema urbano.

3.- Reproducción

En los gatos, la reproducción no es una elección placentera, sino una necesidad biológica ineludible. Las gatas en celo maúllan desesperadas, los machos marcan territorio sin descanso. El objetivo es simple: garantizar la supervivencia de la especie.

Criar, defender su territorio y alimentarse: eso es lo que mueve a un gato callejero.

“Trabajo duro para que mi gato viva como Dios”

Mientras tanto, nuestros gatos domésticos llevan una vida completamente diferente. En Salvando Peludos, lo resumimos en una camiseta que hemos lanzado con gran éxito: “Trabajo duro para que mi gato viva como Dios.”

“Amén”, responden entre risas cientos de dueños de michis, compartiendo memes, fotos y videos. Sin embargo, muy poco queda de esta realidad en las calles.

¿Y de quién es la culpa?

¿De los egipcios, que los veneraban?
¿De Alfonso VI, que llamó “gatos” a los hombres que defendieron Mayrit con uñas y dientes?
¿De las gestoras de colonias, que con compasión los alimentan?

No. Los gatos no son culpa de nadie.
Estaban, están y estarán. Solo deseamos que, en el futuro, estén en mejores condiciones.

¿Qué dice la ley?

La Ley 7/2023, con sus aciertos y errores, reconoce el problema que suponen las colonias felinas para el entorno urbano: accidentes de tráfico, ruido, residuos… pero también el problema más grave de todos: la indiferencia social ante seres sintientes que viven, sufren y mueren a nuestro lado.

Los programas CES (Captura, Esterilización y Suelta) han pasado de ser una opción a ser una obligación legal. Y su objetivo principal es ético y práctico: reducir la población de gatos comunitarios de forma progresiva, segura y definitiva.

Gracias a estos programas:

  1. Se autoriza a las gestoras a alimentar de forma organizada y limpia.
  2. Se instalan refugios regulados, que protegen del frío y del calor.
  3. Se captura, esteriliza y devuelve al gato a su territorio, donde ya no se reproducirá, pero seguirá ejerciendo su rol natural sin multiplicar el problema.

A quienes no les gustan los gatos…

A menudo escuchamos frases como:

“¡Llévatelos a tu casa!” (No es posible sin núcleo zoológico).

“¿Y por qué no ayudas a los ancianos?” (Hágalo usted, que tan buena idea tiene).

“¡Por tu culpa está esto lleno de gatos!” (Error: gracias a esa comida no están destrozando tu basura ni orinando tu jardín).

La última frase, además de falsa, es peligrosa. Ha dado pie a comportamientos crueles: destrucción de refugios, agresiones a cuidadores e incluso asesinatos de animales. Pero también es la más fácil de rebatir.

Si odias a los gatos… ¡apoya el CES!

Sí, leíste bien. El CES reduce la población felina de manera ética. Si no quieres ver gatos en tu calle, deberías aplaudir a tu vecina que los alimenta en una colonia acreditada, porque está ayudando a que haya menos. Lo hace con su tiempo, su dinero y su esfuerzo.

Y si los amas, también deberías aplaudirla. Porque está evitando que veas a un gato moribundo en la acera, o a una camada abandonada en una caja.

Exijamos lo que es justo

Si tu Ayuntamiento todavía criminaliza a quienes cuidan, ignora las colonias o prioriza eventos como novilladas por encima del bienestar animal, recuerda: la Ley 7/2023 te da derecho a exigir la implantación del programa CES.

El CES ha venido a cuidar de los 40.000 gatos de Madrid, con la esperanza de que, cuando tus hijos crezcan, solo queden 4.000, 400 o apenas 40, viviendo dignamente, sin sufrir, sin reproducirse sin control y sin seguir siendo los gatos de nadie.

Fernando Ocaña es director del refugio Salvando Peludos


 

Sobre @CDOverdeArturo Larena director de EFEverde.como modera el coloquio del Foro Última Hora/Valores organizado por el Grupo Serra en Palma de Mallorca

Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde

Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde.

Otras tribunas de Creadores de Opinión Verde (#CDO)

 

Este blog de «influencers verdes» ha sido finalista en los Premios Orange de Periodismo y Sostenibilidad 2023 en la categoría de «nuevos formatos».

La entrada Los gatos de nadie: una sociedad que aún no entiende a sus vecinos invisibles. Por Fernando Ocaña / Director de Salvando Peludos se publicó primero en EFEverde.


Artículo de Arturo Larena publicado en https://efeverde.com/los-gatos-de-nadie-una-sociedad-que-aun-no-entiende-a-sus-vecinos-invisibles-por-fernando-ocana-director-de-salvando-peludos/