Por Natalia Sagredo
Madrid, 30 oct (EFEverde).- Con un total de 117.000 hectáreas, 35 municipios y 43 núcleos poblados, el Parque Natural de la Sierra de Guadalajara es una joya ecológica convertida en un laboratorio de resiliencia frente al cambio climático.
Para impulsar la gestión forestal sostenible, la conservación ambiental y el desarrollo local rural en el Parque Natural, se plantea el proyecto Sierra Norte, Paisaje Vivo; financiado por el Ministerio de Transición Ecológica, a través de la Fundación Biodiversidad.
“Los objetivos principales del parque son la conservación, la restauración y el uso público”, explica el Director-Conservador del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, Rafael Ruiz López.
Uno de sus objetivos principales es demostrar cómo un paisaje bien gestionado puede resultar la base de una economía local sostenible y no solo una zona protegida.
“El proyecto pretende impulsar la economía basada en la naturaleza o en los recursos naturales de la Sierra Norte, además de mostrar un ejemplo de cómo los parques contribuyen al desarrollo local”, explica el biólogo y doctor en Ecología de la Fundación Fernando González Bernáldez, José Antonio Atauri.

Un espacio protegido
Desde el año 2000 hasta el 2011 se declararon tres zonas de protección especial: el Macizo del Pico del Lobo-Cebollera, con más de 10.000 hectáreas, la Reserva Fluvial del Río Pelagallinas y el Hayedo de Tejera Negra, patrimonio mundial de UNESCO. “Estos tres espacios protegidos quedaron englobados en el Parque Natural como zona de protección especial del mismo”, asegura Ruiz López.
Varios montes en el Parque Natural son de propiedad pública, aunque algunos son privados, como el de Valverde de los Arroyos (Pico Ocejón). Con más de 300 socios, los vecinos de Valverde compraron el monte cuando iba a ser amortizado.
“Con zonas abiertas, zonas de bosque, de matorral, de arbolado y de pasto, este mosaico es más resiliente al cambio climático, a los incendios y a las sequías. Y es algo que se está perdiendo por la pérdida de la ganadería”, explica el director del parque.
Ante esta problemática, a través del proyecto Sierra Norte, Paisaje Vivo se ha realizado un desbroce en el monte, ayudando a la selvicultura y a la extracción de madera.

Territorios afectados por la despoblación
El Parque Natural, la Sierra Norte se encuentra entre los territorios más afectados por la despoblación, con apenas dos habitantes por kilómetro cuadrado. El abandono de la actividad primaria, especialmente la ganadería, ha homogeneizado los paisajes, aumentando su vulnerabilidad frente al cambio climático.
“En este parque hay 36.000 hectáreas de repoblaciones forestales que se hicieron en los años 70. Masas forestales homogéneas, monoespecíficas, coetáneas, que son muy vulnerables a efectos del cambio climático; de grandes incendios y pueden verse afectadas por la sequía”, explica Ruiz López.
Frente a este desafío, el proyecto Sierra Norte, Paisaje Vico propone la creación de un mosaico forestal resiliente, que ponga en valor sus servicios ecosistémicos y fomente la economía local de las áreas protegidas a través de su aprovechamiento sostenible.
“Uno de los objetivos es la certificación de los bosques. Una certificación para asegurar que la cadena de custodia, todo el proceso de aprovechamientos forestales y de gestión del bosque y tratamientos herbícolas se haga desde buenas prácticas ambientales y con unas intenciones de fomento de biodiversidad y de perpetuación de la masa”, apunta el director del parque.

Certificación FSC
Además de plantear retos como el abandono de prácticas tradicionales, la pérdida de heterogeneidad del paisaje, el aumento del riesgo ambiental y la necesidad de nuevas formas de vida en el medio rural, el proyecto llevará a cabo la certificación FSC, mediante la empresa Dendron Soluciones, de más de 3.600 hectáreas de montes de propiedad privada, ensalzando su contribución a la biodiversidad.
“En el monte de Valverde hemos certificado la gestión forestal con un sello internacional: FSC. Este sello certifica que la gestión que se hace forestal en ese monte está bien hecha, es compatible con la conservación y con los derechos sociales”, afirma Atauri.
Alianzas y financiación
El proyecto busca la captación de financiación de empresas privadas para la futura gestión necesaria de los servicios que ofrece el bosque, que no suelen valorarse, como la captación del agua, el secuestro de carbono o la creación del suelo.
Desde el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara buscan la creación de alianza con la población local, con los ayuntamientos y otras entidades que operan en el territorio, como diputaciones provinciales y otras consejerías de la Junta de Castilla-La Mancha.
“Es un trabajo que creemos muy importante en un contexto de despoblamiento el implicar a la población local en el proyecto del Parque Natural para que sean participantes activos. Es la clave para establecer lazos con la población local e implicarse en el proyecto”, asegura Ruiz López. EFEverde
ns/al
La entrada Paisaje vivo, el proyecto que convierte la Sierra Norte de Guadalajara en un laboratorio de resiliencia climática se publicó primero en EFEverde.
