Valeria López Peña
Madrid (EFEverde).- El revestimiento decorativo, hecho con bajas emisiones de CO2 y elaborado con materiales reciclados de Cement Design surgió tras la crisis inmobiliaria del 2008, un llamado a la innovación sostenible que le permitió a Carolina Valencia (cofundadora) explorar su pasión por el interiorismo.
Para 2008 Carolina Valencia ya se había graduado de la maestría en la Universidad Politécnica, por la que viajó desde Colombia, y llevaba algunos años de relación con Hernández, su actual esposo. Un año antes, la pareja fundó Cement Design, una empresa que comenzó como tantas otras del sector: fabricando cemento, ladrillos y materiales de construcción. Sin embargo, la histórica crisis inmobiliaria casi los lleva a la quiebra.
“En Colombia nacemos en crisis. No conozco otra realidad”, dice Valencia en conversación con EFEverde. Mirando en retrospectiva, considera que la clave para salir adelante fue saber adaptarse al mercado, que “ya mostraba un interés creciente por productos ecológicos”, y mantener una propuesta constante de innovación en sus colecciones.
Tras cinco años de investigación, desarrollaron su producto estrella: un revestimiento decorativo de cemento adherible, más eficiente energéticamente y, recientemente, hecho con materiales reciclados.
Innovación, la clave
Valencia admite que el cemento, en sí mismo, no suele ser ecológico, pero destaca que “mejoramos el material para que fuera más maleable y, con ello, se puede aplicar sobre casi cualquier superficie: hierro, cerámica, cristal, tejidos, piedra, madera e incluso espejos”, explica, destacando la dificultad de este último por su baja porosidad.
Como se adapta a la estructura existente, reducen los escombros: “Puede que no parezca significativo al remodelar una casa o un baño, pero en un hotel con 500 baños, los residuos se convierten en un problema ambiental serio. Van a vertederos o quién sabe dónde, y pueden tardar años en desaparecer”.
Normalmente, este tipo de productos necesitan de maquinaria pesada, pero en este caso no necesita de llana para aplicar y es lijado y mezclado a mano. Un proceso artesanal que, por un lado, alarga los tiempos de producción, pero por el otro, reduce el consumo energético y se seca rápido.

Sostenibilidad como estrategia

Desde hace 12 años cuentan con la certificación EMICODE, que garantiza bajas emisiones de CO₂ durante el proceso productivo. Sin embargo, nuevas crisis seguían por venir. La pandemia de COVID-19 supuso un reto logístico enorme: “Fue un drama a nivel de transportes: no se podían enviar contenedores y, encima, los precios se dispararon”, recuerda Valencia.
Aún así, el arma de contingencia ha sido la sostenibilidad y la innovación. Adquirieron una antigua fábrica de ladrillos en Pantoja (Castilla-La Mancha), transformada en cantera de arcilla, con el objetivo de minimizar el transporte de materiales. Además, incorporaron madera, vidrio y textiles reciclados en sus fórmulas.
Gracias al vidrio, por ejemplo, lograron crear revestimientos en tonos verdes y rojos. En otros proyectos reutilizan textiles, como en una tienda en China cuyas paredes y mesas fueron revestidas con jeans reciclados. Estas fibras se trituran y se mezclan en el revestimiento, que también se aplica en bañeras, lavabos, piscinas o macetas.
Esta incursión en el interiorismo les permitió expandirse a más de 60 países, entre ellos Italia y Portugal. Sin embargo, las tensiones internacionales también han obligado a tomar decisiones difíciles, como cerrar operaciones en Rusia.
Interiorismo revestido de materiales reciclados

“No quería que fuera una fábrica de cemento normal”, dice Valencia. Aunque estudió economía, al llegar a España se dejó llevar por su tendencia artística con una especialización en interiorismo en la Escuela de Artes Decorativas.
Como el cuadro de un torero al estilo de Fernando Botero (pintor colombiano reconocido por estirar figuras redondeadas en sus obras) que adorna su casa, Valencia mezcla su identidad con su empresa, de producción española.
Recuerda con especial cariño la colección de Naturtex, en la que fusionaron cemento con tejido natural del yute de los sacos del café, y que se pueden ver en las cafeterías de Juan Valdés.
Además, han colaborado con escultores reconocidos como Eladio de Mora (Eli) y DEMO, quienes aplican sus revestimientos sobre sus cuadros y esculturas, mezclando arquitectura, sostenibilidad y arte.EFEverde
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