• 09/10/2025 10:17

El ICAM lanza la primera guía para el uso responsable de la IA en el sector de la abogacía

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos, 59 segundos

La inteligencia artificial ha entrado en los despachos de abogados para quedarse. Desde los sistemas de revisión documental hasta la redacción automática de escritos, su capacidad para procesar información a gran escala, anticipar tendencias y mejorar los procesos de investigación jurídica promete transformar la práctica del Derecho. Pero también plantea riesgos que alcanzan el núcleo de la profesión: la confidencialidad, la responsabilidad profesional y la propia esencia del juicio humano.

Con el objetivo de orientar a la abogacía en este nuevo escenario, el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) ha publicado la Guía de Buenas Prácticas para el Uso de la Inteligencia Artificial en la Abogacía, un hito pionero en el ámbito jurídico español que marca el camino sentando las bases para un uso ético, responsable y jurídicamente seguro de esta tecnología en la profesión legal.

“La abogacía no debe limitarse a adaptarse al cambio: debe liderarlo”, subraya el decano del ICAM, Eugenio Ribón. “Con esta guía, ofrecemos a la profesión una herramienta práctica y rigurosa para aprovechar las ventajas de la inteligencia artificial sin comprometer los principios esenciales de la abogacía: la confidencialidad, el juicio profesional y la defensa de los derechos fundamentales. Nuestro compromiso es claro: que la transformación digital no debilite el Derecho, sino que lo refuerce.”

La Guía, que —entre otros contenidos— traslada a la práctica las recomendaciones del nuevo marco regulador europeo y nacional en materia de IA, ha sido coordinada por Mabel Klimt, diputada de la Junta de Gobierno responsable de innovación, tecnología y cultura.

“Usar la IA sin miedo, pero con criterio: eso es lo que propone esta guía”, señala Klimt. “No se trata de frenar la innovación, sino de acompañarla con criterios éticos, herramientas claras y pautas jurídicas que nos permitan integrar esta tecnología de forma segura, transparente y eficaz. Queremos que cada abogado, independientemente del tamaño de su despacho o de su nivel de conocimiento técnico, cuente con un marco práctico que le ayude a tomar decisiones informadas y responsables.”

Partiendo de la base de los principios y recomendaciones de los principales organismos europeos y nacionales en materia de inteligencia artificial y protección de datos, la publicación aborda los principales retos que plantea esta tecnología en el ámbito legal: desde la protección de datos y la explicabilidad de los algoritmos hasta la necesidad de formación continua y supervisión humana. A lo largo de seis capítulos, ofrece un marco práctico para incorporar la inteligencia artificial al trabajo jurídico sin comprometer los principios esenciales de la profesión.

Su punto de partida es claro: “la tecnología es una herramienta de apoyo, pero no reemplaza ni debe reemplazar al abogado ni a su criterio profesional. La abogacía debe mantener siempre la supervisión, el juicio crítico y una diligencia reforzada en el uso de estas herramientas”, se afirma en la guía, en cuya elaboración han colaborado especialistas como Santiago Mediano (presidente de la sección ICAM de Robótica, IA y Realidad Virtual y Aumentada), Sara Molina y José Ramón Moratalla (copresidentes de la sección ICAM de Innovación y Abogacía), Alejandro Touriño (presidente de la Sección de TIC del ICAM), Jesús María Boccio, Agustín Born, Noemí Brito, Carlos Fernández, Javier Fernández-Lasquetty, Rodrigo González Ruíz, Antonio Muñoz Vico, María Pardo de Vera, Carolina Pina y Teresa Rodríguez de las Heras.

Entre las conclusiones, el texto sostiene que el uso de la IA en la abogacía debe ser proporcional y justificado, aplicarse únicamente cuando aporte valor real al cliente y mantenerse siempre bajo control humano. También subraya la necesidad de realizar evaluaciones de riesgo, asegurar la trazabilidad de los procesos, garantizar la protección de datos y la confidencialidad, y documentar el uso de estas herramientas para poder justificarlo ante clientes o tribunales. Además, advierte de la importancia de preservar los derechos fundamentales y prevenir sesgos o discriminaciones algorítmicas mediante revisiones periódicas y diversidad en los equipos que supervisan o desarrollan las herramientas.

Un nuevo estándar de responsabilidad profesional

El capítulo central de la guía sitúa el cumplimiento normativo como piedra angular de la adopción responsable de la inteligencia artificial en la abogacía. En un momento en que el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (AI Act) empieza a desplegar sus primeras obligaciones, el ICAM recuerda que cada herramienta incorporada a un despacho debe responder a criterios claros de gobernanza, transparencia y rendición de cuentas.

La publicación propone a los despachos adoptar protocolos internos de control, definir qué soluciones tecnológicas pueden emplearse, con qué objetivos y bajo qué condiciones, y designar responsables de supervisión que garanticen la revisión humana de toda decisión relevante. También aconseja auditorías periódicas y procesos de actualización continua para evaluar la fiabilidad técnica y jurídica de los sistemas, en línea con las exigencias del Reglamento General de Protección de Datos y con la responsabilidad profesional.

Uno de los apartados más relevantes se centra en el respeto a los derechos fundamentales y la mitigación de sesgos, recordando que la inteligencia artificial no es neutral: los algoritmos pueden amplificar desigualdades si no se auditan los datos con los que se entrenan. Por ello, la guía recomienda verificar la equidad y calidad de los datos, auditar los modelos de forma periódica y fomentar la diversidad en los equipos que diseñan o supervisan estas herramientas, como salvaguarda frente a posibles discriminaciones.

Del conocimiento técnico a la cultura responsable

El avance de la inteligencia artificial ha convertido la competencia tecnológica en una exigencia ineludible para el ejercicio profesional. Por ello, la guía pone el foco en la formación y actualización dentro de los despachos, e insta a los abogados a comprender el funcionamiento de las herramientas que utilizan, evaluar su fiabilidad y sus límites, y promover una cultura de aprendizaje tecnológico que refuerce la calidad del servicio jurídico.

El texto recomienda invertir en capacitación técnica y evaluación interna, con pruebas de funcionamiento y talleres prácticos, y fomentar comunidades de aprendizaje que integren a juristas, tecnólogos, expertos en protección de datos y en ética de la inteligencia artificial. Solo desde esa colaboración interdisciplinar —sostiene el documento— podrá consolidarse una integración segura y coherente con los valores de la abogacía.

La guía aborda asimismo la supervisión de terceros, un aspecto cada vez más relevante ante la proliferación de plataformas externas y servicios en la nube. Advierte que la delegación tecnológica no puede implicar la delegación de responsabilidad: el uso de herramientas desarrolladas por proveedores externos debe regirse por los mismos estándares de diligencia, transparencia y confidencialidad que los aplicados internamente. Los despachos, añade, deben garantizar que las empresas proveedoras cumplan la normativa vigente y que en ningún caso se sustituyan funciones que requieran juicio jurídico o control humano directo.

En definitiva, la integración responsable de la IA exige una combinación equilibrada de formación técnica, ética profesional y supervisión jurídica, de modo que la innovación no se imponga sobre la esencia del Derecho, sino que la refuerce.

Glosario y calendario normativo

Un glosario con los principales conceptos de la inteligencia artificial y un cronograma con los plazos de aplicación del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (AI Act) completan la publicación, que tendrá continuidad próximamente con la Guía ICAM sobre Principios Deontológicos para el Uso de la Inteligencia Artificial, actualmente en preparación. Este segundo documento completará el marco actual con una reflexión más profunda sobre la ética y la responsabilidad profesional en la era digital.

Ambas iniciativas se enmarcan en la estrategia de la Junta de Gobierno del ICAM para reforzar la seguridad jurídica en el uso de la inteligencia artificial y anticiparse a las transformaciones normativas que definirán el futuro de la profesión.

ICAM avanza: la estrategia del ICAM para la abogacía del futuro

La Guía puede descargarse gratuitamente desde la web del ICAM, en el nuevo espacio sobre “Abogacía e Inteligencia Artificial”, que incluirá recursos adicionales, novedades legislativas y vídeos de jornadas monográficas.

La iniciativa se enmarca en el programa estratégico del Colegio, “ICAM Avanza: hacia la abogacía del futuro”, una hoja de ruta que promueve la transformación de la profesión jurídica sin perder de vista su dimensión ética, jurídica y humanista. Bajo este paraguas, el ICAM impulsa acciones concretas para acompañar a los profesionales del Derecho en un nuevo ecosistema.

En el ámbito de la tecnología, la estrategia incluye iniciativas como formación especializada, participación en el desarrollo normativo nacional y europeo, elaboración de estándares éticos, jornadas monográficas y recursos prácticos como esta Guía, concebida para ofrecer orientación realista y aplicable ante los retos de la digitalización. El objetivo no es solo adaptarse a los cambios, sino anticiparse a ellos, posicionando a la abogacía madrileña como un referente en innovación jurídica.


Artículo de Redaccion DJ publicado en https://www.diariojuridico.com/el-icam-lanza-la-primera-guia-para-el-uso-responsable-de-la-ia-en-el-sector-de-la-abogacia/