LHH Executive Search , la firma del Grupo Adecco especializada en selección, consultoría y evaluación de directivos y ejecutivos, presenta, por primera vez, su Informe de Liderazgo y alta dirección 2025, un análisis de los salarios en los nueve sectores con mayor proyección en el ámbito de la selección de talento directivo, junto con las principales tendencias que están surgiendo en cada uno de ellos. Y en este análisis nos centramos en el sector legal.
Los líderes del sector legal
Para Miren Sáenz de Valluerca, Senior Partner de LHH Executive Search: “el sector legal continúa evolucionando desde un punto de vista tecnológico y de eficiencia de procesos. La Inteligencia Artificial (IA) estará cada vez más integrada en la práctica diaria de los despachos, lo que implicará un profundo cambio en la forma en que se gestionan los casos, se realizan las investigaciones legales y se generan contratos. Esta transformación llevará a los despachos a apostar por la formación continua de sus abogados en materia tecnológica, con especial énfasis en el uso de herramientas basadas en IA para la automatización de tareas repetitivas y la mejora de la eficiencia en la toma de decisiones. De igual manera, se incrementará la demanda de abogados especializados en tecnología y en la implementación de soluciones de IA, con el fin de garantizar una integración óptima de estas herramientas en el día a día legal”.
En el corto y medio plazo, el sector legal seguirá experimentando un proceso de globalización que está transformando tanto la estructura de los despachos como los desafíos regulatorios. La expansión de los mercados internacionales y el aumento de transacciones transfronterizas requerirán equipos más diversos y multiculturales, lo que pondrá énfasis en la necesidad de contar con abogados con una perspectiva global, experiencia en derecho transaccional y competencias interculturales.
Los despachos deberán implementar tecnologías de colaboración que permitan a los equipos trabajar de manera más eficiente a través de fronteras geográficas, facilitando la comunicación y el acceso a datos en tiempo real, al tiempo que aseguran el cumplimiento normativo en diferentes jurisdicciones.
Por otro lado, el desarrollo de negocio en el sector legal ha adquirido una relevancia indiscutible,
especialmente con la intensificación de la competencia por la entrada de firmas internacionales y el aumento de la consolidación del mercado. En este contexto, los socios de los despachos estarán más enfocados en la estrategia de captación de clientes, así como en el fortalecimiento de las relaciones con clientes clave mediante la implementación de tecnologías de gestión de relaciones (CRM) y plataformas de análisis predictivo que ayuden a identificar oportunidades de negocio y anticipar las necesidades de los clientes.
La adaptación a un entorno altamente competitivo requerirá no solo una oferta de servicios legales más personalizada, sino también la capacidad de proporcionar asesoría estratégica utilizando herramientas avanzadas de análisis de datos, que permitan a los despachos no solo ofrecer soluciones legales, sino también aportar valor agregado a sus clientes.
La integración de todas estas tendencias no solo demandará una transformación organizacional a nivel de recursos humanos, sino también una actualización constante de las capacidades técnicas y estratégicas de los profesionales del derecho, quienes deberán ser capaces de adaptarse a estos nuevos paradigmas para mantenerse competitivos en un mercado cada vez más globalizado y digitalizado.
La alta dirección en Legal y sus salarios
Dentro del sector legal, las posiciones de socio marcan una diferencia significativa en términos de retribución.
Un socio profesional percibe habitualmente entre 180.000 y 220.000 euros fijos anuales, a lo que se añade una parte variable relevante. Este rango se consolida como uno de los escalones más altos de la profesión para quienes no participan en la propiedad de la firma.
En el caso del socio de cuota, la remuneración supera con holgura los 250.000 euros, mientras que a ello se suma la participación en beneficios, que puede elevar la compensación total a un rango de 450.000–800.000 euros anuales, con casos excepcionales que superan el millón de euros, en función de la capacidad de generación de negocio y del liderazgo en prácticas altamente rentables.
Por debajo, el puesto de counsel también refleja diferencias relevantes dentro de la carrera profesional y oscila entre 130.000 y 170.000 euros fijos + variable, consolidándose como una de las figuras intermedias más competitivas en bufetes de primer nivel.
En el entorno corporativo, la dirección de asesoría jurídica mantiene cifras igualmente atractivas: para las compañías nacionales la horquilla abarca de 120.000 a 150.000 euros fijos + variable, mientras que en compañías internacionales va de 150.000 a 220.000 euros fijos más variable.
Estos rangos reflejan posiciones clave en departamentos legales internos, especialmente en sectores regulados o estratégicos, y pueden variar según experiencia, práctica, idiomas y aportación de negocio.
Nuevo liderazgo: la alta dirección tiene valores transversales
La transformación que vive el mercado laboral responde, además de los factores tecnológicos, a un cambio profundo en las prioridades de los profesionales. La búsqueda de estabilidad ha dejado de ser el único motor de atracción y retención, dando paso a demandas más complejas como la conciliación, el bienestar emocional o el propósito compartido. Ante esta situación, los líderes de las organizaciones, sea cual sea el sector en el que operan, deben repensar sus estrategias de talento para alinear sus objetivos de negocio con las expectativas de sus equipos.
Uno de los elementos más destacados es la creciente desconexión entre lo que esperan los empleados y lo que ofrecen las empresas. Aunque el desarrollo profesional y el equilibrio entre vida personal y laboral figuran entre las principales prioridades para los trabajadores, todavía son muchas las compañías que priorizan únicamente la eficiencia operativa. El resultado es una pérdida de confianza según el informe Accenture Life Trends 2025, el cual señala que solo el 29% de los empleados cree que sus líderes tienen en cuenta sus intereses. Esta percepción afecta directamente al compromiso, la fidelización y, en última instancia, al rendimiento organizativo.
Asimismo, la digitalización ha acelerado esta brecha. La automatización de tareas y la irrupción de la Inteligencia Artificial están reconfigurando el mercado de trabajo, impulsando la creación de millones de nuevos empleos, pero también eliminando roles tradicionales. Bajo esta perspectiva, la formación continua, el reskilling y el upskilling emergen como condiciones indispensables para sostener la empleabilidad. Por lo tanto, las empresas que apuesten por una cultura de aprendizaje continuo estarán mejor preparadas para anticiparse a los cambios y retener el talento que necesitan para crecer.
Al mismo tiempo, la evolución generacional está redefiniendo las políticas de compensación. El estudio ICEO de LHH destaca que los Baby Boomers continúan motivados principalmente por las recompensas financieras, siendo un 25,6% más proclives a valorar estos incentivos que otras generaciones. Mientras, las nuevas generaciones, especialmente la Generación Z, buscan propuestas que integren desarrollo, flexibilidad y sentido de pertenencia. Esto está obligando a las organizaciones a diseñar estrategias salariales más personalizadas, donde el paquete retributivo combine elementos financieros con oportunidades de formación, bienestar y desarrollo a largo plazo.
Hacia dónde deben evolucionar los líderes de hoy
La demanda de habilidades tecnológicas convive con la creciente importancia de las competencias blandas —pensamiento analítico y creativo, liderazgo, resiliencia o influencia social—, pone de manifiesto la urgencia de un liderazgo que se anticipe a la transformación. Por lo tanto, es primordial la necesidad de un modelo de liderazgo transformacional que no solo adopte la IA y la automatización en la estrategia empresarial, sino que también incorpore la gestión medioambiental, que aparece entre las diez habilidades de mayor crecimiento.
Para evolucionar en este nuevo escenario, los ejecutivos deben combinar capacidad analítica, agilidad de pensamiento y visión social. Este cambio de enfoque implica adoptar métodos de liderazgo basados en la mejora continua de las habilidades tecnológicas y transversales, un acompañamiento cercano a los equipos y la adaptación de las estructuras organizativas para afrontar la automatización de tareas. En la práctica, se requiere un alto grado de flexibilidad e inteligencia emocional para gestionar la incertidumbre y guiar a los profesionales hacia nuevas funciones y responsabilidades.