• 03/10/2025 13:41

Finanzas sostenibles, entre la promesa y la fachada. Por Hans Stegeman, economista jefe en Triodos Bank

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Por Hans Stegeman, economista jefe en Triodos Bank

Hubo un tiempo en el que las finanzas sostenibles prometieron reconciliar los flujos de capital con los límites planetarios. Prometieron también ayudar a mejorar los derechos humanos y acelerar las transiciones. Durante ese tiempo parecía plausible que los mercados -guiados por la transparencia, la ambición ética y la autorregulación- pudieran impulsar la transición hacia una economía sostenible.

Pero esa narrativa se desmorona. Bajo el peso de la reacción política, la inercia institucional y los incentivos mal alineados, las finanzas sostenibles están peligrosamente cerca de convertirse en una fachada, en un ejercicio de imagen en lugar de una herramienta de transformación.

En los Estados Unidos, la inversión alineada con el clima se ha vuelto políticamente tóxica y las políticas ESG son descartadas como un exceso ideológico. La administración Trump incluso desestima las divulgaciones de riesgo climático como parte de unas “finanzas despertaron ”.

Esa retórica tiene como consecuencia que grandes bancos estadounidenses se hayan retirado de alianzas globales como la Net-Zero Banking Alliance y que los que permanecen moderen sus ambiciones.

Retrocesos en Europa y señales de debilitamiento

Europa, pionera en regulación durante años, ahora retrocede. La taxonomía de la UE, los marcos de información sobre sostenibilidad (SFDR) y de reporte (CSRD) establecieron inicialmente un estándar global. Sin embargo, frente a presiones políticas y económicas, la Comisión Europea retrocede en sus compromisos. La propuesta Ómnibus marca un giro: de la ambición a la complacencia. Los flujos de capital hacia fondos sostenibles se desaceleran y los compromisos voluntarios de las personas y organizaciones inversoras se diluyen en silencio. Esto no es solo resistencia, sino una recalibración sistémica. Este retroceso nos lleva a la pregunta, más profunda, de si es posible que la transparencia por sí sola reconfigure los mercados de capital hacia la sostenibilidad.

Otras decisiones

La suposición central parecía razonable. Si los bancos, la clientela y quienes invierten comprenden mejor el impacto de la sostenibilidad tomarán decisiones diferentes. Más datos llevarían a mejores decisiones. Pero la realidad es menos indulgente. Hay varias razones para ello.

El ecosistema de información es denso, opaco y, a menudo, impenetrable. Y aun cuando hay claridad, los hallazgos no son talentos. Sólodiez de las 76 principales gestoras de activos cumplen con la mitad de los criterios de sostenibilidad , ya de por sí modestos. Muchos fondos llamados sostenibles todavía invierten en combustibles fósiles y armamento controvertido. La disonancia no es solo técnica, sino moral.

Además, el comportamiento no cambia. La mayoría de las personas y entidades inversoras, tanto minoristas como institucionales, siguen sin querer sacrificar rentabilidad por impacto. Puede que ahora las instituciones financieras comprendan su exposición a riesgos de sostenibilidad, pero entender no necesariamente lleva a actuar. Mientras tanto, la regulación se multiplica en forma, pero no en función. La abundancia de normas sugiere determinación, pero a menudo es fruto de compromisos políticos. Lo que queda es una legislación técnicamente compleja pero carente de ambición. Mucho dato y poca dirección.

El viejo modelo financiero persiste

La verdad más profunda es que se opera dentro de los contornos de un paradigma financiero sin cambios. La maximización del rendimiento, los coeficientes de adecuación de capital y las externalidades no valoradas todavía predominan. Lo que se presenta como ‘finanzas sostenibles’ suele no ser más que una optimización del mismo modelo extractivo. Se trata de gestión de riesgos, rara vez de financiar el cambio.

El momento actual no exige abandono, sino madurez. Hay agentes institucionales, como algunos fondos de pensiones en los Países Bajos, por ejemplo, que empiezan a establecer criterios más estrictos ya priorizar inversiones orientadas a la transición. Son señales importantes. Pero sin un refuerzo estructural, son solo excepciones.

Falta de dirección y necesidad de intervención pública

Lo que falta es dirección. Durante demasiado tiempo, la política pública ha confiado en instrumentos blandos para orientar las finanzas hacia la sostenibilidad, como requisitos de transparencia, iniciativas voluntarias, etiquetas, etc. Aquí y allá, se ha intentado atraer capital privado mediante incentivos como subsidios, garantías o finanzas mixtas (una combinación de capital público y privado). Pero la estrategia más audaz -orientar proactivamente a través de estándares claros, restricciones y prohibiciones sobre financiación dañina- sigue infrautilizada.

Sin ello, las finanzas sostenibles continúan por debajo de su potencial. Peor aún, corren el riesgo de usarse para maquillar de verde las carteras, mientras el núcleo destructivo de la economía permanece intacto. Financiar la sostenibilidad tiene poco impacto si no se cuestionan las prácticas de financiación no sostenibles. En lugar de asignar capital, las finanzas sostenibles se convertirán en una herramienta de marketing.

Necesitamos un cambio de política, no solo para desarrollar productos sostenibles mejores, sino sobre todo para reducir el apetito por los productos no sostenibles. Un gobierno que tome en serio la sostenibilidad debe inclinar el terreno de juego, hacer que la financiación sostenible sea ética y viable y que la dañina sea cada vez más insostenible. Las finanzas sostenibles son una herramienta, no un fin. Y las herramientas requieren dirección. Si queremos usar esta de forma efectiva, primero debemos decidir qué tipo de economía queremos financiar.

Hans Stegeman

Hans Stegeman

Economista jefe en Triodos Bank

 

 

 

 


 

Sobre @CDOverdeArturo Larena director de EFEverde.como modera el coloquio del Foro Última Hora/Valores organizado por el Grupo Serra en Palma de Mallorca

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Artículo de Arturo Larena publicado en https://efeverde.com/cdoverde-finanzas-sostenibles-promesa-retrocesohans-stegeman-triodos-bank/