Palma, 11 jun (EFEverde).- La presión humana y turística en las Illes Balears continúa aumentando a un ritmo acelerado, según el Informe Mar Balear 2024, que alerta sobre el crecimiento constante de visitantes, la saturación de infraestructuras y los impactos directos sobre el litoral y el medio marino. Si la tendencia actual se mantiene, el archipiélago podría superar los 28 millones de viajeros anuales en 2050.
Un crecimiento sin freno
El informe recoge datos históricos del número de visitantes, que ha pasado de 320.000 turistas en 1959 a 18,7 millones en 2024, un aumento de 58 veces en 66 años. La tendencia ha sido especialmente acelerada desde el año 2000, con una media de 376.100 nuevos turistas al año, frente a los 224.335 anuales registrados entre 1959 y 2000.
Este incremento sostenido convierte al turismo en el principal motor económico de la comunidad, representando un 45 % del PIB directo. Además, el 99,1 % de las plazas turísticas se concentran en municipios costeros, lo que intensifica la presión en los ecosistemas marinos y litorales.
Turismo con más alquiler vacacional
Las plazas turísticas legales también han experimentado un aumento vertiginoso, pasando de 14.609 en 1959 a 607.522 en 2023, multiplicándose por 41 en 65 años.
En la actualidad, el alquiler vacacional representa una parte significativa de la oferta. Por ejemplo, en Mallorca hay 103.915 plazas de este tipo frente a 309.728 plazas hoteleras. En Formentera, el 47 % de las plazas son en viviendas turísticas; en Menorca, 1 de cada 3; en Mallorca, 1 de cada 4; e Ibiza es la isla con menor proporción (20 % en 2022).
Crece el indicador de presión humana
El Informe Mar Balear también alerta sobre el aumento del Indicador de Presión Humana (IPH), que mide el total de personas en el territorio incluyendo residentes y visitantes. La media anual ha aumentado en 18.994 personas al año, siendo Mallorca la isla con mayor crecimiento, seguida de Ibiza y Formentera, y en último lugar Menorca.
El 7 de agosto de 2024 se registró el pico más alto de presión humana jamás alcanzado en las islas, con 2.079.541 personas presentes al mismo tiempo, un récord que subraya el límite de la capacidad del territorio.
Impactos: de la arena al ruido submarino
La saturación turística acarrea consecuencias directas sobre los ecosistemas costeros. Cada bañista retira involuntariamente unos 34 gramos de arena por visita, a lo que se suma la pérdida durante la retirada de restos de posidonia acumulada en playas, práctica habitual en temporada alta.
En un contexto de cambio climático, estas pérdidas de arena agravan el riesgo de desaparición de playas, ya que se prevé que la mitad de su superficie aérea desaparezca a finales de siglo por el aumento del nivel del mar.
El uso masivo de cremas solares, el ruido submarino provocado por embarcaciones y la alteración del comportamiento de especies marinas, como los delfines, son algunos de los efectos que se recogen en el informe. Incluso la posidonia oceánica, planta marina esencial para el equilibrio ecológico, se ve afectada negativamente por estas perturbaciones.
Vertidos al mar
La alta presión humana implica también una mayor producción de aguas residuales, lo que satura las estaciones depuradoras (EDAR) en verano. Algunas instalaciones superan su capacidad máxima de tratamiento, provocando vertidos que deterioran la calidad del agua marina.
Un esfuerzo colaborativo y datos abiertos
El Informe Mar Balear 2024 es un proyecto de colaboración interinstitucional entre entidades públicas, centros de investigación marina y actores privados. En esta cuarta edición se han actualizado 42 indicadores y se han incorporado cinco nuevos en áreas clave como cambio global, espacios marinos protegidos, especies emblemáticas, beneficios del mar y presiones humanas.
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