La guerra comercial sigue en primer plano. El pasado 2 de abril, Trump anunció su decisión de imponer aranceles del 20% a todos los productos procedentes de la Unión Europea. Una medida que afecta a miles de empresas españolas que dependen del mercado estadounidense. Pese a día de hoy, estar parados, analizamos con Carlos Franco, Partner de ERA Group España, consultora especializada en la optimización de costes y la gestión de proveedores, esta cuestión.
Según datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, en 2024, España exportó bienes a EE. UU. por valor de 18.179 millones de euros, lo que representa cerca del 2% de nuestro PIB. Metalurgia, industria y agroalimentación —especialmente el vino y el aceite de oliva— estarán entre los sectores más golpeados.
1.¿Qué consecuencias directas e indirectas podría generar este arancel para las empresas españolas?
La imposición de aranceles del 20% a productos europeos por parte de Estados Unidos supondrá un golpe significativo para las empresas españolas con actividad exportadora. Según datos de la Cámara de Comercio de España, las exportaciones podrían reducirse entre un 10,1% y un 18,4%, lo que se traduce en pérdidas de hasta 2.598 millones de euros y una contracción del 0,21% del PIB nacional.
En términos directos, los productos españoles serán menos competitivos frente a alternativas locales o de terceros países no sujetos a aranceles. De forma indirecta, esta medida puede provocar una reconfiguración de las cadenas de suministro, con implicaciones para empresas españolas que forman parte de procesos productivos europeos destinados al mercado estadounidense.
2. ¿Qué sectores corren mayor riesgo de perder competitividad?
El impacto de los aranceles no será uniforme entre sectores. El agroalimentario es uno de los más expuestos, especialmente el vino, el aceite de oliva, productos cárnicos y quesos. Son productos de alta calidad, muy apreciados en el exterior, pero también muy sensibles al precio. Según datos de la Secretaría de Estado de Comercio del Ministerio de Economía, en 2024 España exportó 113.416 toneladas de aceite de oliva a EE. UU., valoradas en más de 1.000 millones de euros. En el caso del vino, las exportaciones alcanzaron un valor de 391,4 millones de dólares, según el Informe de Importaciones de vino en Estados Unidos. La aplicación de aranceles podría provocar una sustitución inmediata por alternativas de otros orígenes.
En el ámbito industrial, sectores como la maquinaria, los productos químicos o los bienes de equipo ya operan con márgenes muy ajustados, por lo que este coste adicional podría hacer inviables muchas operaciones.
Por otro lado, el sector metalúrgico también se está viendo afectado por aranceles del 25% al acero y aluminio. España es el décimo exportador de acero a EE. UU., con unas ventas de 290.000 toneladas en los últimos 11 meses, según datos de la Administración Pública de Estados Unidos. En cuanto al aluminio, ocupamos la vigésimo octava posición, con 19.664 toneladas en 2024. Estas medidas comprometen la posición de España en un mercado clave y erosionan su competitividad internacional.
Además, existe un riesgo indirecto: si los productos chinos desplazados del mercado estadounidense comienzan a entrar con más fuerza en Europa, las industrias locales españolas, especialmente aquellas que no pueden competir en precios, se verían sometidas a una presión adicional.
3. ¿Cómo pueden prepararse las empresas ante esta guerra comercial?
La situación actual requiere una respuesta ágil y estratégica por parte de las empresas españolas. Para minimizar el impacto de estas medidas, es fundamental aplicar estrategias de diversificación que reduzcan la dependencia del mercado estadounidense. Existen mercados con gran potencial esperando ser explorados, como Latinoamérica, Europa del Este o África.
Además, es clave desarrollar planes de contingencia flexibles que contemplen distintos escenarios, permitiendo ajustar rápidamente la estrategia y adaptar la oferta a las condiciones específicas de cada mercado. Esta resiliencia operativa es especialmente relevante en sectores como la automoción o la agroalimentación, donde los márgenes son sensibles y los ciclos logísticos complejos.
Al mismo tiempo, revisar los costes y las operaciones es hoy más importante que nunca. En un entorno con sobrecostes externos, la rentabilidad no se defiende subiendo precios, sino optimizando. En ERA Group, cuando analizamos proveedores o estructuras operativas, encontramos habitualmente entre un 8 % y un 18 % de ahorro medio. Un margen que puede absorber gran parte del impacto sin necesidad de tocar precios, perder clientes o comprometer la calidad.
4.¿Qué impacto podrían tener estos aranceles en las negociaciones con proveedores y en la cadena de suministro global?
Los aranceles están obligando a muchas empresas a replantear sus relaciones con proveedores y socios logísticos. En este contexto, la renegociación de contratos se convierte en una herramienta clave. Las cláusulas de ajuste de precios, el volumen flexible o el reparto de costes no son una sofisticación jurídica, son un escudo de protección. Sin ellas, el riesgo lo asume íntegramente la empresa.
En momentos de incertidumbre, hay que buscar aliados, soluciones probadas y experiencias previas que sirvan de guía. Lo primero es tener claro el nivel de exposición real: si una parte significativa de la facturación depende, directa o indirectamente, del mercado estadounidense, mirar hacia otro lado ya no es una opción. Toca definir una estrategia clara y adaptada a la nueva realidad.
Partner de ERA Group España, consultora especializada en la optimización de costes y la gestión de proveedores.