Ciudad de México, 6 mar (EFE).- El sureste de México requiere una inversión adicional de al menos 17.000 millones de pesos (835 millones de dólares o 772 millones de euros) en los próximos cinco años para atender los impactos del cambio climático y la creciente crisis hídrica, según un análisis realizado por expertos mexicanos.
“El análisis sugiere un incremento del 30 % en la inversión para infraestructura en las zonas rurales, con el objetivo de reducir las disparidades con las áreas urbanas”, señala en un comunicado Raúl Rodríguez Márquez, presidente del Consejo Consultivo del Agua.
Crisis hídrica
En el análisis ‘Retos y Oportunidades para la Seguridad Hídrica en el sureste de México: Chiapas, Tabasco y Veracruz’, especialistas de la Red del Agua de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Centro Regional de Seguridad Hídrica bajo los Auspicios de la Unesco y el Consejo Consultivo del Agua buscan aportar soluciones para enfrentar la escasez del agua en la región.
El documento detalla la importancia de la región conformada por Veracruz, Chiapas y Tabasco, considerada de las más abundantes en términos hídricos y de biodiversidad en el país, pues alberga más de 30 ecosistemas y los tres ríos más caudalosos de México, y en ella habitan 16 millones de personas y se produce más del 8 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Sin embargo, expone que factores como la variabilidad climática, la deforestación y el cambio de usos de suelo impulsados por el crecimiento poblacional desordenado, el desarrollo industrial y la agricultura extensiva, así como la falta de infraestructura adecuada para la gestión del agua han derivado en problemas de escasez, contaminación y acceso desigual al recurso.
Inundaciones, sequías y erosión del suelo
“La región enfrenta altos riesgos hidrometeorológicos como inundaciones, sequías y erosión del suelo, debido a la falta de planificación e infraestructura adecuada, comprometiendo así la seguridad hídrica”, afirma Rodríguez Márquez.
Para abordar estos desafíos el documento propone orientaciones basadas en los cuatro pilares de la seguridad hídrica, que suponen el brindar agua en cantidad y calidad adecuadas a las personas, los ecosistemas, las actividades productivas y garantizar la resiliencia de las comunidades ante los efectos del cambio climático.
Fernando J. González Villarreal, coordinador técnico de la Red del Agua UNAM y director del Centro Regional de Seguridad Hídrica bajo los Auspicios de la Unesco recuerda que “desde el primer Plan Nacional Hídrico de 1975 se identificó una alta concentración de la infraestructura hidráulica y de las inversiones en agua y saneamiento en el Centro y Norte de México, dejando rezagado al sureste”.
Agua y saneamiento
El documento también identifica la falta de reconocimiento jurídico a las organizaciones comunitarias, la desactualización de las leyes locales, las escasas capacidades técnicas de las instituciones regionales y los bajos niveles de inversión en el desarrollo y mantenimiento de la infraestructura que derivan en niveles de servicio de agua y saneamiento hasta casi 5 % debajo del promedio nacional.
Jorge Alberto Arriaga Medina, coordinador ejecutivo de la Red del Agua UNAM, asegura que para solucionar esta problemática es necesario incrementar de manera progresiva los recursos federales y estatales para el sector hídrico.
Asimismo, revisar las tarifas en los organismos operadores para que reflejen los costos reales de su provisión “y, a la par, el fortalecimiento de los sistemas de transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana para que las inversiones lleguen a su destino en beneficio de todas las personas”.
Otras propuestas prioritarias son la mejora de los sistemas de alerta temprana para actuar en caso de inundaciones y una actualización y cumplimiento de los ordenamientos ecológicos y territoriales para evitar la ocupación de zonas inundables. EFE
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